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Medio Oriente :: 22/08/2007

La guerra de Mahmud Abbas contra el pueblo palestino

Ali Abunimah
[Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre] Abbas, mientras literalmente abraza al ocupante colonialista, ha seguido rechazando indignado cualquier diálogo entre palestinos, pero es difícil prever por cuánto tiempo podrá mantener esta postura.

Sabotaje a los palestinos a puerta cerrada: el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, se reúne con el Consejo de Ministros en la ciudad cisjordana de Ramala el 4 de julio de 2007. (Omar Rashid/ Maan Images/POOL/PPO)


El periódico libanés As-Safir, informaba en su página web del 8 de agosto, citando al Canal 10 de televisión, que “Ehud Olmert, primer ministro israelí, parecía sentirse más complacido del banquete preparado para él por la mujer del responsable palestino de las negociaciones, Saeb Erekat, que de la reunión mantenida anteayer en Jericó con el presidente Abbas”.

El corresponsal del Canal 10 habló de la “hospitalidad y ambiente cálido que presidió la recepción de Abbas a Olmert y a su delegación, subrayando que “la mujer de Erekat insistió en preparar y servir ella misma” la comida. El informe añadía que “Olmert “no pudo ocultar su satisfacción y apetito ante los exquisitos platos, y ante la hospitalidad y generosidad” que recibieron los israelíes de sus anfitriones palestinos.

Tras toda la parafernalia, los resultados de la reunión fueron tan irrisorios como podía esperarse. Olmert declaró públicamente su compromiso con la “solución de dos Estados” mientras su portavoz, en un encuentro con la prensa, afirmó que Israel no estaba dispuesta a negociar ninguna de las cuestiones fundamentales: fronteras, cese del establecimiento de colonias o derechos de los refugiados. La operación iba dirigida a mantener la ficción de “un proceso de paz” del que se supone Abbas algún día será capaz de conseguir resultados.

Pero mientras trata a Olmert con exquisiteces en Jericó, Abbas está haciendo todo lo que está en sus manos para garantizar que los palestinos de Gaza continúen sufriendo y muriéndose de hambre a consecuencia del cierre de los puestos fronterizos al comercio y a las personas, y aprieta el cerco impuesto por Israel desde que, a principios de junio, los partidarios de Hamás derrotaran a las milicias de Fatah, apoyadas por Estados Unidos e Israel.

Una fuente, que trabaja directamente con los ministros de Abbas en el ilegítimo y no elegido “gobierno de emergencia” de Salam Fayyad en Ramala, me ha escrito que “Abbas ha ordenado explícitamente cerrar la frontera de Rafah de forma indefinida para asfixiar a Hamás”. La fuente, llevada a hablar claro por su indignación, que pide anonimato por miedo a represalias, añadía que Abbas “está dispuesto a ver morir a su pueblo por sus ambiciones políticas” Asimismo, decía que aunque Abbas en sus declaraciones públicas diga que la frontera tiene que abrirse de inmediato, “lo que hace en las reuniones es precisamente lo contrario.”

Lo que mi fuente me confirmaba ya había sido revelado en Haaretz en un artículo del 8 de julio en el que se informaba de que Abbas “ pedía a Israel y Egipto que impidieran el movimiento de personas desde Egipto a la franja de Gaza por la frontera de Rafah” y que “Abbas y parte de sus consejeros habían exigido que esta petición no se hiciera pública” (“Abbas asks for Rafah Gaza-Egypt crossing point to remain closed”, Haaretz, 18 de julio de 2007).

La política de Abbas de conspirar con Israel para extenuar a su propio pueblo tiene su efecto. La UNRWA, Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, ha lanzado un llamamiento desesperado para que se vuelvan abrir las fronteras de la asediada Franja. Filippo Grandi, su segundo de a bordo, advirtió en una declaración del 9 de agosto que en unas semanas Gaza “puede depender el cien por cien de la ayuda [exterior]” (Press Statement by Filippo Grandi, sub-comisario general de la UNRWA, Gaza, 9 de agosto de 2007).

Según informaba la BBC el 9 de agosto basándose en datos de la ONU, la totalidad de las 600 fábricas de ropa de Gaza han cerrado al no poder importar materias primas, y el 90 por ciento de las fábricas relacionadas con la industria de la construcción han tenido que cerrar también. Al menos 120.000 obreros de Gaza van a perder sus empleos, y la UNRWA y el Departamento de Desarrollo de Programas de NNUU, han tenido incluso que paralizar la construcción de albergues para los refugiados (“ UN warms over Gaza economic woe”[ Naciones Unidas advierte sobre el desastre económico en Gaza], BBC News, 9 de agosto de 2007).

En lo que supone un reconocimiento tácito de la complicidad de Abbas, Grandi hizo una clara petición, no sólo a Israel, sino a las “autoridades palestinas” para que “tomaran medidas inmediatas para abrir el puesto fronterizo de Karni a las importaciones y exportaciones, y asimismo a la ayuda humanitaria”. Y añadió: “Sólo esta medida permitirá que subsista lo poco que queda de la economía de Gaza”.

