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Mundo, Iñaki Gil de San Vicente, EE.UU. :: 15/05/2025

Iñaki Gil de San Vicente: La sucesión de fracasos de Trump

Resumen Latinoamericano / Iñaki Gil de San Vicente
Entrevista :: Trump, sus militares, saben que están atrapados en un agujero en que ellos mismos se han metido. Necesitan la guerra, pero no están en condiciones de hacer la guerra

Iñaki Gil de San Vicente abordó diversos temas centrados en los avances del fascismo y también de respaldo a todos los que siguen luchando en todo el país.

-Nos interesa tu opinión sobre el acercamiento de Trump con la idea de negociar con Rusia; y qué hay detrás de ese tipo de movimientos del presidente estadounidense que también lo lleva a hablar con Irán. ¿Es la consecuencia de darse cuenta que Rusia ha sido el vencedor y tratar de edulcorar la derrota?

-Creo que aquí hay contradicciones multifacéticas y complejas. Se dan varios factores. Hay que observar la personalidad y la ideología del partido Republicano, incondicional de Trump, la ceguera que tienen. Es una ceguera que corresponde a un capitalismo que ya ha pasado de moda. Los años de gloria del capitalismo fueron la década de los '60 y '70. Y empezó ese capitalismo a hundirse justo en los '70. Sin embargo, ellos siguen viviendo en pasado y piensan que todo el mundo tiene que regirse como ellos piensan que es la realidad.

Y a eso se suma la personalidad de Trump, que es un capitalista acostumbrado a los negocios de hostelería, a los negocios del espectáculo, a los de la prostitución y de las mafias. Tiene treinta y tantos juicios pendientes por todas las trampas que ha hecho. Es ese capitalismo mafioso fundamental a todo capitalismo, pero que en EEUU esa corrupción está tolerada por una ley muy ambigua que la permite.

A partir de aquí viene el segundo problema: todo le está saliendo mal a Trump. En estos tres meses lleva una sucesión de derrotas en todas partes, aunque también intentan ocultarlo. Y una derrota es la de Ucrania. La creencia que tenían sobre que la economía rusa estaba hundida, eso ya se pensaba desde los años '90. Otra derrota es con respecto a eso que él decía: "basta que yo chasquee los dedos para que Putin inmediatamente me llame, para que me llame Xi Jinping, para que me llame Irán etc., para que me llamen un montón de estados."

Los estados burgueses que aceptan la dominación norteamericana le han llamado inmediatamente. Los estados como China, que están en transición al socialismo, no le han llamado. Rusia, que tiene orgullo nacional y una situación interna bastante favorable le está tomando el pelo a Trump. Irán está en una posición muy fuerte y sabe que no va a ceder a las exigencias norteamericanas, lo mismo que Corea del Sur. Tal vez los que más estén flaqueando en todas esas instancias, son Brasil, la India, etc.

Las dos veces que ha llegado Trump a la Casa Blanca, empezó pidiendo informes muy fidedignos, no tanto sobre la situación económica sino sobre la situación militar interna. Muy principalmente, la primera vez cuando llegó el informe fue demoledor. Ahora eso es peor todavía. Aún no se ha conocido pero los datos que hay es que es un informe más demoledor aun, porque desde la primera vez hasta ahora, el movimiento de simpatía mundial, la protesta y la desconexión con respecto al imperialismo es muy superior a la que había en su primer mandato.

Ya no se trata sólo de vencer a una economía china que tenía un gran ejército y una marina en el mismo sentido. Es más, la producción de barcos chinos es tremenda. EEUU no puede producir el 5% de los barcos que necesita. Y una guerra en estos momentos requiere y exige el dominio de la mar; y ahí hay una alianza definitiva entre China Popular y Rusia. EEUU busca como sea -para decirlo rápidamente-, como el boxeador que quiere tiempo y que antes de que su propio manager tire la toalla le está diciendo que como sea llegará hasta el tiempo de descanso en el cuadrilátero para coger aire.

