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Medio Oriente, Mundo :: 06/09/2012

¿Aprovechan la crisis siria para debilitar a Hizbulá?

Franklin Lamb
Crecientes amenazas de violencia contra Hizbulá y los libaneses, por su apoyo a Siria, de las brigadas de al Qaida, "activistas" estudiantiles y el régimen israelí

BEIRUT– Es fácil imaginar que actualmente la vida no es color de rosa para Hizbulá.

Las presiones, a menudo intensas, que resultan de ser absorbida dentro del vórtice del poderoso remolino y el violento torbellino de la política libanesa y regional no pueden causar mucho placer a la Resistencia Nacional del Líbano dirigida por Hizbulá y eso incluye el vecindario Dahiyeh en el que vive el autor de estas líneas.

Después de su reunión a cuatro ojos del fin de semana pasada, la secretaria de Estado de EE.UU. Clinton y el primer ministro turco Erdogan tratan de intensificar la presión sobre Hizbulá y Siria. Se informa que un proyecto consiste de instrucciones estadounidenses a sus aliados del Movimiento 14 de marzo para que impongan una votación en el parlamento del Líbano que permita el despliegue de tropas internacionales a lo largo de la frontera norte del Líbano con Siria.

Algunos políticos del 14 de marzo han estado pidiendo públicamente el despliegue de una fuerza internacional posicionada a lo largo de la frontera deficientemente demarcada entre Líbano y Siria. Esas fuerzas, apoyadas por EE.UU. y Arabia Saudí, también han resucitado el proyecto del Welch Club y Jeffrey Feltman presentado originalmente en 2007 a pedido de Israel después de su derrota durante la guerra de 33 días de julio. Se informa que oponentes internos y externos de Hizbulá buscan una rápida “modernización” del actual aeropuerto en Kleiat próximo a Akkar suní cercana a Trípoli en el norte de Líbano. Según un miembro del parlamento: “Los estadounidenses y algunos bandos del interior ya han “desempolvado” el archivo del renacimiento del aeropuerto Kleiat suní”. Se espera que uno de los usos que se le daría sería albergar tropas internacionales y fuerzas estadounidenses para “entrenamiento, almacenamiento y abastecimiento”.

La idea de Feltman, que fue revelada al público hace cuatro años, incluye ahora una “zona geográfica liberada” para presionar a Siria y a otros con una base para operaciones militares en la región, que nunca fue descartada. Más bien fue guardada a la espera de una oportunidad futura. Con el caos y la crisis en Siria la oportunidad buscada puede haber llegado y analistas del Pentágono y aliados de EE.UU. estarían de acuerdo con Clinton y Erdogan en que llegó la hora para una base aérea regional en Kleiat. Puede recordarse que en 2008, una delegación militar estadounidense examinó la pista de aterrizaje “para propósitos logísticos relacionados con la cooperación con el ejército libanés” según la embajada de EE.UU. en Beirut. Durante un testimonio ante el Congreso, el Pentágono dijo que “la actual pista de aterrizaje en Kleiat es perfectamente adecuada para aviones que transporten equipos militares. Pero no tiene las cualificaciones necesarias para ser un aeropuerto civil.” Pocos analistas políticos locales dudan de que Frente Nacional de Resistencia Libanesa se opondría vigorosamente a un proyecto semejante. El funcionario de Hizbulá Jeque Naim Qassem ha condenado iniciativas semejantes “como un método para destruir el país”. Declaró la semana pasada que:

“Hizbulá se niega a permitir que Líbano interfiera en asuntos sirios y rechaza categóricamente el despliegue de fuerzas internacionales en las fronteras del norte. Es un proyecto sionista para destruir Líbano de la misma manera que Siria. Cuando perdieron la capacidad de influenciar la ecuación siria, comenzaron a proponer proyectos sospechosos como el despliegue de fuerzas internacionales en el norte para apoyar la zona divisoria. Si el grupo 14 de marzo dejara de sabotear el norte del Líbano con armas, contrabando y actividad de milicias, la estabilidad reinaría. Son responsables por las tensiones que afectan a nuestra gente en Trípoli, Akkar y en el norte en general.”

Como en su trabajo de acuerdo con EE.UU. y sus grupos patrocinados en Líbano, la presión de los ocupantes coloniales de Palestina es infundir miedo a los libaneses y se refleja en la creciente cantidad de violaciones diarias del espacio aéreo del país por aviones de guerra y de reconocimiento, que también se concentran recientemente en las áreas de Trípoli y del aeropuerto Kleiat. Esta semana los incidentes incluyeron sobrevuelos en el sur, este y norte de Líbano que ascienden a un total de más de 8.000 violaciones israelíes de UNSCR 1701 mientras UNIFIL observa y toma notas desde su base en Naquoria, cerca de Tito.

Según una fuente de UNIFIL, Israel también trata de evaluar a las fuerzas de la Resistencia en el sur y de obligarlas a revelar algunas de sus posiciones cerca de Kfar Kila donde Israel construyó recientemente otro muro, así como preparativos de la Resistencia para la próxima guerra Israel-Hizbulá.

Atacados por al Qaida y sus nuevos aliados

Crecientes amenazas de violencia contra Hizbulá y los chiíes por las brigadas Abdallah Azzam afiliadas a al Qaida, activas en el Líbano y Siria, parecen hechas para reducir el apoyo a Hizbulá y provocar más conflictos sectarios en el Líbano. Una reciente amenaza apareció en un sitio yihadista en la web el 17 de agosto y es transmitida en este país por la oposición del 14 de marzo respaldada por EE.UU. y Arabia Saudí. El audio advierte a los chiíes que “las posiciones de Hizbulá y del Movimiento Amal frente a la revolución siria no sirven vuestros mejores intereses… Si mantenéis vuestra actitud arrogante seréis castigados y pagaréis. Los únicos culpables seréis vosotros mismos.”

