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Venezuela :: 28/09/2010

La derrota del reformismo, no es la derrota de la revolución

Movimiento Guevarista Revolucionario
Se debe avanzar en el dialogo constructivo con una base chavista honesta y comprometida con la que es posible construir con miras a superar el actual marco

Si nos tuviéramos que guiar por las declaraciones ofrecidas por los voceros de las distintas fuerzas políticas, que ayer participaron en los comicios, todos fueron ganadores en Venezuela y no hubo perdedores en la elección parlamentaria desarrollada sin mayores incidentes.

Luego del primer boletín del CNE, autoridad electoral en Venezuela, la oposición en boca de uno de los voceros de la Mesa de Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo, se pronunció durante la madrugada de este lunes. Desde el comando de campaña de la MUD, Aveledo recordó que, "a pesar de la perversión" del sistema electoral, los venezolanos quieren un Parlamento que sea plural. "El CNE, tan cuidadoso para dar el resultado, ha obviado dar un dato que es crucial: En el voto popular para la AN, las fórmulas presentadas por la unidad recibieron el 52%", dijo.

Por su parte, Aristóbulo Istúriz, jefe del Comando de Campaña Bolívar 200, luego de conocer los resultados, indicó que con la victoria de los 95 diputados, se reafirma el PSUV como la primera fuerza política del país. "Con esta victoria les hacemos un llamado a unirnos, a fortalecernos porque es una batalla que no termina". Destacó que se alcanzó un importante resultado electoral, y que la lucha sigue. "Nos montamos una meta de alcanzar los dos tercios, no fue posible". Al cierre de esta nota no se conocían las opiniones de miembros del PPT, pero de seguir la tendencia actual, también reivindicarían un triunfo aunque prácticamente desaparecieron.

Todas estas opiniones, no dejan tener razón y examinaremos el porqué de esta aparente contradicción.

El Estado capitalista hoy vigente

Si tomamos en cuenta que el Estado capitalista acaba de legitimar con el voto de cerca de 12 millones de personas, uno de sus mecanismos de negociación y solución de contradicciones interclase, como es el parlamento, utilizando otra de sus instituciones fundamentales también legitimada, como es el poder electoral, tenemos como resultado una reafirmación del tipo de estado vigente hoy en Venezuela como es el Estado capitalista con sus reglas y mecanismos.

Muchas personas que se dicen de izquierda, sienten verdadero orgullo de su sistema “democrático”, elevando esta categoría como uno de los rasgos esenciales del sistema político bajo el cual les gustaría vivir. Estos “izquierdistas”, no toman en cuenta varios elementos muy importantes a la a hora del análisis.

Primero que todo, decir que cerca de 5 millones de los inscritos en el sistema electoral del país, no votó por diversos motivos en esta oportunidad. También existe el dato importante que existen otros por lo menos 5 millones, que no les ha interesado inscribirse en los registros electorales y que por lo tanto, tampoco participa a la hora de nombrar a los representantes al parlamento u a otras responsabilidades con cargos de elección. Lo anterior quiere decir que existe casi la misma cantidad de gente que vota y la que no lo hace, teniendo la edad de sufragar.

De acuerdo a lo anterior, se puede decir sin faltar a la verdad, que nuestro sistema es solo un 50% “democrático”, sin tomar en cuenta aquí, las miles de responsabilidades políticas que no son elegidas por voto popular y ejercen gran influencia a la hora de la toma de las decisiones.

Pero hay otro detallito de nuestro sistema de capitalismo democrático, que también se pasa por alto muy a menudo. Para participar en procesos electorales en nuestro país, con posibilidades de ser elegid@, se deben tener abundantes recursos financieros y de todo tipo. Esta realidad tan palpable por todos, es literalmente omitida por todos los agentes comprometidos en el funcionamiento del sistema. Entonces, un segundo rasgo fundamental de nuestra democracia capitalista, es que va a existir tanta democracia, como dinero tengamos para comprarla, convirtiéndose la participación política dentro del sistema capitalista, en otra mercancía más a comprar y a vender en el mercado político.

