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Colombia :: 19/01/2019

Iván Márquez saluda a la XXIV Conferencia Internacional Rosa Luxemburg

Iván Márquez
Las FARC incurrimos en varios errores, como el de pactar la dejación de armas antes de asegurar el cumplimiento de los acuerdos

A la XXIV Conferencia Rosa Luxemburg

Desde Colombia la patria delineada por Bolívar en el Congreso de Angostura hace 200 años, y nacida en el campo de combate, en la espléndida victoria de Carabobo tres años después, saludo la XXIV Conferencia Internacional ROSA LUXEMBURG, que se realiza en Berlín.

Ante todo quiero depositar un ramillete de rosas rojas a la memoria de la roja Rosa, a la Rosa Luxemburg, a la mujer de palabra y acción, de teoría y trinchera, a la mujer revolucionaria que sigue comandando la Liga de Espartaco en una lucha a muerte contra el capitalismo.

Contigo, Rosa, queremos repetir, que "La revolución es magnífica... y que todo lo demás es un disparate, y que el socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo".

Dijiste de frente muchas verdades que incomodaron a los reformistas que se conforman con poco; a los timoratos y miedosos -que por esa condición humana- resolvieron no volver a hablar de la toma del poder; a los ilusos que viajan en el bote del parlamentarismo institucional a sabiendas que marchan directo a los cayos rocosos donde terminan varados los sueños socialistas; a los burócratas que estrangulan la iniciativa y la vida revolucionaria, que la limitan y le recortan las alas. Muchas verdades, Rosa, muchas verdades enrostraste.

Gracias por enseñarnos con tu ejemplo la solidaridad con las luchas emancipadoras y a estimularlas y fortalecerlas con la crítica constructiva que corrige a tiempo los errores.

"Socialismo o barbarie" no es una simple consigna agitacional -nos dice Néstor Kohan-, ella encierra una ruptura radical con todo un modo determinista de comprender la historia y la sociedad. No se marcha de manera ineluctable hacia el socialismo. No. Hay que luchar, hay que movilizarse. Nada se logra con los brazos cruzados. Para conquistarlo se necesita la subjetividad histórica y la lucha de clases. Rosa plantea que la historia humana es contingente y tiene un final abierto, no predeterminado por el progreso lineal de las fuerzas productivas. La subjetividad es el fuego de la conciencia que se convierte en fuerza material en la contienda.

Las fuerzas de las huelgas y las movilizaciones políticas y sociales al unirse, configuran, es cierto, una potencia; pero su verdadera potencia transformadora radica y destella con todas sus luces en las propuestas políticas y sociales de las fuerzas de la revolución.

Hay que seguir librando la batalla por la revolución, siempre pensando en la toma del poder, si es que de verdad aspiramos a cambiar la sociedad.

Con la certeza de que Rosa Luxemburg sigue siendo paradigma de rebelión y revolución, les deseo muchos aciertos en sus deliberaciones.

Cuba, Cuba, la isla de Martí y de Fidel...60 años de revolución socialista, brotando por todas partes como el sol, rayos de dignidad...Felicitaciones. Fue acertado y muy justo resaltar los esfuerzos de Cuba, de su gobierno y de su pueblo en la construcción heroica del socialismo bajo el fuego persistente y sin tregua del imperio.

Aprendimos del comandante en jefe de esa revolución que todo enemigo se puede vencer; que ningún arma, ninguna fuerza es capaz de rendir a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos; que quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo; que las ideas no necesitan ni de las armas, en la medida en que sean capaces de conquistar a las grandes masas; que cuando un pueblo enérgico llora, la injusticia tiembla; que no hay independencia ni hay revolución sin el socialismo y sin la solidaridad internacional; y que ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad...

Eterna gratitud al gobierno y al pueblo de Cuba por su solidaridad amorosa hacia Colombia, por todo lo que hizo, para que las FARC y el gobierno llegáramos a un acuerdo que permitiera poner fin al más largo conflicto del hemisferio. Jamás los dirigentes de la revolución interfirieron las decisiones. -Las decisiones las toman ustedes-, nos decían con su reconocida diplomacia. Gracias, mil gracias Cuba.

El 24 de noviembre de 2016 se firmó en La Habana el Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, que nosotros, como guerrilla, asimilamos como una gran victoria en la más hermosa de todas las batallas, que es la lucha por la paz. En sólo dos años de vigencia, con seguimiento de misiones de Naciones Unidas y de organismos internacionales los resultados en materia de cumplimiento por parte del Estado son desalentadores.

