La deuda ecológica, social y económica de Europa con Centroamérica
Este modelo no es un fin en sí mismo sino un mecanismo que abre las puertas a la aceleración de la acumulación del capital donde el Estado ha entregado a las Corporaciones la riqueza, las leyes, los mecanismos, el control del mercado. Estas han generado sus propios tribunales y leyes supranacionales. En sus manos se va concentrando de manera acelerada las semillas, las medicinas, las patentes, el agua, la energía, los bosques, y ahora van sobre la apropiación y la privatización de la atmósfera por medio de los servicios ambientales y los bonos de emisión.
Se comportan ya como una Nación, con sus propias reglas y con más riqueza y poder que los propios Estados. Este modelo de Corporación-Nación es ya la cúspide del último modelo del capitalismo agonizante. Sin embargo, el proceso no ha sido posible sin la ayuda de los mismos gobiernos, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y las demás instituciones multilaterales y los bancos privados. Pero también de quienes hemos dejado que esto suceda.
Por ello, hoy más que nunca, urge fortalecer y generar todo tipo de experiencias antisistémicas, “Alter-Natos”.