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Venezuela :: 08/03/2014

Hugo Chávez, su ausencia y su presencia

Dagoberto Gutiérrez
La dirección revolucionaria venezolana ha aprendido mucho, como no podía ser de otro modo, en el horno encendido de la lucha de clases

La vida y la muerte parecen nacer juntas, y aparecen como amigas inseparables solo que no siempre esta amistad es evidente y se hace notoria, pese a su clandestinidad, cuando una persona vital, llena de luz, constructor de la vida, pasa por el trapiche húmedo de la muerte.

Es que todos tenemos una cita negociada previamente y acordada en el silencio de los genes y siempre, infaliblemente acudimos y cumplimos con esa cita sin saber cuándo, dónde y cómo; pero sabiendo, eso sí, de la existencia de ese encuentro, casi parece que ésta fuera la única certeza por que todas las demás se van construyendo socialmente. Una de esas certezas socialmente construidas es la que tiene que ver con la relación entre el ser humano y la historia.

Los seres humanos somos los constructores de la historia y también somos construidos por esa historia, nos movemos adentro de ella y somos en su interior; pero no somos los actores de las circunstancias que viniendo del pasado determinan las condiciones dentro de las cuales hacemos esa historia.

Hugo Chávez es, por eso, una figura histórica, de Venezuela y del mundo y su vida y su muerte son, por eso, conmemorados y recordados en el mundo entero. Chávez, un militar de carrera formado en el pensamiento de Simón Bolívar, supo interpretar la realidad de su país y la del continente, aprendió a construir revolución dentro de la crisis del régimen político venezolano, del sistema político y del modelo económico. Su pensamiento trazó una línea de fuego definida y determinante, entre capitalismo y socialismo, entre democracia del pueblo y dictadura burguesa, entre teoría y práctica, entre movilización, formación y organización popular y participación en votaciones.

Chávez desarrolló la experiencia de luchar contra el sistema moviéndose adentro de él y la sabiduría constante de cambiar el juego político usando en su contra las mismas reglas del juego. Se trata de una impresionante escuela que todo revolucionario debe tener en cuenta sin olvidar que estamos hablando de un hombre formado en los cuarteles militares, dominados ideológicamente por el Imperialismo Estadounidense, pero estamos hablando de otra formación, la del espíritu extraordinario de Simón Bolívar y de la Revolución Latinoamericana que Bolívar llevó adelante con su espada, su genio y su inquebrantable voluntad revolucionaria. No olvidemos en este punto que para Bolívar, al igual que para José Martí, la lucha por la independencia del Imperio Español era, lucha por la revolución.

En Hugo Chávez se concitó el pensamiento de independencia como presupuesto de la revolución y la revolución como presupuesto de la independencia. Chavez se convirtió en sujeto e instrumento de la continuidad de las ideas de Bolívar, de las ideas de Fidel Castro, del Che, de Martí y de los patriotas que siguen alumbrando el camino. Por eso supo que había llegado el momento de levantarse contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez y se apoyó en el ejército y en el pueblo. Estas acciones fueron, aparentemente derrotadas y aparentemente fracasaron, pero el proceso político v venezolano estaba situado en la línea correspondiente a un proceso revolucionario y siendo este un proceso político social no es dueño de una línea rectilínea y siempre ascendente, presupone rodeos y hasta retrocesos, victorias y derrotas. Pero ha de ser dueño siempre de un rumbo que admitiendo varias direcciones no pierde la dirección central, determinante y definitiva que se llama rumbo histórico.

Por eso el levantamiento militar de Hugo Chávez puede mirarse como una derrota y Carlos Andrés Pérez pudo verse como un vencedor aunque no eran esos los términos, y el régimen de Carlos Andrés Pérez ya estaba derrotado en la medida que ya estaban definidos los sujetos con capacidad de rebelarse. Es esta rebelión histórica la que está diciendo que en una sociedad ya se construyeron las personas, las organizaciones y las ideas que piensan, que imaginan y que luchan por un mundo diferente a aquel definido por el pensamiento de las clases dominantes, este es el presupuesto de un proceso revolucionario y eso se construye, incluso, a partir de las acciones no victoriosas en un determinado momento.

El gobierno de Hugo Chávez movilizó, formó, organizó y dio dignidad a los sectores últimos del pueblo, a los que no tienen voz, a los que nadie escucha, a los que nadie mira, a esos y a todos esos los hizo sujetos y por eso esta revolución fue capaz de entrar en el trapiche de la maquinaria electoral burguesa y ganar a esa burguesía todas las votaciones; sin que fuera simplemente un juego electoral.

