La primera víctima de la burguesía en la guerra de clases es la verdad

La monumental campaña de engaños y mentiras que se desarrolla en todos los medios de “comunicaciones” del imperialismo haría sonrojar al “maestro” que sostenía: “que una mentira dicha muchas veces se convierte en verdad”, el gran propagandista del hitlerismo Joseph Paul Goebbels, Ministro de Propaganda e Información del gobierno nazi. De vivir este nefasto personaje hoy se moriría de envidia al ver que sus discípulos lo han superado tan ampliamente, que ya han logrado que la propaganda se convirtiera en una parte insustituible de la guerra psicológica desatada por el imperialismo contra los pueblos, los proletarios de todo el mundo. Por ejemplo y solamente para tomar uno de los tantos que proliferan, pero que es muy significativo: La bancarrota y la futura reconversión de General Motors.

Hasta el 2007 calificaba como la fábrica automotriz más grande del mundo, la que más mano de obra ocupaba en el mundo, con filiales en muchas partes del planeta. En el año mencionado perdió ese liderazgo a manos de la japonesa Toyota, pero no sólo perdió el liderazgo, algo que muy pocos medios de comunicaciones en el mundo publicó. Por la desinformación, el rápido deslizamiento hasta su situación actual aparece como algo sorpresivo: clara manipulación informativa. El cierre de las plantas de Canadá, México y en el mismo Estados Unidos, dejaron miles y miles de obreros y empleados en la calle y fue manejado como una noticia de último interés, no sólo por los medios televisivos, oral y escritos, sino por los propios gobiernos yanquis: el de Bush y el de Obama. Pero sí se habló hasta el cansancio de los “nuevos autos”, “más pequeños” y hasta “no contaminantes” que fabricaría. De los desocupados, poco y nada. Hoy General Motors espera el dictamen de la Justicia norteamericana que apruebe sus planes para “salir” de la bancarrota.

De los desocupados, otra vez, nada. La voz de los sindicatos… no se oye. Pero las estadísticas oficiales reconocen 14.700.000 desocupados y en el mes de junio esa cifra se engrosó con 467.000 desempleados más. Aquí cabe preguntarse ¿los obreros y empleados de General Motors y de todas las fábricas que cerraron y cierran en Estados Unidos y el mundo, son mudos? Creemos que la mudez es solo una manifestación de la tan cacareada libertad de prensa y libertad de expresión de la burguesía. Para la burguesía imperialista la más amplia libertad de prensa y expresión, para los proletarios, la más cruel y dolorosa manipulación informativa.

De la misma manera falaz y engañosa, sostienen que lo peor de la crisis ya pasó, cuando en realidad recién empieza. Sostienen que los diversos planes de “salvataje” tuvieron éxito cuando en realidad sus efectos se están trasladando a la base material de la economía: la producción. Y es allí donde se manifiestan todas las actividades de la burguesía para mantener de cualquier forma el ritmo de la producción. Las medidas componen un conjunto que tiende a que el proletariado cargue sobre sus espaldas el peso de la crisis. Son plusvalía del proletariado los fondos públicos que los Estados burgueses destinan para “salvar” bancos financieras y empresas de seguros en desmedro del salario real, y de mejoras del sistema de salud, de la educación, de los fondos previsionales, de obras públicas que no se hacen: agua, luz, gas, cloacas, etc.

Lo sucedido con los diques de Nueva Orleáns durante el huracán Katrina, es una pequeña ilustración de cómo se multiplican y amplifican los efectos de los desastres “naturales”. Así también debemos contabilizar la “Falta de Seguridad”, que la burguesía pretende desviar hacia la delincuencia solamente. La imperiosa necesidad de “recortar costos”, se lleva adelante a costa y riesgo de la población. No es una casualidad las explosiones de los aviones, como tampoco los “accidentes” ferroviarios. Menor costo para ellos es = a menor gasto de mantenimiento, = a menor cantidad de personal = mayor inseguridad para la población. Todas las lacras de la clase dominante van quedando en la superficie.

Alguien dijo alguna vez que la primera víctima en la guerra, es la VERDAD. La primera víctima de la burguesía en la guerra de clases es la VERDAD. Nos están engañando, nos están mintiendo. Todos sabemos que los fondos de pensiones, individuales o colectivos son la única fuente de ingresos para los ancianos, después de toda una vida de trabajo. Según analistas, como Leo Kovalakis de la empresa Pensión Pulse, se anticipa una avalancha de insolvencias o fuertes déficits en los fondos públicos y privados de pensiones en Estados Unidos, Canadá y otros países. Se amenaza con la reducción de los pagos de jubilaciones y pensiones, situación que recaería sobre millones de personas retiradas de sus actividades. Pero eso no es todo…. Para compensar, puede provocar el aumento de las cuotas de contribución en millones de obreros y empleados en momentos de tan severa crisis mundial. ¡Menos mal que lo peor ha pasado...! La burguesía todavía toma la economía como una cuestión de números contables, que no tiene ningún contacto con el proletariado, con la sociedad en su conjunto, con la humanidad.

Cuánto y cómo va a repercutir este problema en la aceleración de la crisis, todavía está por verse. La lucha del proletariado para evitar ser el “pato de la boda”, todavía está en pañales y podemos afirmar que la crisis aún no ha mostrado desembozadamente su verdadero rostro y mucho menos, la real crudeza que la acompañará. Se podría afirmar que la burguesía con su visión idealista piensa, y lo cree realmente, que viene la “recuperación”. Pero una cosa es lo que piense la burguesía y otra muy distinta es que lo piense un sector del proletariado.

