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Medio Oriente, Europa :: 27/02/2012

La diplomacia rusa se moviliza por la crisis siria

M K Bhadrakumar
Cciertas potencias trans-regionales buscan la desintegración de Siria, lo que es una amenaza para la seguridad de Medio Oriente

El grupo “Amigos de Siria” (FOS, por sus siglas en inglés) patrocinado por las potencias occidentales y sus aliados árabes programó su primera reunión en Túnez para el viernes. La diplomacia rusa ha cambiado de velocidad a un modo dinámico. El Kremlin era una colmena de actividad diplomática el miércoles.

La reunión del FOS en el lugar de nacimiento de la “Primavera Árabe podría, prima facie, dar la impresión de que el nombre del juego es retórica altisonante y nada más.

Pero Moscú no ve de esa manera el paradigma en desarrollo. Estima que Túnez con su clima mediterráneo y paisaje lánguido ha sido cuidadosamente elegido como un sitio engañoso desde el cual Occidente lance un ataque concertado contra la ciudadela del presidente Bashar al-Asad y lo legitime ante la opinión mundial. Moscú siente que el ataque final contra Siria por EE.UU. no puede estar muy lejos, aunque la propaganda estadounidense presenta las cosas como si el gobierno de Barack Obama se encontrara ante un dilema, desgarrado por una angustia existencial.

Moscú ha rechazado sin rodeos la “invitación” a formar parte del FOS. El portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexander Lukashevich dijo el martes:

No fuimos informados oficialmente sobre quién participará en la conferencia (del FOS) o de cuál será la agenda. Más importante aún es que no está claro cuál será el verdadero objetivo de esta iniciativa… Se plantean serias preguntas sobre el documento final de la reunión. Según algunas informaciones, se pedirá a un pequeño grupo de países, sin conocimiento de otros, que simplemente aprueben un documento que ya está en el proceso de ser escrito… parece que estamos hablando de ensamblar a la ligera algún tipo de coalición internacional como fue el caso en la organización del Grupo Contacto Libia a fin de apoyar a un lado contra el otro en un conflicto interno. Rusia está a favor de que todos los miembros de la comunidad mundial actúen como amigos de todo el pueblo sirio y no solo de una parte.

Esa declaración podrá dejar la impresión de que Moscú retiene la opción de revisar su asociación con el FOS en alguna etapa futura. Pero su ángulo más importante es la analogía hecha contra la intervención de Occidente en Libia y el misterioso parecido entre el Grupo de Contacto Libia y el FOS que se está organizando.

Ante el trasfondo de la analogía libia, el Kremlin entró rápidamente a la arena diplomática el miércoles. El presidente Dmitry Medvedev llamó por teléfono al primer ministro iraquí Nuri al-Maliki, al monarca saudí, rey Abdullah, y al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad.

Al parecer la conversación con Abdullah no llegó lejos, como sugiere el terso anuncio del Kremlin. La estatal Agencia Saudí de Prensa afirma que Abdullah virtualmente rechazó a Medvedev al insistir en que todo diálogo sobre la situación siria es “fútil”. Dijo que Moscú debiera haber “coordinado con árabes… antes de utilizar su veto `` [en el Consejo de Seguridad de la ONU].” Se citó a Abdullah diciendo: “Por ahora, el diálogo sobre lo que sucede [en Siria] es fútil”.

Abdullah dejó claro que Riad tomó su decisión sobre Siria y que nada que no sea un cambio de régimen satisfará a la Casa de Saud.

Medvedev, sin embargo, tuvo discusiones productivas con Maliki y Ahmadineyad. Es interesante que Moscú haya evaluado a Bagdad como interlocutor significativo en la crisis siria tan poco tiempo después de la retirada de las tropas de EE.UU. de ese país.

La iniciativa rusa hacia Bagdad equivale a un reconocimiento de que Iraq ha recuperado su soberanía después de ocho años de ocupación extranjera y de su relevancia y capacidad de jugar un papel en la crisis siria, así como un recuerdo a los que hayan olvidado que Iraq junto con Siria fueron dos fieles aliados de la ex Unión Soviética en Medio Oriente.