Pero si a usted le disgusta lo anterior, espere a que revisemos nuestra ley electoral, donde no todos los votos valen lo mismo y donde usted sacando menos votos que su contrincante, puede ser electo sin ningún problema, como en los mejores tiempos de la ley electoral de Pinochet en Chile. Pese a todo lo anteriormente nombrado, esta madrugada el lugar común de todos los protagonistas, era resaltar el gran civismo y perfección de nuestro sistema.

Lo último que se pasa por alto, es precisamente que no es nuestro sistema, sino un mecanismo que ha venido perfeccionando el capitalismo para dirimir sus contradicciones internas, entre las distintas fracciones burguesas que aspiran la administración del Estado. También usan este mecanismo eleccionario, como una verdadera entretención contrainsurgente para los millones de hambrientos y desposeídos, que inevitablemente engendra la deformación social y política que resulta ser el capitalismo y que mantienen esperanza que los ilustres diputados velen por sus intereses.

Los partidos políticos

Sin duda el psuv se ha transformado en la primera fuerza electoral y política del país, logrando elegir 95 diputados nacionales y 5 al Parlatino según cifras preliminares. La Alianza socialistas-comunista, triunfó en Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro, Distrito Capital, Falcón, Guárico, Mérida, Monagas, Lara, Portuguesa, Trujillo, Yaracuy y Vargas, además igualó en Miranda y Sucre. Todavía no hay resultados definitivos en Apure.

Perdieron en Táchira, Nueva Esparta, Anzoátegui y el Zulia. En Miranda uno de los estados con mayor concentración de votos, la fuerza política reformista, obtuvo un empate en cuanto a la cantidad de diputados.

A esta hora se está a la espera de ver cómo le fue al PCV en esta alianza que realizó con el PSUV, aunque en principio se podría asegurar que para muchos votantes, este fue un partido invisible, ya que fue casi absorbido por el desarrollo de la campaña del psuv. Pero más allá de lo anterior, es claro que el psuv logró una gran cantidad de diputados y contará en la asamblea nacional con una mayoría simple, que se verá relativamente ampliada con el voto de los diputados indígenas.

El planteamiento de seguir haciendo reformas al sistema económico y político venezolano, en forma gradual y que no afecte los intereses fundamentales de la burguesía, se verá mucho más restringido aún para este partido, al no contar con una mayoría calificada de al menos dos tercios del parlamento. Ello será una buena excusa a la hora de no profundizar los cambios que el país efectivamente reclama, y que esperó pacientemente que se realizarán en cinco años de ejercicio de la ex asamblea, con casi el 100% de los diputados rojos rojitos y que como todos saben, no se realizaron.

¿Por qué motivo esto no ocurrió? Sencillo. Por los intereses de clase allí comprometidos. Al ser el psuv un partido pluriclasista en su composición social, pero burgués desde el punto de vista de sus orientaciones fundamentales, era del todo imposible que legislara en favor de las y los trabajadores, sobre todo cuando se enfrentaron a los efectos de una crisis de la magnitud actual.

Así las cosas, el psuv puede sentirse como ganador de estos comicios y realmente lo es. Siempre durante estos cinco años de ejercicio en solitario del poder en la asamblea, distintos personeros de esa tolda política, reclamaron tener un interlocutor válido dentro de la oposición con quien (suponemos nosotros) ponerse de acuerdo en el modelo a implementar.

Por su parte el PCV, después de ser considerado un paria de la política chavista, pasó a integrar la alianza electoral con el psuv. Recordemos que el mismo presidente amenazó a este partido con “borrarlo del mapa” en varios discursos alusivos a su resistencia a sumarse al psuv.

Esta alianza para la tienda del gallo rojo, era del todo necesaria al calor de la política de ese partido y de su situación actual desde el punto de vista orgánico. Con una militancia diezmada y reducida, producto de varios y sucesivos desprendimientos de militantes (siendo el más importante la incorporación al psuv de varios de sus dirigentes), era vital participar de esta alianza y fortalecer su posicionamiento en la arena política, aunque esto le significara a su secretario general, ir en dupla electoral con uno de los responsables de la matanza de guerrilleros en Cantaura hoy convertido en flamante “revolucionario”.

