Karl Marx en el siglo XXI


El libro Karl Marx en el siglo XXI. Crítica alternativa a la fractura capitalista del metabolismo natural y humano (Editorial Plaza y Valdés y Universidad Autónoma de Guerrero, 2024), destaca por su profundidad teórica y su capacidad reflexiva, al enfrentar con maestría el reto de actualizar las contribuciones del marxismo en el análisis de lo que su autor acertadamente describe como la crisis, la barbarie y la decadencia de la violenta civilización capitalista en el siglo XXI.
La obra está escrita con la erudición y los estilos de gran calado de la tradición marxista, con sugerentes epígrafes, notas a pie de página con información adicional y sugerencias bibliográficas, excelente redacción de principio a fin, una extensa y actualizada bibliografía, incorporando obras inéditas de Marx, que recientemente han sido publicadas gracias a los esfuerzos de colegas de otras latitudes, como Néstor Cohan. Con la congruencia ética que lo caracteriza, Valqui aclara que este estudio es la continuidad de una trayectoria de vida dedicada a estos temas, y reconoce que muchos de sus planteamientos, tesis e hipótesis están diseminados en libros colectivos y otros personales.
Valqui analiza los nexos internos de la complejidad dialéctica capitalista, histórica y concreta, como una síntesis de múltiples determinaciones, y observa el sistema capitalista como una moderna esclavitud de los seres humanos y la naturaleza. Su estudio escudriña las formas de explotación y dominio, sus contradicciones internas, sus expresiones estructurales y supraestructurales, su conformación clasista y las luchas de clases, sus crisis, límites históricos, su decadencia y descomposición civilizatoria, así como la tendencia a su fin, una nítida y extraordinaria descripción que bien podría corresponder a la trágica realidad mexicana, con sus letales cifras de homicidios, feminicidios, desapariciones forzadas, asesinatos de defensores del territorio, campos de exterminio, y procesos de recolonización que corresponden a la acumulación militarizada y delincuencial.
Con toda razón, Valqui se adscribe entre los investigadores que consideran que la perduración de la actual civilización capitalista conlleva al fin de la vida humana y natural del planeta. Por ello Valqui examina la alternativa comunista de Marx al capitalismo y su imbricación con la comunidad ancestral para superar el actual desorden planetario. El autor afirma que las comunidades originarias, los pueblos y los modernos esclavos asalariados, dotados de conciencia histórica, son los sujetos políticos para superar la prehistoria capitalista. De allí la razón por la que el capitalismo militarizado y delincuencial se plantea como estrategia recolonizar y llevar la guerra a los territorios de las comunidades originarias, para devastar sus condiciones de vida, la base material de su reproducción, para saquear su cultura y destruir las prácticas comunitarias.
El imperialismo, por su parte, intensifica en el mundo el despotismo mediático, el fundamentalismo, el macartismo, la fascistización trasnacional, la criminalización, la infiltración de organizaciones, la división y la fragmentación de la lucha de clases, de los movimientos, resistencias y luchas de masas oprimidas, la cooptación de sus dirigentes y la flagrante supresión de los derechos humanos.
Valqui reivindica un marxismo crítico, que refuta a quienes consideran que ya no aplica, que está superado, y demuestra lo que esta corriente de pensamiento puede ofrecer a la lucha de la humanidad por su supervivencia. No hay ningún dejo de triunfalismo o cómoda modorra por parte del autor en cuanto al ejercicio del pensamiento crítico, incorporando, en ese camino, las ideas revolucionarias de Rosa Luxemburgo y de tantos otros que ayer y hoy asumieron el compromiso de cambiar el mundo para construir una sociedad comunista.
El autor somete a una crítica demoledora a los ideólogos de todas las disciplinas, enajenados en su condición de partidarios del eurocentrismo y del estadunidocentrismo, que plagan a la mayoría de las facultades y centros de investigación de ciencias políticas y jurídicas con paradigmas funcionales a la compleja recolonización imperial, promoviendo la condición colonial epistémica, académica y profesional, en la docencia, la investigación y la extensión universitaria, que afecta de manera histórica y concreta a la formación de los nuevos profesionales, que egresan cargados con muchos prejuicios para conocer y asumir las ciencias y la filosofía en su complejidad dialéctica y materialista, y para asumir las causas insurgentes de los pueblos y de la madre naturaleza.
Este trabajo refuta a esa academia funcional al sistema, y será de gran utilidad a los movimientos sociales y a las nuevas generaciones que requieren vencer, a contracorriente, la campaña en marcha del sistema capitalista para aniquilar todo rastro de pensamiento antisistémico y emancipatorio.
La Jornada