En ese lapso han sido asesinados más de 400 líderes sociales del país, y más de 85 guerrilleros, lo cual atisba una prospectiva de muerte aterradora. El Acuerdo perseguía alejar las armas de la política, pero éstas siguen siendo utilizadas para el exterminio físico de los opositores.

Cambiaron el texto original del Acuerdo de La Habana violentando el principio de toda negociación Pacta sunt Servanda. Los acuerdos son para cumplirlos. Después de firmados, sus términos no pueden ser modificados.

Destruyeron la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, concebida para todas las partes involucradas en el conflicto. Las instituciones del Establecimiento resolvieron que sólo era aplicable a la guerrilla y a los combatientes, excluyendo de su jurisdicción a los agentes civiles del Estado, a los determinadores de la violencia desde la cúpula política. Eclipsaron el ofrecimiento de verdad para ocultar la identidad de los verdaderos responsables de las victimizaciones, cuando la verdad es lo único que puede ayudar a sanar las profundas heridas del alma causadas por el conflicto.

El Estado colombiano ha desestimado sus obligaciones internacionales de cumplimiento adquiridas, tras la conversión del Acuerdo de La Habana en Documento Oficial del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y en Acuerdo Especial del artículo tercero de los Convenios de Ginebra.

Por otra parte el parlamento, con la anuencia del Fiscal General y la Corte, hundió en sus debates ausentes de sentido común los acuerdos sobre Participación Política, titulación de tierras a los campesinos y reparación de víctimas del conflicto. Se ha negado la Fiscalía a poner en funcionamiento la Unidad Especial de lucha contra el paramilitarismo. Más de 15 mil compulsas de copia de los implicados en esta barbarie criminal reposan imperturbables en los anaqueles de la Fiscalía General. La institución Memoria histórica ha revelado que el paramilitarismo es el responsable del asesinato de más de 100 mil colombianos en las últimas décadas.

Podríamos abundar en los incumplimientos del Estado, pero haríamos interminable esta exposición. Baste con señalar que el otro gran problema es la inseguridad jurídica de mandos y combatientes de la insurgencia, lo cual ha expandido la desconfianza en las bases guerrilleras. El más grave de todos es el de la detención, mediante montaje judicial con fines de extradición, urdido por el embajador de los Estados Unidos, Kevin Whitaker y el Fiscal general, Néstor Humberto Martínez, del estelar invidente negociador de paz de la guerrilla, Jesús Santrich, que ya completa 9 meses en prisión injusta.

Aún permanecen encarcelados 400 guerilleros que debieron quedar en libertad con la simple manifestación de su voluntad de acogimiento a la JEP, tal como lo consigna el acuerdo. Y otro hecho grave es el encarcelamiento que padece en Colombia la comandante Sonia luego de purgar 11 años de prisión en cárceles de los EEUU. Y en Florence, Colorado, en una prisión subterránea, en condiciones infrahumanas el comandante Simón Trinidad, extraditado con un montaje judicial a los EEUU, purga una condena a 60 años. Para Simón de las FARC pido la solidaridad de la XXIV Conferencia. Luego de 14 años en las mazmorras gringas, exijimos su libertad. Libertad, libertad, para Simón Libertad.

En resumen, la paz fue traicionada por el Estado colombiano que optó por la perfidia y el incumplimiento de lo pactado de buena fe.

Reconocemos que incurrimos en varios errores como el de pactar la dejación de armas antes de asegurar el acuerdo de reincorporación política, económica y social de los guerilleros, cuando Manuel Marulanda Vélez, el histórico comandante en jefe de las FARC había advertido que las armas debían preservarse como garantía del cumplimiento de los acuerdos; otro gran error fue negociar la dejación de armas sin ninguna conexión con la Mesa Central que había sorteado con éxito los acuerdos sobre Tierras, Participación Política, Víctimas del conflicto y Jurisdicción Especial para la Paz.

Nosotros no queremos ahora llorar sobre la leche derramada. No vamos a engañar a ningún guerrillero con el cuento de que todo está bien, que el gobierno está cumpliendo; no. Enterrar la cabeza en la arena como el avestruz para negar el fracaso no será nuestra actitud.

Ni más faltaba, que luego de la perfidia y el engaño del Gobierno, vayamos ahora a engañar a las bases guerrilleras. Vamos a dar la pelea para tratar de recomponer las cosas y reparar el daño, como una modesta autocrítica, levantando siempre en alto la bandera de la paz, que es del pueblo.

Para terminar, no dejemos sola a Venezuela y a su gobierno bolivariano que afronta un ataque brutal de la derecha latinoamericana confabulada, dirigida por el Gobierno de Washington.

Iván Márquez, Jefe del equipo negociador de las FARC. Enero 11 de 2019

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