El informe del Kremlin sobre la conversación entre Medvedev y Maliki dice:

El principal tema de la discusión fue la situación en Medio Oriente, en particular en Siria, con énfasis en que no se permita la intervención extranjera en los asuntos de Siria y en la necesidad de terminar el derramamiento de sangre lo antes posible y de lanzar un diálogo exhaustivo en el propio país entre todas las partes en el conflicto. Ambos dirigentes subrayaron que esfuerzos políticos y diplomáticos por estabilizar la situación en Siria son la única opción y señalaron el impacto contraproducente de sanciones económicas contra Siria, que solo agravan los problemas sociales y económicos del pueblo sirio.

Medvedev y al-Maliki “destacaron la importancia de una continua coordinación mediante contactos bilaterales y multilaterales a fin de garantizar la paz y la seguridad regional”. Es interesante que ambos dirigentes acordaran expandir y profundizar los lazos bilaterales que, a propósito, tuvieron un gran contenido de seguridad en la era soviética.

El evento sorprendente, sin embargo, fue el llamado telefónico de Medvedev a Ahmadineyad del miércoles. De modo interesante, fue hecho el día después de que inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica concluyeran en Teherán lo que parece haber sido una misión no concluyente.

Moscú ha tenido cuidado de mostrar abiertamente un entendimiento estratégico con Teherán sobre importantes problemas regionales para evitar ser involuntariamente involucrado en el impase entre EE.UU. e Irán. Esta reserva política condicionó la actitud tibia de Moscú ante las persistentes solicitudes de Irán por la membresía en la Organización de Cooperación de Shanghái.

Por lo tanto, independientemente de la forma cómo se vea el asunto, Moscú cruzó el Rubicón el miércoles para ponerse en contacto con Ahmadineyad respecto a la crisis siria, que comentaristas rusos señalan crecientemente como el tema internacional más crítico de la actualidad, que lleva a un “punto de ebullición”.

El informe de los medios rusos sobre la conversación Medvedev-Ahmadineyad afirma que los dos dirigentes se “pronunciaron” contra la interferencia extranjera en Siria, mientras que la declaración del Kremlin dijo que “instaron a la resolución de la actual crisis por el pueblo sirio utilizando solo medios pacíficos y sin ninguna interferencia extranjera. Las partes acordaron que el principal objetivo actual… es impedir una guerra civil en el país, que puede desestabilizar la situación en toda la región.”

El informe iraní fue más directo: En vista de sus puntos de vista y posiciones comunes, Irán y Rusia deben hacer más esfuerzos por ayudar a establecer la paz en la región e impedir una intervención extranjera”, dijo Ahmadineyad.

Medvedev, por su parte, dijo que ciertas potencias trans-regionales buscan la desintegración de Siria, lo que es una amenaza para la seguridad de Medio Oriente. El presidente ruso agregó que Irán y Rusia pueden cooperar para resolver pacíficamente la crisis en Siria.

Significativamente, EE.UU. finalizó sus iniciativas diplomáticas el miércoles con una diligencia del Viceministro de Exteriores, Sergei Rybakov, ante el embajador estadounidense en Rusia, Michael McFaul, en una reunión en el ministro de exteriores en Moscú sobre la situación en Irán.

Rybakov expresó la “fuerte objeción” de Moscú a las sanciones unilaterales impuestas por EE.UU. contra Irán y señaló que semejante presión política solo impide una “solución negociada del impase de Occidente con Irán” y complica las conversaciones de Irán con el P5+1 –“los Seis de Irán”– EE.UU., Gran Bretaña, Francia, Rusia, China más Alemania.

La diligencia tiene lugar en un punto en el cual comentaristas rusos –como sus homólogos chinos– colocan cada vez más la crisis siria y la situación alrededor de Irán como dos vectores de la misma matriz. Conviene observar cómo el entendimiento ruso-iraní se desarrolla respecto a Siria.

Un comentario ruso del miércoles analizó que la correlación de fuerzas en el corazón de la región de Medio Oriente cambia dramáticamente:

Siria está desarrollando una relación especial con Iraq, que simpatiza con los esfuerzos de Siria por estabilizar la situación interior. Es bastante probable que con la retirada de las tropas de EE.UU. de Iraq, Irán, Iraq y Siria formen naturalmente en algún punto una alianza inarticulada, tripartita, en Medio Oriente. En vista del hecho de que la mayoría de los iraquíes son chiíes y la creciente influencia de Irán en Iraq en los últimos años ha estado aumentando, un escenario semejante no es de ninguna manera improbable.

Las iniciativas diplomáticas del Kremlin del miércoles parecen haber tenido en cuenta el emergente escenario regional.

Asia Times Online. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

 

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