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Bolivia :: 05/05/2013

Evo candidato 2014

Eduardo Paz Rada
La debilidad de una tendencia sólida de izquierda nacional, popular y latinoamericanista dentro del gobierno limita las posibilidades

La debilidad de la oposición en Bolivia no es solamente un asunto de falta de lideres políticos de talla nacional y cualidades para arraigarse en los sectores mayoritarios de la población, es también la ausencia de propuestas y alternativas programáticas distintas a las que ha levantado el proyecto neoliberal durante los últimos treinta años en Bolivia y América Latina, el cual ha generado las condiciones de dependencia más escandalosa, un sistema partidocrático de corrupción y clientelismo, el empobrecimiento y marginación del ochenta por ciento de la población y la pérdida de autoestima y valoración de las fuerzas endógenas.

Ante este cuadro, la figura de Evo Morales Ayma, habilitado por el Tribunal Constitucional como potencial candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) por un segundo mandato según la nueva Constitución o por un tercer mandato si se toman en cuenta los procesos electorales, se convierte en la única que podría abrir nuevas brechas orientadas a proyectar un proceso de Liberación Nacional más profundo, representar a los trabajadores bolivianos del campo y la ciudad y a los marginados de siempre: indígenas, campesinos, vecinos y desocupados e, inclusive, a las clases medias afectadas por las políticas del MAS e impulsar procesos de integración y unidad con los pueblos y gobiernos de América Latina y el Caribe.

POLITICAS CONTRADICTORIAS

Hasta ahora su discurso y acciones antiimperialistas han estado orientados a fustigar la intromisión y dominación del gobierno de Estados Unidos expulsando a su embajador, a defender la coca, a nacionalizar primero y luego negociar con las transnacionales petroleras y mineras, a fortalecer las Fuerzas Armadas e inducirlas a adoptar una perspectiva nacionalista y a impulsar los proyectos de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) con Cuba, Nicaragua, Ecuador y Venezuela principalmente, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) con los países de Sudamérica y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con todos los gobiernos de la región excepto Estados Unidos y Canadá.

Sin embargo, en el ámbito interno su gobierno ha desarrollado acciones contradictorias realizando importantes políticas de participación de los sectores sociales históricamente excluidos y discriminados, de recuperación de los recursos naturales, de impulso todavía limitado a la industrialización, de redistribución del excedente mediante bonos, donaciones y proyectos en distintas regiones del país, junto a concesiones a los grandes bancos y financieras, a las transnacionales, a los terratenientes del oriente, fortaleciendo una economía primario-exportadora limitando los niveles de empleo industrial, productivo y permanente, haciendo gastos millonarios como el caso de la compra del avión presidencial sin licitación pública y dejando pendientes denuncias de corrupción en su gobierno.

PROYECTO NACIONAL-POPULAR

La debilidad de una tendencia sólida de izquierda nacional, popular y latinoamericanista dentro del gobierno limita las posibilidades de un emprendimiento más claro en la perspectiva aintiimperialista del socialismo nacional que impulse un proyecto de potenciamiento de una economía estatal fuerte y productiva, una democracia de mayor participación popular y un control social frente a la corrupción y la burocracia sin compromiso. En ese contexto las posibilidades de la integración con los vecinos de Nuestra América se tornan viables en términos de una relación horizontal y complementaria evitando hegemonías y verticalidad de alguno de los países más poderosos.

Corresponde reconocer, sin embargo, que en los últimos dos años el gobierno de Evo Morales ha dado importantes pasos para orientar el proceso en una perspectiva nacional y popular evitando la fragmentación del país con autonomías oligárquicas en el oriente o autonomías radicales pachamamistas en el occidente, impulsando la integración vial y territorial del país, evitando las tendencias del ambientalismo ecologista propiciado por las potencias imperialistas y algunas ONGs para impulsar el desarrollo nacional y abriendo posibilidades a un proceso sostenido de industrialización complementaria a la unidad latinoamericana que se enmarque en un proyecto nacional-popular.

* Sociólogo boliviano, docente universitario, Director de la Carrera de Sociología de la UMSA y Co-Director de la Revista Virtual Patria Grande
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