El PTT conocido como ”partido de los negocios” en varios círculos, abrió su cartilla electoral para que participaran varios “independientes” y algunos compañeros de la USI (Unidad Socialista de Izquierda), como una forma de romper el aislamiento al que quedó sometido luego de incorporar a sus filas al disidente gobernador Henry Falcón, y de haber defendido a capa y espada al también ex gobernador del Guárico, Manuitt, personaje investigado por múltiples actos de corrupción y convertido en gran empresario y propietario de vastas tierras y haciendas de lujo entre muchos otros bienes.

Esta suerte de alianza instrumental hasta donde se ve, no le resultó del todo beneficiosa, pero con lo mínimo consiguió dos diputados que le hacen mantener una menguada presencia en la asamblea, sin que esos votos signifiquen convertirse en la tan ansiada “bisagra” para dirimir entre la derecha y el chavismo, la suerte de algunas leyes y obtener beneficios a cambio.

La USI por su parte, opto por unirse a la plancha electoral del PTT, al no estar inscrita como partido político y como parte de su estrategia de acumulación de fuerzas. Esta pequeña pero bien organizada tienda política, nada tenía que perder en esta elección y si contó con la posibilidad de llegar con su política y su mensaje en forma ampliada a vastos sectores, aunque esto no le significara sacar diputaciones. Llama la atención en este análisis preliminar, que justo donde uno de sus dirigentes con mejor proyección nacional, como es el caso del dirigente de los trabajadores petroleros, José Bodas, se presentó a la elección como es el caso de Anzoátegui, la derecha haya sacado casi todos sus candidatos.

Habrá que esperar el análisis que hagan estos compañeros, pero sin duda, en este caso estrictamente desde el punto de vista de la acumulación de fuerzas como organización, podemos decir que aquí todo era para sumar, por lo menos aparentemente desde ese punto de vista. En torno a los resultados electorales de esta tolda política, solo diremos que no reflejaron el apoyo que habían tenido en elecciones de organizaciones de trabajadores sobre todo en Anzoátegui y fueron castigados al pactar la plancha electoral con un partido de derecha que la gente reconoce como tal.

La derecha en tanto, se podría decir que es a todas luces, la gran ganadora de estos comicios.

Cuando el 2005 declinaron presentarse a las elecciones alegando diversos, pero engañosos motivos, venían saliendo de una gran derrota electoral como fue el intento de revocatorio contra el jefe de estado, las masas en ese momento aún se encontraban a la ofensiva y su estrategia principal había fracasado.

La táctica recomendada por EE.UU de no presentarse a esos comicios, se demostró en el tiempo como acertada, porque le impidió sufrir un desastre aún mayor en esas elecciones como seguramente habría ocurrido y tomarse su tiempo para reacomodar sus fuerzas, elaborar la estrategia principal para el periodo y desarrollar un ambicioso, metódico y paciente plan táctico.

Se dirimieron liderazgos internos, se conquistaron zonas de influencia por los nuevos grupos de poder surgidos al interior de la así llamada alianza y lo más peligroso para los intereses populares, uno de los sectores más extremos de la derecha, logró basificarse en varios sectores populares desarrollando una política de masas que jamás tuvo.

Mientras que el reformismo se entretenía con los juegos de calle desarrollados a través de la penetración en un sector de la juventud universitaria por estos grupos, el grueso de su trabajo se centró en los barrios más populosos creando redes y organizaciones de todo tipo apoyados muchas veces en el sector paramilitar colombiano que tiene gran presencia en varias zonas de nuestro territorio como ya es de público conocimiento.

