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Mundo :: 03/07/2004

Hacktivismo o el arte de la desobediencia civil electrónica

Gloria García
"Cualquier cosa puede ser usada de manera negativa; un martillo usado para construir una casa también puede ser empleado para romperle la cabeza a un hombre. La ignorancia es parte de la humanidad, pero no diseñamos esta tecnología para los desquiciados, sino para la gente que lucha contra ellos".(Oxblood Ruffin)

Con las nuevas tecnologías el mundo va cambiando. Nacen nuevas vías de comunicación, nuevas formas de expansión de la información, y ¿por qué no? Nuevas maneras de manifestarse; la solidaridad bebe de otras fuentes, utiliza otras herramientas, aquellas que están surgiendo y desarrollando, como por ejemplo Internet. En este mundo interconectado (...), surgen movimientos solidarios para apoyar y defender diversas causas. La información es poder, y el modo en que se utilice puede ser beneficioso para unos, en detrimento de otros.

Este nuevo movimiento que ha surgido, el Hacktivismo, o también llamado movimiento de desobediencia civil, o activismo digital, supone una nueva forma de luchar por los derechos humanos, una nueva forma de protesta; una alternativa digital a un mundo cada día menos analógico; es una forma de hacking social, es algo político y no técnico. Hay muchos grupos de hacktivistas y ni siquiera todos los que pertenecen a ellos son hackers, sólo comulgan con sus ideas y actúan en consecuencia. Es algo así como llevar la ética hacker a la calle, o dicho de otra forma, politizarla. Término de reciente adopción, podría denominarse "hacktivismo" a la forma de protesta que utiliza Internet como medio para realizarla. Para ello existen colectivos que organizan a colectivos en todo el mundo con el objeto de cometer sus "pequeñas guerras internautas". ¿Éticamente cuestionable? Tal vez, pero no se deben confundir los términos.

Para poder hablar de hacktivismo, y antes de proseguir con la exposición, debe distinguirse entre hackers y crackers.

El hacking no es intrusismo. No hace falta ser informático para seguir una ética hacker. El hacking no es un delito, es una forma de ver y hacer las cosas (famosa frase como "do it by yourself"). El hacking es lo que hizo que, a pesar de empresas como ATT no le vieran futuro (otra frase:"¿para qué va a querer la gente computadores?"), los ordenadores personales salieran a la calle (seguimos con las frases: "computers for the people!"), y el movimiento de software libre. Los hacktivistas afirman que entrar en una máquina lo puede hacer cualquiera; la idea de relacionar hacker con intruso viene de la campaña anti-hacker que se hizo en los 90, y de la que viene el mito del "auténtico hacker" (como superman, pero en hacker). El hacktivismo sólo pretende promover esa forma de hacer las cosas a un nivel mucho más político. Se podría decir que conforman la cara política del hacking.

Parece ser que el estado de Chiapas fue el primero en utilizar la red como método de revolución. En 1994, el ejercito zapatista llevó la revolución a este medio lanzando una llamada a las armas a través de Internet en la lucha en el ámbito mundial contra el imperialismo económico. Los primeros ataques de hacktivistas se remontan a 1995, cuando un grupo de cibernautas autodenominados Strano Network atacó distintos sitios del gobierno francés en protesta por los experimentos nucleares del país galo. Desde entonces son muchos los grupos que han logrado llamar la atención del mundo con sus acciones. La propaganda tiene en Internet una autopista, que al combinarse con otros medios tradicionales, es capaz de afectar la toma de decisiones y las políticas de los grupos de poder.

Los hacktivistas realizan lo que ellos llaman "sentadas virtuales", para intentar bloquear las páginas consideradas por ellos peligrosas y globalizadoras. Se necesitan entre 10,000 y 50,000 personas repartidas por las diferentes zonas horarias para que una de estas propuestas pueda llegar a ser eficaz. El objetivo de estas sentadas es "generar pérdidas en las empresas", dado que es "la única forma de llamar la atención eficazmente en un sistema capitalista".

Espías, terroristas o activistas, estos grupos de cibernautas ponen en jaque la aparente solidez de la Internet. A pesar de legislaciones, mensajes encriptados y los esfuerzos de las agencias de inteligencia, estos hacktivistas se mueven con absoluta libertad a través de la red valiéndose del anonimato y sus conocimientos técnicos. El golpe lo dan a distancia, sus armas son unas máquinas relativamente económicas, sus acciones dejan pocas huellas. Si la Internet democratizó la información, también puso el activismo político al alcance de todos.

 

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