El hijo de Stalin y la metafísica

De miopes al estilo Barbusse, las coloquiales como Ludwig, incluso las objetivas y críticas de Boris Souvarine o francamente hostiles y agresivas, como la de Trotski y la de los mencheviques georgianos que fueron sus compañeros de militancia. En todas ellas Iosif Vissarionovich Dzhugashvili tiene un carácter humoso, opaco e inconsistente.
Su ascenso al poder fue tan natural y silencioso que da la sensación de ser un hombre sin atributos y que no atraía la atención de sus contemporáneos. No sabemos nada de su padre (Vissarion, un oscuro y violento zapatero alcohólico que murió cuando tenía once años), del cual ha hablado poco (y con reticencia). No hay una acumulación de recuerdos de hermanos (tenía tres, que fueron muriendo durante la infancia, quedando como hijo único), vecinos, maestros, amigos de la infancia, como en el caso del superculto a Lenin.