Eso, unido a la forma de ser de Donald Trump. Trump dice que tiene el método Nisham. El método Nisham era como el método del matón de barrio: yo te amenazo y te amenazo, y tienes que pasar por donde yo te diga. Pero Nisham tiene una ventaja: que la economía norteamericana ya estaba en declive pero todavía tenía más fuerza que ahora. El ejército norteamericano tenía más fuerza en el mundo en comparación con la que tiene ahora con Trump. La política de amenazar y amenazar ya no sirve. Sirve sí, a los lacayos del imperialismo que han ido todos corriendo a pedir perdón, a arrodillarse en frente de Trump. Hay muchos pueblos que han ido pero no van de la forma que hubieran ido antes. Y hay otros pueblos que no han ido y que están buscando otra alternativa. Esta es otra cosa que hay que tener en cuenta.

A partir de aquí Trump lo que está haciendo es dar una imagen pública e internamente intentar negociar tiempo como sea. Está manteniendo una política a tres niveles: una política publicitaria mundial que muchos se la creen, una política interna de negociación real de fondos sin decir qué se está negociando y echando por ejemplo dudas y amenazando permanentemente a China, a Irán, a Corea, a la propia Venezuela o a Cuba. Está endureciendo los ataques contra Venezuela, y contra todos los países, pero a la vez, internamente, está aplicando una política salvaje, no solamente contra los migrantes. Es tan irracional lo que está haciendo que está dando un golpe durísimo, por la creencia prefascista, parafascista o directamente fascista de los sectores que lo apoyan. Eso está dañando la producción tecnocientífica norteamericana.

Trump lo que está buscando es tiempo. Entonces un día dice una cosa, otro día dice la contraria. Y está buscando la imagen. Alguien puede creer que la reunión en el Vaticano de él con "Nazinski" (por Zelenzki), en la mitad de la basílica del Vaticano, eso no estaba negociado con el Vaticano para que les dejaran unos minutos sentarse con todas las televisiones alrededor, para que se diera una imagen de que el Vaticano está completamente de acuerdo con la política de Trump y de Zelenski. Eso es una maniobra de guerra cultural, de guerra psicológica. A eso juega Trump porque todavía no tiene la fuerza suficiente ni económica, ni militar, ni cultural para lanzar la ofensiva que él tenía prevista.

-¿Y cómo lo ves a Trump con respecto a Palestina? Él advirtió que había que terminar con Gaza y prácticamente acabar con los palestinos y palestinas y sacarlos de allí. Eso evidentemente se ha ido diluyendo porque la resistencia existe, porque el pueblo palestino no se va, y no pretende irse a pesar de la masacre y del genocidio que sufre. ¿Allí también Trump va camino a un fracaso?

-Trump ha fracasado ahí también. Tenemos un error nosotros, que es analizar el presente desde los criterios de hace cuatro años, cuando estaba Trump en el gobierno. En cuatro años, en cinco, en seis, ha cambiado mucho el imperialismo, siendo el mismo, ha cambiado tanto la forma y el contexto. Y por lo tanto tenemos siempre ese error de pensar en el presente en base al pasado. Eso es lógico en la especie humana pero la gente que nos dedicamos a preparar la revolución nunca podemos cometer ese error.

Partiendo de ahí, Trump ya ha fracasado en Palestina. Tiene que cambiar, porque Palestina no es la Palestina de hace seis o siete años. Irán hoy es mucho más fuerte, y lo mismo ocurre con Yemen, con Irak. Lo saben China y Rusia, que si Occidente consigue imponer el plan del gran Israel, Eurasia estaría vencida. Ese es el punto central. Y ahora no hablamos de Eurasia como países aislados, como Irán o China, hablamos de toda una forma continental que se está extendiendo a África; empieza a penetrar en el sentido liberador, empieza a entrar en nuestra América, pero también golpeando en el sentido socio económico muy fuerte a Europa. Entonces, todos saben que hoy el papel que juega el pueblo palestino es mucho más fuerte contra lo que aparece y nos dice la prensa. Dejando de lado la derrota parcial de Siria.