Según el Dr. Ahmad Moussalli, profesor de ciencias políticas en la Universidad Americana de Beirut y experto en el Islam político: “Esta unidad de al Qaida considera que las actuales condiciones en el Líbano y Siria constituyen una oportunidad dorada para atacar objetivos que antes estaban lejos de su alcance. Considerando la actual situación en la frontera, pueden transferir combatientes de Siria a Líbano a fin de realizar ataques contra Hizbulá y sus partidarios.”

Esas fuerzas, que son vistas cada vez más trabajando con algunos elementos del grupo 14 de marzo, también tratan de infundir confusión en vecindarios de Hizbulá respecto a la comprensión del papel del partido en la crisis siria ya que funcionarios de Hizbulá apoyan los levantamientos de la Primavera Árabe y el despertar islámico.

Una fuente de Hizbulá informa que el complicado ambiente aquí en Líbano y la región se debe a enemigos internos y externos. Un amigo reconoce también el peligro de que el papel de Hizbulá como líder de la Resistencia internacional sea interpretado simplemente como el de un partido chií local que sería peligroso para el partido y para este país en múltiples ámbitos.

El líder de Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, repite regularmente acusaciones contra Hizbulá, como la de que “la alianza 8 de Marzo se encuentra tras el deterioro de la situación de la seguridad en el país a fin de crear tantos puntos de tensión como sea posible junto con incidentes para disminuir la presión sobre el gobierno sirio”. En una referencia directa a Hizbulá, Geagea dijo: “Hay enormes peligros estratégicos que provienen de la presencia de un pequeño Estado dentro del Estado. El Estado no tiene autoridad al respecto porque los dueños de ese pequeño Estado y sus aliados lo paralizan.”

Geagea y sus aliados también han condenado a Hizbulá por su “abominable silencio” con el cual enfrentó los secuestros de nacionales sirios y árabes en Líbano. “[Condenamos] el abominable silencio de Hizbulá respecto a esos incidentes que tienen lugar en sus regiones de influencia, mientras su secretario general Sayyed Hassan Nasralá afirma que la situación se fue de las manos sin condenar esos incidentes. Eso significa que da su consentimiento total a esos actos.”

Según Hanin Ghaddar en el New York Times: “Algo fundamental ha cambiado: el grupo militante chií, Hizbulá, que durante mucho tiempo fue el poderoso encargado de Siria en el Líbano, se ha convertido en una bestia herida. Y se mueve sobre arenas movedizas entre la protección de sus activos y la ayuda a un gobierno que se derrumba al lado.”

Las organizaciones juveniles de 14 de marzo, que normalmente trabajan dentro de sus propios partidos han iniciado esfuerzos combinados para enfrentar a la Resistencia dirigida por Hizbulá. La semana pasada en la Universidad Saint Joseph, cientos de estudiantes de Fuerzas Libanesas (LF), el Movimiento Futuro, los Kataeb, al-Jamaa al-Islamiyah y el Partido Nacional Liberal (NLP) realizaron un mitin ostensiblemente para pedir la renuncia del ministro de Exteriores Adnan Mansour y la expulsión del embajador sirio Ali Abdel-Karim Ali, y también para atacar a Hizbulá.

Desde el sorpresivo arresto del ex ministro de Información, Michel Samaha, el 9 de agosto, y la subsiguiente acusación en su contra junto con el jefe de Seguridad Nacional Siria, general Ali Mamluk, de planear “ataques terroristas”, pilares esenciales del gobierno incluyendo al presidente Suleiman y al primer ministro Miqati parecen estarse distanciando algo del gobierno de Asad. Circulan rumores de que dentro de la dirigencia de Hizbulá hay quienes tienen dudas en privado sobre la relación del partido con el gobierno de Asad.

Hizbulá se da cuenta de que existe la necesidad de crear un equilibrio, por delicado que sea, entre el interés nacional del Líbano, sobre todo de mantenerse libre de futura ocupación israelí y la posición del Líbano en causas árabes regionales. Presumiblemente el centro de investigación de Hizbulá y otros think-tanks están analizando acciones anteriores y en algunos casos modificarán posiciones anteriores para enfrentar las cambiantes realidades dentro y fuera del Líbano.

Están aconsejando al partido y a la comunidad chií de la necesidad de seguir propugnando la política de apertura, diálogo, y cooperación a fin de preservar el Líbano.

Actualmente existe en el Líbano, mientras se aproxima la crucial elección parlamentaria del próximo año, una atmósfera política especialmente desagradable, en la cual grupos internos y externos tratan de responsabilizar a Hizbulá y a la comunidad chií en general por muchos problemas actuales que van desde los cortes de luz, la seguridad pública, la mala calidad del agua, la inflación y una débil infraestructura. Algunos en mi barrio han salido a las calles en los últimos meses para protestar contra el aumento de los cortes de luz.

Las próximas semanas revelarán qué éxitos, si algunos, lograrán las fuerzas externas e internas contra la Resistencia, utilizando la crisis siria para desmantelar Hizbulá.

Franklin Lamb realiza investigación en el Líbano. Para contactos: fplamb@gmail.com
Ccounterpunch. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens. Revisado por La Haine

 

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