La muerte de Hugo Chavez fue una prueba de fuego para todo el proceso y cimbró a la revolución de arriba hacia abajo y de los pies a la cabeza, su muerte inaugura un segundo momento o etapa de la revolución Bolivariana, es la etapa post Chávez.

La burguesía venezolana, latinoamericana y estadounidense, supieron correctamente que se había abierto una transición y era el momento preciso, el más propicio para derrotar a la revolución desde el mismo proceso revolucionario. Se trata de una pelea desde adentro, desde el pueblo en donde el proceso aparece frente y enfrentado al pueblo, y el pueblo aparece frente y enfrentado al proceso revolucionario y ya no son los grandes empresarios los que están en la palestra o en la televisión sino que son pobladores, sectores pequeños burgueses, sectores burgueses los que desarrollan una agenda política con las siguientes características:

a) Aprovechan los problemas estructurales del proceso revolucionario, que son problemas estructurales de la economía y de la sociedad Venezolana, construida por décadas por la misma Burguesía Venezolana como la incapacidad para producir alimentos, los límites en la producción industrial y la gran capacidad adquisitiva que el pueblo ha alcanzado gracias a su misma revolución.

b) Un proceso de movilización organizada a nivel nacional dirigido a paralizar la vida y el funcionamiento de la sociedad usando para ello todos los recursos sociales y delineando un enfrentamiento con el gobierno revolucionario.

c) Apoyo importante en los sectores estudiantiles que como toda pequeña burguesía se mueve, oscilatoriamente, entre la aspiración clasista o vincularse o comprometerse con los sectores populares.

d) Uso de la violencia para presentar a Venezuela como un país con hambre, sin comida, sin agua, sin derechos y en guerra civil, se trata de crear las condiciones para enfrentamientos militares en las calles, con la policía y con el ejército.

e) En una situación así creada, aparecerían las condiciones para una intervención militar extranjeras, para eso están las bases estadounidenses en Colombia y también la Organización de las Naciones Unidas, y así, “en nombre de los Derechos Humanos y para salvar al pueblo de Venezuela” el proceso culminaría en una ocupación militar y en un derrocamiento del gobierno revolucionario de Nicolás Maduro.

Como se puede ver se trata de una minuciosa preparación que no podía ser desatada inmediatamente después de la muerte de Hugo Chávez; pero tampoco debía esperar mucho y toco hacerla en vísperas del aniversario de primer año de fallecimiento del líder revolucionario.

La prueba ha sido intensa y aun no termina plenamente; pero la Revolución Venezolana tiene importancia planetaria y la dirección revolucionaria venezolana ha aprendido mucho, como no podía ser de otro modo, en el horno encendido de la lucha de clases. Porque es cierto que hay problemas estructurales, también es cierto que es necesario establecer una política de acuerdos necesarios, oportunos y hasta inevitables desde el poder revolucionario para abordar la solución de problemas que no puede abordarse de otro modo. Por eso la conferencia de paz, el diálogo y negociación en diferentes mesas ha permitido aislar a los sectores violentos que expresamente están diciendo y reconociendo que no pueden dialogar ni negociar y aún más, que no pueden ni deben ser los mismos venezolanos los que se pongan de acuerdo y que deben ser fuerzas extranjeras o instancias externas las que establezcan la verdad, es decir, que están fuera de la realidad y aislados.

Cuando Rusia anuncia el propósito de establecer en Venezuela una base aérea para sus aviones atómicos, con el acuerdo del gobierno revolucionario venezolano y, cuando Vladimir Putin, el Presidente de Rusia, anuncia el total respaldo ruso al gobierno de Nicolás Maduro, se está indicando que Venezuela y su revolución son parte de una nueva correlación planetaria del poder. Y que la Revolución Venezolana cuenta con el respaldo de poderosas fuerzas nacionales venezolanas, continentales suramericanas y planetarias y que en todo caso las derechas no tienen las manos sueltas en esta confrontación.

Hugo Chávez, sobrevuela y sigue siendo parte de las luchas de su pueblo y de todas las luchas del mundo y el odio que todas las oligarquías expresan hacia su memoria nos indican que Chávez sigue vivo, que sigue luchando, que sigue actuando y que sigue adelantando los pasos y la luz para todos los pueblos que se decidan a ser libres. A un año de su muerte Hugo Chávez sigue sonando y resonando y avanzando en los anchos caminos que en el continente nos conducen irremediablemente a la felicidad de los seres humanos.

A un año de su muerte honramos su memoria, saludamos su vida y seguimos su camino, el tropel de la historia no cesará nunca.

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