La emancipación del centro de África -la inmensa, joven y rica CentroÁfrica- y África en general, era una cosa impensable en la época del primer gobierno de Donald Trump. Y ahora él sabe que si intenta destruir a Irán como sea, inmediatamente va a desencadenar un conflicto que puede derivar en una guerra mundial, aunque no sea atómica. Eso están pensando, que haya una guerra mundial que no sea atómica. Por eso, todos los ejércitos se están preparando. Irán lo tiene muy claro. Y no solamente Irán, si no las alianzas estratégicas que hay organizadas en forma de redes entre muchos países que desbordan a las de Rusia, China o Corea.

La alianza estratégica que hay -por ejemplo- con Nicaragua, con Venezuela, con Cuba, llevaría todo ese conflicto palestino a escala internacional. Donald Trump sabe que no tiene recursos ahora mismo. Sabe que Netanyahu, la derecha y el sionismo están fanatizados; están en una perspectiva tan irracional como es la de los republicanos norteamericanos y la derecha fascista europea. Es tal la ceguera internacional que si los dejan solos en un segundo se meterían inmediatamente contra Irán, tengamos en cuenta que el estado sionazi tiene casi 400 bombas nucleares. Aplastaría a bombazos a Palestina, pero eso generaría inmediatamente un conflicto mundial para el que EEUU no tiene capacidad. EEUU necesitaría aproximadamente un millón y medio de tropas y una preparación de dos, tres años. Pero es que tendría la guerra con China, tendría la guerra con Rusia; tendría tensiones muy fuertes en nuestra América; más la situación interna dentro de EEUU, y, por tanto, no está capacitado para eso.

¿Alternativa de EEUU? Debilitar cuanto sea posible a Palestina, engañar, dividirlos, romper su unidad. Pero también hay otra cosa que sabe Trump: la sabe igual que nosotros, o mejor que nosotros: es que Israel es un tigre de papel, como decía Mao Tse Tung. Israel tiene el ejército podrido; está recurriendo como sea a mercenarios, como es el ejército ucronazi. Tiene tropas norteamericanas disimuladas dentro de eso. Absolutamente depende de dos factores: la tecnología militar y la llegada de armamento de la OTAN, europeo y norteamericano; y luego de la propia producción militar del ente sionista. Aproximadamente el 70% de la economía del ente sionista depende de la industria de la matanza humana, lo que equívocamente se llama complejo industrial militar.

Por lo tanto, Trump, sus especialistas, sus militares, saben que están atrapados en un agujero en que ellos mismos se han metido. Necesitan la guerra, pero no están en condiciones de hacer la guerra. Necesitan la guerra y saben que cada día que pase la guerra exige más y más dinero, se va a hundir en esa guerra y van a tener que mantener a un pequeño imperio en decadencia como es el ente sionista, donde la gente se está yendo, los ricos se están marchando del ente sionista. Y ese es el panorama en el que están. Están metidos en un agujero en el Oriente Medio.

Ahora empiezan a preparar operaciones militares en Filipinas. Con un ejército corrupto hasta la médula que es el filipino, que tiene que responder a una geografía muy compleja, infestada de guerrillas musulmanas, guerrillas comunistas, que luchan por la emancipación de los pueblos. O sea, tanto los sionistas como los republicanos norteamericanos están con el agua que ya empieza a superar el cuello y les empieza a llegar a la barbilla. Están en esa situación. Y Palestina resiste y es un factor central en la victoria de la humanidad.

-Por último, un comentario tuyo sobre el papel que tiene Turquía, un país que está jugando fuerte, tanto en Siria como en Palestina. Se ha convertido en un factor importante, que participa en esta encrucijada de ver qué ganancia puede sacar para sí.

