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Venezuela :: 12/12/2018

Elecciones municipales abren dos escenarios para el 10 de enero

Ociel López
Repliegue de la participación política del pueblo venezolano, muy activo en las urnas desde la emergencia del chavismo

El resultado de las elecciones para elegir concejos municipales, ocurridas este domingo, no señala otra cosa que la acentuación de dos únicos escenarios para el 2019 en Venezuela, y especialmente para el 10 de enero, fecha en la que Maduro se juramenta para su segundo período.

Por un lado, los resultados de este 9 de diciembre −donde el partido de Gobierno había conquistado, en el primer boletín, 142 de las 156 listas adjudicables de los concejos municipales− acrecientan el escenario de la hegemonía casi total del Gobierno en toda la geografía política nacional, ya que también cuenta con 20 de las 24 gobernaciones y 310 de las 335 alcaldías a escala nacional, además de la totalidad de la Asamblea Nacional Constituyente y con la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, declarada en “desacato” por el Tribunal Supremo de Justicia.

La ausencia en las elecciones de la mayoría de partidos políticos −quienes han asumido el abstencionismo electoral como manera de desconocer al Gobierno− ha permitido un avance demoledor del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en el terreno institucional, legal y político.

A partir de estas elecciones, el chavismo puede jactarse de que ganó su elección 23 de las 25 que han habido desde que surgió en el espectro político hace 20 años. El triunfo de las presidenciales de mayo de este año −en las que ganó Maduro con el 67% y un poco más de 6 millones de votos−, le permite planificar su prolongación en el poder al menos 6 años a partir de este 10 de enero.

Por otro lado, el 73% de la abstención en estos comicios, en los primeros resultados, recuerda la alta abstención (54%) ocurrida en las presidenciales. Este recordatorio da cuenta de un repliegue de la participación política del pueblo venezolano, muy activo en las urnas desde la emergencia del chavismo, y resalta el discurso de la “falta de legitimidad de origen” que argumenta la mayoría de la oposición venezolana para denigrar de los procesos electorales. Ya la Asamblea Nacional, bajo su control, ha declarado ilegítimo el proceso electoral del 20 de mayo que dio el triunfo a Maduro para este segundo mandato.

¿Participar o no?

La mayoría de partidos opositores no participaron en la contienda municipal, bien porque el CNE se lo impidió debido a su política abstencionista de las presidenciales y también porque acordaron no asistir para continuar dicha línea. Las tarjetas de la Mesa de la Unidad Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática, los más importantes de la oposición, no participaron. Sin embargo, varios de estos partidos mantuvieron las movilizaciones, los colores y la propaganda similar a sus organizaciones y mandaron a sus electores a votar por otras tarjetas. Pensando, obviamente, en cuidar los concejos, órganos legislativos de las alcaldías. La oposición apenas controla 25 de las 335 alcaldías municipales, pero muchas de ellas de las principales del país, y perder el control legislativo de estas implicaría dejarlas en situación de precariedad política.

Colores y diseño de Primero Justicia, partido derechista que ha llamado a la abstención, pero sus líderes por medio de su promoción mandan a votar por otra tarjeta.

De los resultados, resalta el del municipio Baruta, el bastión de oposición donde se asienta María Corina Machado, y comenzó como alcalde Henrique Capriles Radonski, donde ha ganado el chavismo por primera vez en su historia.

Para descargo del evento de este 9 de diciembre, y su alta abstención, habría que advertir que por primera vez unas elecciones se concentran únicamente en elegir los concejales, cuando históricamente eran elegidos junto a los alcaldes, quienes tienen mayor capacidad de maniobra para la movilización electoral, así que en sí mismo fueron comicios que no despertaban muchas emociones en el elector y básicamente servirían para justificar el accionar político de cara al 10 de enero, unos por su sólida y comprobada victoria, y otros alegando la ilegitimidad debido a la alta abstención.

Expectativas aparte generan los resultados del municipio Planas, ubicado en la emblemática Comuna el Maizal, entre otros, donde ha venido ganando en las últimas elecciones el chavismo que no reconoce la tarjeta del PSUV.

Especial atención cobra la participación activa del cardenal Baltazar Porras, quien llamó a votar, lo que fortalece la corriente más electoral de la oposición, que mantiene una lucha interna con el sector radical abstencionista que reclama un conjunto de demandas como el cambio de la actual directiva del CNE. Cabe recordar que dichas autoridades fueron quienes declararon la victoria opositora en las legislativas de 2015.

10 de enero: nuevo Día D

Entonces el 10 de enero pasa a ser el nuevo “Día D” de la oposición. Pero la oposición venezolana luce débil para promover eventos de calle. El escenario que enfrenta Maduro es preponderantemente internacional y geopolítico, que lo ha llevado los últimos días a visitar Rusia y estrechar lazos de cooperación con Turquía y China. Además de lograr acercamiento con el nuevo presidente de México, Luis Manuel López Obrador, quien se ha declarado contrario a una intervención militar y, a pesar de las presiones en el Congreso mexicano, no dejó de invitar a Maduro a su toma de posesión. Primero China y ahora Rusia han ofrecido apoyos de 5 y 6 mil millones, respectivamente, para recuperar la decaída producción venezolana de petróleo.

Claro, no se descarta que el 10 de enero y días posteriores haya llamado a movilizaciones, paros, etc., lo que no parece evidente es que esa vía pueda generar un cambio de Gobierno. A menos que se desestabilice el escenario militar.

Antes de cerrar la jornada, el propio presidente denunció el desarrollo de un golpe de Estado dirigido desde EEUU, pero no precisó información, aunque dijo que lo haría los próximos días.

Como resulta obvio prever, el retiro de embajadores de parte de países de Europa y América Latina y la ejecución de nuevas sanciones económicas van a empeorar la situación de Venezuela. Pero nada hace indicar que esto debilite al Gobierno de Maduro, quien astutamente ha ocupado el terreno político e institucional que la oposición ha abandonado debido a su política abstencionista y al duro manejo jurídico de los tribunales.

Como dijimos antes, el escenario del choque inminente no viene mucho de la debilitada oposición venezolana, sino de las respuestas internacionales que se han propuesto, y según las reacciones de varios actores internacionales como el presidente de la OEA, Luis Almagro, algunos cancilleres latinoamericanos y eurodiputados vienen planteando el desconocimiento total de Maduro por la vía del retiro de los embajadores, mientras desde Estados Unidos está latente un recrudecimiento de las sanciones económicas y la concreción de un hipotético bloqueo económico.

Supuesto Negado / dariovive.org

 

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