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Medio Oriente :: 29/10/2009

Israel, Estados Unidos y el derecho internacional

Jean Shaoul
[Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre] Netanyahu intenta legitimar los crímenes de guerra mientras Irán es objeto de sanciones y amenazas

Israel ha reaccionado al respaldo del Comité de Derechos Humanos de la ONU al informe Goldstone, en el que se le acusa de la comisión de crímenes de guerra durante su ataque a Gaza en 2008-09, acusando a Naciones Unidas e intentando cambiar la legislación internacional.

El objetivo explícito de Tel Aviv es dar carta blanca a las fuerzas armadas israelíes para hacer lo que les venga en gana con el pretexto de “luchar contra el terrorismo”.

El informe del juez sudafricano Richard Goldstone afirma que la guerra contra Gaza fue “un ataque deliberadamente desproporcionado organizado para castigar, humillar y aterrorizar a una población civil, para arrasar su economía tanto para trabajar cuanto para sustentarse, y para imponer una creciente sensación de dependencia y vulnerabilidad”.

Goldstone propone que, si Israel no lleva a cabo una investigación independiente sobre la conducta de su ejército, el Consejo de Seguridad de la ONU envíe el caso al Tribunal Penal Internacional. Y añade que, todos los países que firmaron en 1949 las Convenciones de Ginebra, tienen la obligación de aplicar “la jurisdicción universal” para investigar y procesar a los responsables de crímenes de guerra.

El presidente Simón Peres y el primer ministro Benjamin Netanyahu han rechazado la votación del Comité de Derechos Humanos de la ONU, calificando el Informe de tendencioso, y se han negado a acatar sus recomendaciones. Ehud Barak, ministro de Defensa, y responsable del ataque contra Gaza, incluso se opuso a que en el consejo de ministros se debatiera la puesta en marcha de una investigación. Añadió que el Gobierno quiere ofrecer al ejército israelí “el total apoyo para que tenga libertad de acción”.

Netanyahu insistió en que ningún oficial israelí sería sometido a juicio por crímenes de guerra y prometió que la resolución sería vetada en el Consejo de Seguridad, es decir, por Washington, dando instrucciones a su gobierno para organizar una “campaña mundial” que presione para que se cambie el derecho internacional de guerra “ que proteja a quienes luchan contra el terrorismo” y para conseguir que los países retiran o reforman a la baja sus leyes sobre la jurisdicción universal.

Israel cuenta con el apoyo incondicional del gobierno Obama, que ha considerado el informe Goldstone tendencioso, y presiona para conseguir su retirada. Desde que se aprobó el informe, Washington repetidamente ha reiterado su apoyo a Israel y ha criticado públicamente a la ONU.

Esta actitud alcanzó su clímax la semana pasada, cuando el presidente Barack Obama envió a Peres un elogioso vídeo de felicitación para la Conferencia presidencial de 2009, celebrada en Jerusalén, a la que acudió en su nombre Susan Rice, embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas.

En su alocución ante la Conferencia, Rice dejó bien explícita la postura de Washington hacia la ONU, una institución que calificó de “evidentemente imperfecta”, y dejó claro que la autoridad de la ONU sólo debe invocarse cuando acata los intereses de EE.UU., y se desdeña cuando no lo hace.

“No existe sustituto de la legitimidad que la ONU puede establecer o del foro que facilita para movilizar a las más amplias coaliciones para afrontar los desafíos mundiales, desde la no proliferación [de armas nucleares] a la seguridad mundial”, afirmó.

“Perola ONU es una institución constituida por naciones”, continuó,”una organización que responde a la voluntad de sus miembros. Y Naciones Unidas debe hacer más, mucho más para ponerse a la altura de los ideales de sus fundadores, y los Estados miembros, de una vez por todas, deben cambiar su actitud negativa hacia Israel con el reconocimiento de la legitimidad y derecho de Israel a existir con paz y seguridad”.

Para Obama, como para su predecesor el presidente Bush, la ONU es un instrumento útil sólo cuando sigue los dictados de los intereses geopolíticos de Washington, y cuando sus resoluciones les proporcionan pretextos para la ilegal guerra de agresión contra Iraq.

Pero, cuando un organismo de la ONU intenta llamar al orden a Israel, Rice califica su decisión como “totalmente inaceptable”, lo que está en abierto contraste con la postura de Washington hacia Irán.

Estados Unidos, ahora, incluso está tratando de recurrir a la autoridad de la ONU, a través de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA, en sus siglas inglesas) y el Consejo de Seguridad, para amenazar a Irán y seguir presionando para conseguir sus ambiciones de control estratégico y económico en las regiones de Oriente Próximo y Asia Central, tan ricas en reservas energéticas.

Cuando se trata de Teherán, que no está acusado de crímenes de guerra sino de intentar desarrollar un programa nuclear de conformidad con las condiciones del Tratado de No Proliferación Nuclear- un programa que la IAEA afirma que hasta la fecha no ofrece pruebas evidentes de pretender armas nucleares- Obama declara categórico: “El gobierno iraní debe demostrar con hechos sus intenciones pacíficas o verse imputado según lo previsto por el derecho internacional”.

La política de Washington, junto con Londres, Berlín y París, está movida exclusivamente por las ambiciones imperialistas para controlar los recursos y mercados mundiales, para lo que la ONU funciona sólo como una cámara encubierta de negociaciones. Y el actual gobierno de Irán es considerado un obstáculo para su consecución.

Israel, lleva mucho tiempo ejerciendo de guardián de los intereses estadounidenses en la región y en la actualidad es probable que se esté preparando para atacar militarmente las instalaciones nucleares de Teherán, en el caso de que Washington así lo decida.

Además de tratar de proteger a una aliado estratégico, Estados Unidos y Europa están decididos a impedir que se establezca un peligroso precedente que puede llevar a la investigación de sus propios crímenes de guerra en Iraq, Afganistán y Pakistán.

Netanyahu lo sabe muy bien y por eso advirtió a las grandes potencias como respuesta al informe Goldstone “No se trata sólo de un problema nuestro. Si ellos acusan a los oficiales de nuestro ejército, a sus mandos, a sus soldados y a sus pilotos, e incluso a sus dirigentes, os acusarán también a vosotros. ¿Acaso la OTAN no está combatiendo en varios lugares? ¿No está Rusia haciendo lo mismo?”.

Esas preocupaciones políticas compartidas explican por qué a Israel se le permite desafiar a la ONU mientras se considera a Irán un paria mundial. Y esa es la razón de que Obama declararara que Israel y EE.UU. son “democracias” que “comparten sus destinos”, incluso cuando Netanyahu intenta legitimar los crímenes de guerra mientras Irán es objeto de sanciones y amenazas.

Eso mismo movió al primer ministro Gordon Brown y al presidente francés, Nicolás Sarkozy, a escribir a Netanyahu asegurándole su reconocimiento del derecho de Israel a la “auto-defensa”, tras la aprobación del informe Goldstone, mientras Brown exige que se trace una línea roja cuando se trata de la vulneración por parte de Irán de “los compromisos internacionales”.

http://www.wsws.org/articles/2009/oct2009/pers-o28.shtml

 

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