ePub
pdf
La situación en Brasil es la más difícil desde la dictadura militar
Entrevista con Ricardo Antunes, sociólogo marxista brasileño.
"Ele Não"...
Ele Não [Él no, por el candidato de ultraderecha Bolsonaro], pero la situación es muy complicada. Las últimas encuestas son muy negativas porque hay un crecimiento de Bolsonaro; le dan un 32% y un 21% para Haddad. Es una diferencia muy grande porque a fines de la semana pasada la aproximación era mucho menor, Bolsonaro tenía 28% y Haddad 22%. Ahora la diferencia subió a un 11%, es una situación muy compleja porque hay un fortalecimiento de la candidatura de Bolsonaro, esto se está manifestando en las encuestas.
Entonces el movimiento "Ele não" es muy importante pero hay un sentimiento anti PT y anti Lula que también es muy grande. Esta puja hizo que en un primer momento Lula transfiriera muchos votos a Haddad y eso hizo que creciera, pero ahora empieza un movimiento muy fuerte anti Lula y anti PT, que hace que la situación de Haddad se complique.
Por otro lado, los otros candidatos de centroizquierda como Ciro Gómez tampoco consiguen subir más que al 11%, lo que demuestra que hoy la situación es muy nítida en cuanto a una victoria de Bolsonaro. Pero el esfuerzo debe estar abocado a evitar que esta victoria se dé en el primer turno, porque sería una tragedia completa. La dificultad será después construir un frente de oposición con sectores heterogéneos para dificultar la victoria de Bolsonaro. La situación brasileña en este momento es muy complicada. Es la más difícil desde la dictadura militar.
En Argentina los medios destacan que en un eventual balotaje entre Bolsonaro y Haddad o cualquiera de los otros candidatos, Bolsonaro perdería.
Este cuadro era real hasta el fin de la semana pasada. Ahora no. Ahora la situación está empatada entre ambos, hay algo así como 42 a 42. Cuando hay diferencia es de 1 o 2 puntos para uno u otro. Bolsonaro pierde pero por un punto, que no es nada porque un punto porcentual está dentro del margen de error. Por ejemplo, entre Ciro Gómez y Bolsonaro, gana Ciro Gómez por 4 puntos, pero Ciro Gómez tiene 11 puntos en las encuestas hoy y Bolsonaro tiene 31. O sea que es muy difícil la situación porque faltan días para la elección que será este domingo, es casi imposible imaginar que un candidato que hoy tiene 11 puntos pueda llegar a impactar o superar a Bolsonaro. Me es difícil imaginar que Ciro Gómez pueda superar al PT que hoy tiene 21 puntos.
Hoy la situación de la encuesta es que en un segundo turno habrá un empate técnico entre Haddad y Bolsonaro. Pero el problema para mí es el impacto que tendrá la victoria de Bolsonaro en el primer turno y la capacidad que tendrán las oposiciones. Porque una parte del centroderecha va a migrar para Bolsonaro y una parte del centroizquierda tiene que apoyar a Haddad. Pero esto es difícil de predecir.
Por lo tanto, ante la imprevisibilidad no se puede asegurar nada, pero hay una tendencia levemente favorable a Bolsonaro y es lo que preocupa muchísimo porque su propuesta es fascistizante, combinando una concepción de extrema derecha pro dictadura militar con un neoliberalismo económico profundo y devastador, en un cuadro como el brasileño que es muy crítico.
¿El futuro de la región se juega en Brasil?
Yo no creo que sea el futuro de la región, pero el impacto de una victoria de extrema derecha sería muy fuerte. Claro que esto tendrá consecuencias en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador. Pero también es importante la lucha que el pueblo argentino está dando hoy contra Macri, para tener una contraposición, porque Macri aplicó un gobierno neoliberal por completo y es la tragedia que están viviendo.
¿Qué puede pasar el domingo?
La situación indica que el primer turno cerrará con Bolsonaro cerca del 30%, en segundo lugar Haddad con un 22% aproximadamente. Pero tenemos la garantía de que habrá un segundo turno y una nueva elección. Las fuerzas de centro van a cerrar filas con la extrema derecha.
Habrá que hacer un esfuerzo muy grande, no solo de la izquierda sino también de sectores de centroizquierda como Ciro Gómez y Marina Silva, para intentar con la fuerza de los movimientos sociales y populares ganar la disputa contra el fascismo.
