Ex altos funcionarios de EEUU advierten que el tiempo no está del lado de Ucrania en el conflicto

La exsecretaria de Estado de los EEUU, Condoleezza Rice, y el exsecretario de Defensa, Robert Gates, advirtieron en un artículo de opinión publicado por The Washington Post el sábado que "el tiempo no está del lado de Ucrania", ya que su economía está en ruinas y el país depende por completo de recursos extranjeros.

Los exfuncionarios dijeron que el presidente ruso, Putin, sabe que “puede desgastar a los ucranianos y que la unidad y el apoyo de EEUU y Europa a Ucrania eventualmente se erosionarán y fracturarán”. Dijeron que si bien la economía de Rusia “sufrirá a medida que continúe la guerra”, los rusos “han soportado cosas mucho peores”.

Ucrania, por otro lado, dijeron, tiene una economía que está "en ruinas" y el país depende completamente de la ayuda de EEUU y sus aliados. “Millones de sus habitantes han huido, su infraestructura está siendo destruida y gran parte de su riqueza mineral, capacidad industrial y considerables tierras agrícolas están bajo control ruso”, escribieron. 

Rice y Gates dijeron que, en ausencia de "avances" ucranianos, Occidente presionará a Kiev para que negocie un alto el fuego. “En las circunstancias actuales, cualquier alto el fuego negociado dejaría a las fuerzas rusas en una posición sólida para reanudar su invasión cuando lo consideren necesario. Eso es inaceptable”, dijeron.

Su receta para ayudar a Ucrania en el campo de batalla es un aumento “dramático” de la ayuda militar occidental en forma de armas de mayor alcance y más equipo pesado.

“El Congreso ha proporcionado suficiente dinero para pagar dicho refuerzo; lo que se necesita ahora son decisiones de EEUU y sus aliados para proporcionar a los ucranianos el equipo militar adicional que necesitan, sobre todo, blindados móviles”, escribieron.

Rice y Gates dijeron que la decisión de EEUU de enviar vehículos de combate Bradley es "encomiable", pero dijeron que también se deben proporcionar tanques más pesados. “Los miembros de la OTAN también deberían proporcionar a los ucranianos misiles de mayor alcance, drones avanzados, existencias significativas de municiones (incluidos proyectiles de artillería), más capacidad de reconocimiento y vigilancia y otros equipos. Estas capacidades se necesitan en semanas, no en meses”, dijeron.

Si bien los dos ex funcionarios reconocen que "la derrota no es una opción" para Rusia, no mencionan el riesgo de una escalada nuclear e insinúan que EEUU debe ayudar a Ucrania a ganar a toda costa. “Tenemos un socio decidido en Ucrania que está dispuesto a soportar las consecuencias de la guerra para que no tengamos que hacerlo nosotros mismos en el futuro”, dijeron.

Los dos exfuncionarios afirman que Rusia quiere conquistar toda Ucrania e insinúan que se moverá al territorio de la OTAN a continuación, pero no mencionan los motivos reales de la guerra, que incluyen la expansión de la OTAN y el apoyo de EEUU al régimen neofascista.

Ya se sabía lo que iba a pasar

Gates reconoció previamente que la expansión hacia el este de la OTAN y los intentos de absorber a Ucrania podrían provocar a Rusia. En sus memorias, publicadas en 2014, Gates dijo que "tratar de traer a Georgia y Ucrania a la OTAN fue realmente exagerado" y agregó que "ignoraba imprudentemente lo que los rusos consideraban sus propios intereses nacionales vitales".

Rice, quien se desempeñó como secretaria de Estado de 2005 a 2009, fue advertida en 2008 por el entonces embajador de EEUU en Rusia, William Burns, quien actualmente es el director de la CIA, que intentar incorporar a Ucrania y Georgia a la OTAN podría conducir a una guerra en la región.

Burns advirtió a Rice en un memorando que WikiLeaks publicó más tarde que “la entrada de Ucrania en la OTAN es la más brillante de todas las líneas rojas para la élite rusa (no solo para el Presidente Putin)”.

Burns dijo que los expertos advirtieron que Rusia estaba “particularmente preocupada de que las fuertes divisiones en Ucrania sobre la membresía en la OTAN, con gran parte de la comunidad étnica rusa en contra de esa membresía, pudieran conducir a una división importante, que involucre violencia o, en el peor de los casos, una guerra civil. En esa eventualidad, Rusia tendría que decidir si interviene; una decisión que Rusia no quiere tener que enfrentar”

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