-Turquía es un agente de la OTAN. Tiene en estos momentos el primer ejército de Europa, porque antes era el primero o el segundo con respecto al ucronazi, que ha sido destruido. En Turquía hay una diferencia entre la oposición. No hay una contradicción entre la burguesía pro-occidental turca que sabe que su futuro depende de la Europa capitalista, depende de la OTAN, de las bases, porque la capacidad tecnológica turca es muy pequeña, aunque hagan drones que han sido ridículizados en la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania. Pero a la vez tiene también otro sector que no es contradictorio con el anterior, que busca reactivar una especie de imperio otomano en estos momentos, Turquía ya no tiene el peso específico que tenía en los años '50 o '60 cuando era el instrumento de un ataque persistente contra la Unión Soviética.

Acordémonos del asunto de los cohetes en Cuba en el '62. Parte de eso era responsabilidad que tenía Turquía con los cohetes nucleares en su territorio. Turquía sabe que ocupa un lugar para el proyecto euroasiático que va mucho más allá de la ruta de la seda, porque van a conectar con todo África en estos momentos. Pero a la vez hay un sector muy amplio de la burguesía turca que, depende de EEUU y de la OTAN. Por eso en estos momentos la palabra de Turquía no vale nada. Turquía te aplaude hoy y mañana te ahoga. Te pasa la mano por la espalda y mañana te clava el puñal.

Eso que Turquía está queriendo hacer es estar bien con dios y con el diablo. Antes era el brazo militar y represivo fundamental de la OTAN y estaba muy feliz con ser ese brazo. Y hay una burguesía turca que no es servil a Erdogan, lo hemos visto en las elecciones en Estambul, también en esa barbarie autoritaria de Erdogan contra el alcalde de Estambul, o en la represión interna. Turquía sabe que necesita vitalmente de todo eso. Ya no es el matón de la OTAN en esa área geoestratégica. Hay fuerzas mucho más poderosas y Turquía sabe que no aguantaría un conflicto con Irán ni con Rusia. Aparte que eso les complica la situación interna.

Entonces, ha estado jugando desesperadamente a diversas cosas; y, por tanto, Turquía miente. Miente asiduamente sobre muchísimas cosas. Acordémonos el conflicto en la ONU. O el conflicto de Siria, o la presencia de Turquía en Libia en otro caso. O los intentos de Turquía de penetrar, con la excusa de la religión musulmana, en el Sahel africano. Nadie se fía de Turquía en estos momentos. Por lo tanto, Turquía es un animal que se sabe que está siendo desplazado, que está envejeciendo; y que va a hacer cualquier barbaridad, y por sobre todo obedecer al perro de presa del amo que es la OTAN, para que le dé algo.

Pero sobre todo y también simultáneamente, no enemistarse con potencias que hace unos años no existían con la fuerza que hoy tiene Irán, o que tiene Rusia, o que tiene China, o todo el proceso de Eurasia. Por tanto, eso entra dentro de todo el panorama de complejización creciente a nivel mundial. Y en esa complejización Turquía es uno de esos países que está en el medio. También tenemos todo el problema fronterizo de Turquía con Grecia, los Balcanes, y toda la historia.

En resumidas cuentas, en 1859 Marx escribió un célebre prólogo que decía que llega un momento en que el desarrollo de las fuerzas productivas entra en contradicción con las relaciones de propiedad establecidas. Eso ya lo entiende cada vez más la humanidad.

La humanidad se desentiende, se libera, del imperialismo, el potencial productivo científico tecnológico es cada vez mayor, y lo están demostrando China e Irán, lo está demostrando Cuba y Venezuela, así como un montón de países. Si ese potencial estuviera en manos de los pueblos, la humanidad avanzaría a pasos gigantescos. Pero,¿quién se los impide? El imperialismo. Turquía es una parte de eso y Turquía va en este sentido contra la corriente de la historia. ¿Cómo va a terminar eso? Pues con una guerra mundial. Y en ese momento Turquía optará por el Imperialismo.

 

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