El doble juego de la derecha de reclamar medidas de protección a sus intereses de clase por parte del gobierno, que la salvaran de la crisis sistémica del capital y por otra parte, tratar de canalizar el descontento que produjo la política de protección de los intereses de la burguesía asumida en forma entusiasta por el gobierno, le provocó importantes dividendos políticos y sociales y es así que verdaderos cadáveres políticos de lo más podrido que ha conocido Venezuela, hoy los tenemos de nuevo en la arena política con nuevos bríos y cosechando excelentes dividendos políticos fruto de la nueva situación tanto objetiva como subjetiva de cara a los próximos comicios. Es claro ya que después de las elecciones, que debe quedar un perdedor. Las primeras lecturas al respecto, nos permite afirmar que el gran perdedor fue el pueblo pobre y trabajador.

Ninguna de las listas que compitió puso un énfasis en un programa de trabajo legislativo que sacara al pueblo mediante la aprobación de leyes fundamentales de la enorme crisis que ha venido soportando en estos años. Como no estaba en juego verdaderamente el resguardo de los intereses obreros y populares, este pueblo pobre y explotado nada tenía que ganar con estas elecciones. En sentido contrario, se puede afirmar que los resultados de las elecciones con la subida de la derecha y su cohabitación parlamentaria con el chavismo, solo viene a confirmar los 5 años perdidos para el pueblo en orden a poner una cuota de confianza en una asamblea que se demostró completamente inútil e inservible para resguardar los intereses populares y no podía ser de otra manera. La Asamblea Nacional como institución y como eje funcional de las políticas de Estado, es una Asamblea de clase en cuyo marco no es posible realizar los cambios revolucionarios que se necesitan para avanzar en una efectiva revolución.

Queda claro que dentro de los estrechos y regulados ámbitos de participación (que solo buscan legitimar el sistema) del capitalismo, la clase obrera nada debe buscar. Solo la formulación de un programa que efectivamente que ponga en el centro de la preocupación sus intereses más vitales, unido a un paciente trabajo de base y articulación revolucionaria, puede y debe rescatar nuevamente el entusiasmo revolucionario de las masas y revertir la situación de postración en la que se encuentran.

Queda como tarea de los revolucionarios levantar una alternativa que más allá de estar centrada en la crítica al reformismo y de denunciar todo lo que no se hizo desde el gobierno que favoreciera a la clase obrera y a los pobres y explotados de la ciudad y el campo, sepa llegar a la mente y al corazón de un pueblo que ya cansado de esperar por los cambios necesarios y en su desesperación por la situación que sufre día a día, empieza a mirar peligrosamente a la derecha demagógica y falaz como alternativa.

El trabajo para los revolucionarios durante este tiempo es arduo y extensivo. Se debe avanzar en el dialogo constructivo con una base chavista honesta y comprometida con la que es posible construir y avanzar con miras a superar el actual marco general impuesto. Debemos ser capaces de llevar nuevamente el ánimo y entusiasmo revolucionario a las masas, mientras se golpea puntualmente a la burguesía en lucha por mejoras salariales y de todo tipo. Se debe avanzar en la movilización del pueblo en cientos de miles de protestas grandes y pequeñas que repongan en el centro del debate, las reivindicaciones más sentidas como un aumento general de salarios y otras medidas en la misma dirección.

Solo con una política audaz y generosa, enmarcada en un plan estratégico de construcción de la alternativa revolucionaria, será posible revertir la actual situación que sufren millones de compatriotas que aún esperan que llegue su momento. Debemos recordarle a nuestro pueblo que aquí no fue derrotada la revolución socialista porque ella todavía no se realiza y que el socialismo como alternativa revolucionaria al capitalismo tampoco fue derrotado. Solo asistimos a una derrota parcial del reformismo producto de sus propias contradicciones.

Debemos y podemos construir una alternativa revolucionaria y dejar de culpar al reformismo de todo lo que supuestamente tiene que hacer si fuera revolucionario, pero el hecho es que no lo es y debemos conocer sus limitaciones y partir de allí en el análisis y en el trabajo. Solo con la organización y la herramienta política de las trabajadoras y trabajadores, es posible impulsar la independencia de clase necesaria que signifique enfrentar al capitalismo y derrotarlo. Sin organización revolucionaria, no hay revolución.

 

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