Mientras la gente de Gaza sufre la asfixia, miles de familiares suyos permanecen en condiciones desesperadas en la parte egipcia del paso fronterizo de Rafah, refugiados incluso de su propio lugar de exilio. Muchos de ellos son enfermos que fueron a Egipto en busca de tratamiento médico, y al menos 31 de ellos han muerto mientras esperaban volver a sus hogares.

En el plano político, Hamás ha continuado respondiendo a la escalada de la guerra de Abbas con templanza, haciendo llamamientos diarios al diálogo, la reconciliación y la vuelta a un gobierno de unidad nacional. A pesar del asedio, ha continuado también manteniendo a los suyos, pagando los sueldos de miles de empleados público cuyos salarios Abbas y Fayyad han confiscado.

Abbas, mientras literalmente abraza al ocupante colonialista, ha seguido rechazando indignado cualquier diálogo entre palestinos, pero es difícil prever por cuánto tiempo podrá mantener esta postura. Abbas, presionado por el veto del gobierno Bush se niega a hablar, incluso cuando algunos altos cargos israelíes han empezado a reclamar el diálogo directo con Hamás.

Uno de ellos es Efraim Halevy, ex director del Mossad, el servicio de espionaje israelí. En declaraciones al Wall Street Journal, Halevy afirmó: “ No digo que debamos hablar con Hamás porque sienta compasión hacia ellos. No siento ninguna compasión por ellos; creo que son una chusma temible... pero no he oído a nadie que diga que el tándem Abbas-Fayyad vaya a hacer ese trabajo” (“What if Israel Talked to Hamaas? ExSpymaster’s Plan, Seen as Heresy by Some” [¿Qué ocurriría si Israel negociara con Hamás? Algunos consideran la propuesta del ex jefe de los espías como una herejía], Wall Street Journal, 1 de agosto de 2007.)

Halevy expresó sus dudas sobre la estrategia estadounidense de intentar apoyar a Abbas y aislar a Hamás calificándola de “fantasía política”. Pidió que Israel negociara con Hamás una tregua a largo plazo, algo que Hamás ya había ofrecido. Según informaba el Journal, Halevy “forma parte de un pequeño grupo de personalidades destacadas que ahora dicen esto porque, debido al crecimiento continuo de Hamás, se está haciendo imposible evitar ese diálogo. Colin Powell, ex Secretario de Estado, se ha unido al grupo en una reciente entrevista concedida a la Radio Nacional Pública”.

Con total desvergüenza, Abbas sigue adelante; hace poco ha recibido otro envío importante de armas (1.000 rifles), coordinado por Israel y Jordania para reforzar a sus milicias frente a Hamás. Todas estas provocaciones han tenido su efecto: mientras la dirección civil de Hamás sigue ofreciendo la rama de olivo, las bases del movimiento de resistencia muestran signos de que su paciencia se está agotando.

Tras el reciente llamamiento de Fayyad para que todas las fuerzas de la resistencia se desarmen de forma unilateral frente a la ocupación, y la subsiguiente publicación de su “programa de gobierno” en el que se omite mencionar la lucha armada, los Comités de la Resistencia Palestina (PCR, en sus siglas inglesas) emitieron un comunicado amenazador. El 28 de julio, durante una conferencia de prensa, un portavoz del grupo- formado por una coalición de fuerzas de la resistencia en el que existen varias facciones, entre ellas Fatah, es responsable de la captura del prisionero de guerra israelí, Gilad Shalit- “calificó a Abbas, Fayyad y otros miembros del Gobierno como los ‘traidores de Ramala’ y prometió que recibirían una “respuesta idéntica a la de la ocupación israelí’” (“PRC: Fayyad and “Ramallah’s traitors’ targets for attack” [PCR: Fayyad y los ‘traidores de Ramala’, objetivos de atentados”], Haaretz, 28 de julio de 2007.)

Mientras tanto, otro miembro de Hamás, Mou’aiad Bani Odeh, de 22 años moría en un hospital israelí tras ser trasladado desde la cárcel al-Juneid, dirigida por las fuerzas de Abbas. Bani Odeh, según Hamás, murió debido a las heridas, consecuencia de las torturas de los hombres de Abbas, que siguen su campaña de represión contra los miembros de Hamás en toda Cisjordania. (“ Hamas member dies after being tortured in jail run by Palestinian Authority” [“Un miembro de Hamás, muere tras ser torturado en una cárcel dirigida por la Autoridad Palestina”], Ma’an News, 10 de agosto de 2007.)

Las apariencias indican que salvo que Abbas y su entorno cambien de actitud y pongan fin a su guerra contra el pueblo palestino, la aparente calma que existe ahora pronto se verá sacudida por otra tormenta.


Ali Abunimah es co-fundador de The Electronic Intifada y autor de One Country: A Bold Proposal to End the Israeli-Palestinian Impasse.

"http://electronicintifada.net/v2/printer7160.shtml">The Electronic Intifada, 10 de agosto de 2007

 

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