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Medio Oriente :: 14/09/2007

En Iraq los hospitales están desbordados por el éxodo de médicos al extranjero

IRIN
[Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre] Si tienes la suerte de que te vea un médico, el problema siguiente es conseguir las medicinas que o bien no están disponibles o bien tienen precios exorbitantes en las farmacias privadas

Bagdad (IRIN). El Dr. Muhammad Abdel-Sattar, de 36 años, está haciendo las maletas mientras habla con dos colegas sobre la mejor hora para ir al aeropuerto.

En diciembre de 2006, Abdel-Sattar envió a su familia a Jordania tras recibir amenazas de muerte en tres ocasiones. Hace poco, su coche fue tiroteado enfrente de su casa, y ahora ha decidido a abandonar el país y su trabajo como prestigioso oncólogo en Bagdad.

“Quiero a mi país y me gustaría quedarme para ayudar a mi gente pero me asusta que en cualquier momento llegue un miliciano y me mate a tiros. Me voy con dos colegas: un cardiólogo y un hematólogo. Sabemos lo duro que va a resultar para los médicos que se quedan pero ya hemos aguantado suficiente.”, afirma Abdel Sattar.

Según la Asociación Médica Iraquí (IMA, en sus siglas inglesas) la escasez de médicos y enfermeras en Iraq es crítica en la actualidad y tiene unas consecuencias desastrosas, especialmente en ciudades pequeñas y pueblos.

“Nuestro último estudio indica que hasta un 75 por ciento de los médicos, farmacéuticos y enfermeras han dejado su trabajo en universidades, clínicas y hospitales”, nos dice Walid Rafi, miembro destacado del IMA, “y de ellos, al menos el 55 por ciento ha huido al extranjero”.

Según Rafi, los bajos salarios y la carencia de equipos y medicinas son otros factores que influyen: “El personal médico gana entre 50 y 300 dólares mensuales. Pueden aguantar durante un tiempo pero si se presenta una oportunidad no se lo piensan dos veces y abandonan el país”.

Malos tiempos para los enfermos

Por lo general resulta bastante difícil llegar a un hospital pero los problemas reales empiezan cuando el paciente consigue estar dentro. Ver a un médico o a una enfermera puede llevar horas, afirma Seif Abdel-Rahman de 29 años, comerciante y residente en el barrio de Yarmuk en Bagdad.

Si tienes la suerte de que te vea un médico, el problema siguiente es conseguir las medicinas que o bien no están disponibles o bien tienen precios exorbitantes en las farmacias privadas.

“Tras cuatro horas intentando que un médico examinara a mi hijo de tres años, conseguí las recetas pero no había esas medicinas”, declara Um Fariz, de 25 años, que vive en el barrio de Haifa en Bagdad.

Milicias

Pero lo peor es cuando las milicias irrumpen en los hospitales a la búsqueda de individuos concretos, a algunos de los cuales, entre ellos a médicos, secuestran.

Ibrahim Rawi, médico de un hospital de Bagdad: “Dos de mis colegas fueron secuestrados porque estaban tratando a heridos de otra secta diferente”. En nuestros hospitales es habitual ver cómo se secuestra a pacientes o se los echa de sus camas para hacer sitio a un nuevo enfermo, correligionario de los atacantes.

Un alto representante del Ministerio de Sanidad, que prefiere el anonimato, dice que los médicos y los gerentes de los hospitales están a merced de las milicias. “En el seno de nuestro Ministerio hay un número enorme de milicianos que controlan nuestras tareas diarias. Tienen información sobre todo lo que pasa en el edificio- desde el personal de la limpieza al del departamento financiero- y nadie se atreve a quejarse. Quienquiera que lo haga es probable que no llegue vivo a casa”.

Electronic Iraq, 7 de septiembre de 2007

 

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