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Mundo :: 01/07/2009

¿Los golpistas duran hasta el viernes?

Econoticiasbolivia
El golpe en Honduras ya está desahuciado: a pesar de la represión continúa la masiva repulsa popular

La Paz, junio 30, 2009.- Hora que pasa se hace más evidente que los militares golpistas ultraderechistas de Honduras están atrapados en un callejón sin salida. Totalmente aislados, sin haber sido reconocidos por ningún gobierno del mundo y sin tener el control real del gobierno y de las calles de Honduras, los golpistas ya no están en condiciones ni tienen tiempo para consolidarse en el poder. Están perdidos, no tienen apoyo interno ni externo y su caída es inminente, cuestión de días, hasta el viernes a lo mucho.

Este desenlace previsible ya se ha precipitado este martes, cuando la Asamblea de la Naciones Unidas en pleno, con el respaldo unánime de todos los gobiernos, ha dado su espaldarazo para que el populista presidente Manuel Zelaya retorne el jueves a Honduras y retome al poder de la mano de las tropas de paz de la OEA.

Zelaya habló el martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que aprobó una resolución para que sus 192 miembros no reconozcan a otro gobierno en Honduras que no sea el del derrocado mandatario.

La Asamblea "decidió llamar firme y categóricamente a todos los Estados a no reconocer otro gobierno que no sea el de Zelaya", dijo el texto de la resolución aprobada por consenso.

Estados Unidos, la Unión Europea y países latinoamericanos han cerrado filas en torno a Zelaya -un liberal burgués aliado del presidente venezolano, Hugo Chávez- después de que fuera depuesto el domingo por militares y llevado por la fuerza a Costa Rica.

Incluso Zelaya podría entrevistarse con el mandatario estadounidense, Barack Obama, esta semana en Washington, dijo el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs, según adelantó la agencia Reuters.

El secretario particular de Zelaya, Eduardo Reina, dijo a Reuters en Tegucigalpa que la idea es que el mandatario llegue acompañado por un cuerpo de paz garantizado por la OEA, que sesionará en la tarde del martes para también aprobar una resolución.

"Tendrá que venir una fuerza de paz para protegerlo, algún tipo de mecanismo. Sabemos que lo están estudiando los países de la OEA. Si no, correría peligro su vida", dijo en entrevista telefónica Reina, quien está oculto en algún lugar del país al igual que otros miembros del gabinete.

Durante su gobierno, Zelaya se ha acercado en el campo internacional al bloque liderado por Hugo Chávez de Venezuela, pero no cambiado ni un milímetro el régimen liberal que impera en Honduras, no ha nacionalizado nada ni tampoco se propone considerar la tan urgente reforma agraria.

“Es un demócrata pero sin ninguna radicalidad en medidas socio-económicas, por eso quería revisar la Constitución para introducir algunos cambios socio-económicos pero hasta ahora las medidas más progresistas están en la política externa”, dice de él James Petras.

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El golpe en Honduras ya está desahuciado

Los golpistas, en su ignorancia, están reeditando la amarga historia del coronel Alberto Natusch, que hace 30 años hizo lo mismo en Bolivia y sólo duro 15 días en el cargo

La Paz, junio 29, 2009.- Si los militares hondureños hubiesen conocido algo de la historia latinoamericana y, en especial de Bolivia, país con gran experiencia en golpes y asonadas gestadas en los cuarteles contra la democracia y el pueblo, no se hubieran lanzado a la suicida aventura del pasado domingo.

Los golpistas han cometido dos errores: no cuentan con el aval directo de la Embajada de EE.UU.; a pesar de la represióncontinúa la masiva repulsa popular

Los golpistas han cometido dos errores mortales, sin remedio ni excusa: primero, no cuentan con el aval directo de la Embajada de Estados Unidos y están totalmente aislados y acorralados internacionalmente; segundo, no han podido, a pesar de la represión, impedir ni frenar la masiva repulsa popular en las calles y tienen escaso apoyo interno.

Hace 30 años, en Bolivia, en noviembre de 1979, ocurrió algo muy similar. Los militares derrocaron al gobierno legalmente constituido, pero no contaron con el apoyo directo de los gringos y fueron aislados de inmediato. En lo interno, los militares lanzaron los tanques a la calle y sembraron metralla y muerte: casi 500 muertos y heridos, pero no doblegaron la movilización popular y los golpistas se hundieron y tiraron las armas, las balas ya no servían. Esa sangrienta dictadura boliviana, dirigida por el coronel Alberto Natusch Busch duró solo 15 días. Algo similar está ocurriendo 30 años después en Honduras.

En pocas horas, los golpistas hondureños han cosechado un impresionante repudio externo, desde Mister Obama y Miss Clinton hasta el octogenario Fidel y Hugo Chávez. La Organización de Estados Americanos (OEA) ya les ha dado la espalda y los países del ALBA han retirado sus embajadores. Todos piden la vuelta del único presidente reconocido de Honduras, Manuel Zelaya. “Ese golpe es una aventura”, dice con precisión Evo Morales, el presidente de Bolivia.

"Apoyamos al pueblo de Honduras para que resista este momento en defensa de su democracia y su derecho a participar y decidir soberanamente en la construcción de un mejor futuro para su país", dice el comunicado del gobierno boliviano que, seguro del desenlace, convoca a la comunidad internacional a tomar las acciones necesarias destinadas a identificar y sancionar drásticamente a los responsables "de esta criminal aventura golpista".

Los militares golpistas están desesperados e intentan, con el toque de queda, frenar la huelga general y la movilización popular, encarcelar a los activistas y dirigentes leales a Zelaya y buscar algo de apoyo popular que no encuentran por ningún lado.

La represión, por ahora de guante blanco, no alcanza a frenar la creciente protesta popular, y por ello, en su ya absoluta orfandad, los militares también alistan la represión dura, la bala y la metralla contra el pueblo, lo que no hará otra cosa que acelerar su inminente caída, que es cuestión de días o semanas, a lo mucho.

En los hechos, el impopular golpe militar en Honduras ya está desahuciado porque ha cometido dos errores mortales: no cuenta con aval externo y no tiene el poder de la calle.

Por ello, la clase obrera boliviana, curtida en estas lides, ya vislumbra una salida en favor de los oprimidos. “Este golpe de Estado abre las posibilidades de una radicalización de los sectores populares, rompe la unidad de la clase burguesa, dividida entre quienes apoyan al gobierno de Manuel Zelaya o a los partidarios del Presidente del Congreso. Es el inicio de una crisis “institucional”, de una “crisis estatal” y la posibilidad de derrotar con la movilización obrero popular este golpe, y así dar una nuevo revés a los intereses foráneos que explotan nuestras riquezas naturales (en Honduras como en Bolivia y otros países), preparando así una profundización del proceso revolucionario que vive nuestro continente, el eslabón más débil de la explotación imperialista”, dice la Confederación de Trabajadores Fabriles de Bolivia. Ver http://www.lahaine.org/index.php?p=38913

La Confederación boliviana “llama a los trabajadores de Latinoamérica a rechazar al gobierno golpista y brindar toda la solidaridad moral y material a los trabajadores hondureños que desde hoy 29 de junio han lanzado la convocatoria a derrotar este golpe con la movilización y la huelga general. Con los golpistas no se negocia”.

 

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