Evo Morales envía tropas bolivianas para reforzar la fuerza de ocupación en Haití

El diputado del MAS Javier Zabaleta minimizó la protesta del pueblo de Haití al decir que allá sólo las "pandillas" se oponen al gobierno de Preval, pero en su discurso de despedida a los militares, Evo Morales los instó a "sentirse orgullosos de ir a contribuir con la paz mundial" y a "defender al gobierno democrático de Haití".

El gobierno pretende desconocer el verdadero significado y uso que se hacen de estos ejércitos. Los Cascos Azules constituyen las fuerzas del superEstado que es la ONU, organismo del imperialismo cuyas acciones van en detrimento de los pueblos.

Como toda fuerza de ocupación, allí donde ha ido este ejército reaccionario de cascos azules ha cometido crímenes y abusos; allí donde han sido enviados en "misión humanitaria", las redes de prostitución se han multiplicado. En Mozambique se produjeron violaciones de niños y niñas de hasta ocho años de edad.

En Liberia, varias niñas que se negaron a prostituirse fueron degolladas. En Kosovo hubo cascos azules que contribuyeron a expandir el tráfico de mujeres y niñas. En el Congo se practicaba la violación sistemática de las mujeres de las tribus, que, al haber sido "mancilladas", estaban condenadas a quedarse sin marido. Las prácticas eran tan habituales que, bajo el secretariado general de Kofi Annan, uno de los primeros aprovisionamientos que recibían los cascos azules al desembarcar en un país era una caja de preservativos.

Conocida es, asimismo, la responsabilidad de Kofi Annan, en el genocidio ruandés, donde no movió un dedo por impedirlo, "pues el cometido de la ONU no era el de tomar parte por ninguna de las partes en conflicto". El resultado fueron 800.000 tutsis y hutus moderados asesinados, torturados y masacrados. Esta seudo neutralidad, que en realidad toma parte por una de las facciones en conflicto que recibe la bendición del imperialismo, la podemos apreciar cuando mientras los hutus mutilaban a un juez tutsi y violaban a su esposa y a sus dos hijas, de once y nueve años, los casos azules de Ghana reían y bebían con los verdugos fuera de la casa.

Lo propio sucedió con los cascos azules españoles en Herzegovina, en la ciudad de Mostar en 1992, cuando los muchachos de Kofi Annan facilitaron la "limpieza étnica". Una hora antes del ataque croata del 9 de mayo, el batallón español abandonó su posición, se acuarteló y su labor se redujo a observar como se llevaba a cabo la masacre.

Estas son sólo algunas muestras de la neutralidad y el apoyo a "la paz y a la democracia" de esta fuerza multinacional, que en realidad es una fuerza de intervención con fines políticos y económicos. Ahora, ¿qué harán los cascos azules bolivianos en Haití al mando del ejército brasileño? Lo que su naturaleza manda: cometer crímenes y abusos contra el pueblo Haitiano.

Estos "salvadores" convertidos en delincuentes ya tienen casos pendientes en Haití. Existen cargos de violación contra tres de ellos, ¿será éste uno más de los actos de paz?. Si las cosas siguen como hasta ahora, será la continuación de la larga lista de crímenes militares en nombre de la democracia -que Evo Morales tanto exalta, y cuyos parlamentarios aprobaron con este envío de personal de guerra. Impondrán en Haití la paz de los cementerios. No es necesario ir muy lejos, aquí lo tenemos, la "intachable moral" de las fuerzas armadas bolivianas que demostraron su preparación militar asesinando al pueblo boliviano.