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México :: 29/11/2008

Las luchas populares más allá del caudillismo de López Obrador

Lorena Aguilar Aguilar
A lo más que puede llegar AMLO es a ciertas reformas favorables al pueblo mexicano, pero nunca a un rompimiento con el sistema burgués del que él forma parte

El caudillismo de Andrés Manuel López Obrador ha llegado a límites inigualables, por si alguno le quedaba duda del mesianismo de este personaje de la fauna política de nuestro país basta con revisar el discurso pronunciado el pasado domingo 23 durante los actos que convocó el Movimiento por la Defensa del Petróleo y la Economía Popular que comenzaron con una marcha que partió del Ángel de la Independencia hasta el Palacio de Bellas Artes, dicha marcha la encabezaron por supuesto el propio López Obrador y Alejandro Encinas.

López Obrador ahora en su discurso ha apelado al misticismo, al amor y a valores morales, esto con el objetivo de granjearse aun más al pueblo mexicano quien cada vez es más golpeado a nivel socioeconómico por el régimen calderonista y ve en el movimiento que encabeza este líder político una esperanza de salvación ante un escenario que se antoja cada vez más devastadorpara la economía de las clases trabajadoras.

Si bien es cierto, AMLO y su movimiento han sabido capitalizar a su favor la terrible situación que enfrentan millones de ciudadanos en este país, muchos de los cuales quizá creyeron en la campaña de Calderón y hoy se han dado cuenta de que “les dieron atole con el dedo”; han sabido hacer un gran manejo del discurso para aglutinar en torno a la figura de López Obrador a los sectores más desfavorecidos del sistema neoliberal mexicano, me parece que total destinteres de Calderón por la economía y la seguridad social del pueblo, a favor de las élites empresariales del país ha sido el caldo de cultivo idóneo para mantener no sólo en vigencia, si no hacer crecer el movimiento lopezobraodrista.

Por otra parte, me parece que es necesario reconocer que el caudillismo de López Obrador ha dado como consecuencia que se lleven a la mesa de discusión temas de gran importancia como la economía popular o las reformas al sistema de pensiones, energética y educativa, temas que quizá desgraciadamente de otra forma no se tocarían en los medios de (des)información, entiéndase Televisa, Tv Azteca y sus filiales, y de alguna manera también ha puesto a miles de mexicanos a reflexionar sobre su propio devenir como el fue el caso de todos aquellos que participaron en la Consulta Energética Popular.

Ahora bien, a pesar de esto, AMLO no deja de ser un caudillo, un mesías que ejerce un liderazgo totalmente vertical, que al final del día no deja de ser un político con intereses propios, pareciera que es la única opción de izquierda para hacer frente al maridaje PRI-PAN, sin embargo no deja de ser parte del mismo sistema, es decir, del Estado burgués mexicano, a lo más que puede llegar como el socialdemócrata que es, es a ciertas reformas favorables al pueblo mexicano, pero nunca a un rompimiento con el sistema podrido que impera hoy día y que es sumamente urgente tirar.

El exacerbado caudillismo de AMLO se torna por momentos riesgoso para las luchas sociales. Nuestro país ya no esta para más mesías ni salvadores, lo que se necesita ahora mismo es buscar otras opciones, que las hay, para enfrentarnos al neoliberalismo rapaz que tanto daño nos ha hecho.

Las luchas de las que habla López Obrador no son inventadas, por supuesto que hoy más que nunca la economía de las familias mexicanas y su seguridad social están en gravísimo riesgo, por supuesto que los recursos energéticos de los mexicanos y la soberanía nacional podrían quedar en manos de unos cuantos poderosos extranjeros gracias a Calderón, así como también es cierto que la alianza Calderón-Elba Esther Gordillo pretende hacer de la educación un bien privado a la que cada vez el pueblo tendrá menos acceso.

En eso estamos todos de acuerdo, como lo estamos de que ya se nos va haciendo tarde para organizarnos y defender lo que es nuestro, nuestro patrimonio y nuestro futuro. Me parece que es de suma importancia movilizarnos en torno a las demandas populares, pero no hacerlo bajo el liderazgo de ningún caudillo, mucho menos dejar que nos impongan a los lideres de manera vertical.

Es momento de romper ya con esta tradición de lucha basada en el caudillismo, de lo que se trata más bien es de buscar apoyos en organizaciones afines a nuestra causa popular, eso si, discutiendo y analizando siempre los movimientos, romper con los liderazgos verticales; el hecho de ser autocriticos no significa hacerle el juego a la derecha, se trata de buscar y construir formas de organizarnos de manera autónoma, autogestiva y de liderazgo horizontal.

Kaos en la Red

 

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