Más allá de las mentiras, ya es oficial que la eurozona transita el cenagoso camino de la deflación. Que Alemania, la locomotora de la economía europea, sigue sin dar señales de reanimamiento. Que las políticas xenófobas están a la orden del día en la Unión Europea. En España el 27,1% de los inmigrantes han perdido los empleos contra el 15,2% español. En los democráticos y cultores de la “igualdad de oportunidades”: España, Inglaterra e Irlanda, fueron los tres países en los que los inmigrantes perdieron en primer lugar sus empleos. En Italia, tierra del fascista y corrupto Berlusconi, las bandas, creadas por él, denuncian e incriminan a los inmigrantes. Si esto pasa en el “primer mundo europeo”, no es difícil imaginar lo que sucede en el “subdesarrollo europeo”.

La debilidad económica del imperialismo, se corresponde con la debilidad político-militar. La retirada de las tropas de las ciudades en Irak fue acompañada de una serie de atentados, clara demostración que el objetivo de “pacificar”, no ha sido cumplido a pesar de las rimbombantes declaraciones de Obama. El restablecimiento de las relaciones de la OTAN con Rusia es otra demostración, pues necesita de Rusia para que Kirguistán realquile, por 60 millones de dólares, una base aérea para proseguir las masacres en Afganistán y Pakistán contra las tribus Pasthunes. Palmaria muestra de que los paquistaníes han dejado de ser confiables y aliados privilegiados. Es simple, el ejército paquistaní tiene un alto componente de pasthunes y no permitieron los asesinatos de su gente en la frontera. Muy pocos medios, casi ninguno, informaron de las incursiones de las tropas de la OTAN a la frontera afgano-paquistaní, donde se enfrentaron con tropas del ejército paquistaní y que los norteamericanos optaron por bombardear aldeas civiles con aviones no tripulados.

Las muertes civiles, las condenas del gobierno paquistaní, hicieron que Obama desplazara al comandante de las tropas de la OTAN, un general norteamericano y pusiera a otro general, acusado de masacres y torturas en Irak. El Mulato, su Secretaria de Estado y su Embajadora en la ONU conforman un trío tanto ó más asesinos que el trío Bush, Condoleeza Rice y Donald Rumsfeld. Lo que cambia es el contexto mundial. La necesidad de remontar el aislamiento internacional e interno y el objetivo de recomponer el deshilachado liderazgo norteamericano en el mundo, más la ominosa amenaza que significa la crisis y la existencia de políticas que socavan su poderío, no les permiten hacer impunemente lo que se proponen. Pero debemos aceptar que se lo proponen y lo hacen seriamente.

Desde el 2006, más precisamente abril de ese año, Irán se proponía poner en funcionamiento una bolsa de petróleo, como la de Londres y Nueva York. Pero… a diferencia de éstas, el petróleo se pondría en paridad con el euro y no con el dólar. El mismo “pecado” que cometió Sadam Hussein cuando vendió 20.000 millones de dólares en petróleo, pero no lo puso en paridad con la moneda yanqui, sino con el euro. Tal actitud desató la ira del borrachín Bush y la invasión, porque socavaba el dólar como moneda de cambio internacional. A partir de la decisión del gobierno iraní, comenzó la brutal campaña sobre el supuesto plan iraní de desarrollo nuclear militar, una monstruosa mentira que hasta la CIA desmintió y que la Comisión de Control Nuclear de las Naciones Unidas no pudo ni puede confirmar, porque no existe tal plan. Pero… es llamativo que el Mulato haya reconocido la participación de los Estados Unidos e ingleses en el golpe de estado que se le dio, hace cincuenta y seis años, a Mohammed Mossadegh.

Éste, junto al ayatolá Abu al-Qassem Kachani, tuvieron el atrevimiento de nacionalizar los recursos petroleros y atrajeron la ira de los flemáticos ingleses que los acusaron de comunistas. Es interesante ver cómo se repiten algunos apellidos, todos atados a lo más reaccionarios de la historia. “Ajax” se llamó la operación de la CIA; participaron, entre otros, el “arqueólogo” Donal Wilber, el “historiador” Kermit Roosevelt, nieto del “hombre del Gran Garrote”, Theodore Roosevelt y el General Norman Schwartzkopf, cuyo hijo homónimo dirigió la operación “Tormenta del Desierto. La operación de la CIA de 1953 es un claro modelo de subversión, y ha sido reconocido por Barack Obama en su discurso del 4 de junio en la Universidad del Cairo, Egipto, ¿por qué reconoce lo que hicieron en 1953? Es claro que se estaba anticipando o quiso tapar, tomar distancia o crear una coartada de lo que iban a hacer, ocho días después, sus servicios de inteligencia.

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En medio del odio que sienten los iraníes por los norteamericanos -1953, 1979, 1981 (la guerra de Irak-Irán, armada y montada por la burguesía imperialista norteamericana y europea, que apoyó a Saddam Hussein)-, en medio de esta situación, más el descontento por el atraso y falta de libertades, operaron la CIA y los organismos de “inteligencia” europeos, introduciendo la mayor confusión a través de sus satélites de comunicaciones que dominan casi todas las comunicaciones. Gracias a la red Echelón, Facebook, Twitter, interceptaban y emitían datos falsos para falsear lo que ellos mismos sabían con mucha anticipación: que Ahmadinejad era el seguro ganador por un margen de por lo menos 20%. Quisieron usar a Irán como un laboratorio para sus nuevos métodos subversivos.