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Argentina :: 05/01/2006

La mala praxis de la institución manicomio: Las locas sin la plaza

Alfredo Grande
La democracia que supimos conseguir no deja de sorprendernos. Mejor dicho: no deja de acostumbrarnos a este sainete del escándalo que en realidad es una forma de tapar la hipocresía. Las condiciones de la asistencia en los denominados neuropsiquiátricos es denunciada desde hace por los menos 22 años.

Vicente Galli y Angel Fiasché con empeño, convicción y capacidad científica incuestionable, fracasaron en su intento de desmanicomializar aunque sea un tantito así. El formidable instituido burocratizado que se construyó entre profesionales y empleados, mas allá o más acá de las sociedades científicas y sindicales, ha logrado consumar una grandiosa estafa a la población. La asistencia contaminada que se brinda en los manicomios es una mala praxis a escala institucional.

Tanto es así, que intentos como la radio La Colifata, Cooperanza, el Frente de Artistas del Borda, etcétera, han sido políticas de resistencia a lo "psiquiátricamente correcto" que enarbolan los "pabellones" de la ignominia. Pero hay que hablar siempre de la soga en la casa del ahorcado. Los intentos de la Red de Alternativas a la Psiquiatría (1986), el Movimiento Solidario en Salud Mental, El Espacio Institucional (1991), la Asociación de Instituciones Privadas en Salud Mental (1986) fueron intentos que no pudieron, no supieron, aunque quisieron, arrasar con la fortaleza manicomial. Actualmente, el Foro de Instituciones de Profesionales de la Salud Mental ha hecho un trabajo importante en la nueva Ley de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires. Me consta que el Capítulo de Violencia y Salud Mental de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) trabaja en la construcción de políticas contrahegemónicas. Y también la cooperativa ATICO, de la que soy miembro fundador y que en el 2006 cumple 20 años, ha intentado que la salud mental sea una construcción comunitaria y cooperativa. También debo mencionar el Seminario de Psicoanálisis Implicado, que en el 2005 se realizó en el Centro de Ideas de MATE AMARGO, en el cual intentamos repensar a la subjetividad como "decantado identificario de la lucha de clases".

Pero no podemos morir ni vivir contentos, porque no hemos batido al enemigo. La realidad insiste. Y no se paga de palabras. Las locas sin la plaza, depositadas sin memoria y sin deseo, reducidas a una biologización precaria de su existencia, muestran otra forma, si hiciera falta más, de la crueldad del sexismo. Porque sin la Plaza, las locas son apenas psicóticas. Lo que en nuestra Argentina no es un diagnóstico, sino una condena. Reducción a servidumbre, con o sin prostitución. Lo que se ha prostituido son los vínculos de cuidado, son los dispositivos de sanación, es la voluntad de curar. Nos hemos prostituido los profesionales que leemos mucho en francés, algo en inglés, bastante en español, pero actuamos en código talibanés. Fundamentalismos de todo tipo, del significante, de los maternajes, de las paradojas pragmáticas, de los neoconductismos, etcétera, etcétera, han construido la cronificación de la mala praxis.

Un hombre mirando al sudeste, muchas mujeres mirando a ninguna parte. En la época de la Matilde Menéndez murieron varias pacientes en el Moyano. Cuando incorporé esta información en un grupo de supervisión de residentes y concurrentes, me miraron extrañadísimos. ¿Lo que yo decía que tenia que ver con la problemática del grupo? Hay espejos que mejor se rompen porque nos devuelven la imagen monstruosa que preferimos ignorar. La subjetividad manicomial es análoga a la fascista. Es un sistema vertical donde la base de profesionales, de no profesionales y de pacientes está sometida. Las jerarquías, los privilegios, las castas, son el modo despótico en que se organiza la asistencia en salud mental. Instituciones Patriarcales cuyo único objetivo es sobrevivir como tales. Patriarcas que se cronifican en sus cargos, derramando prebendas y sobornos entre los miembros calificados de la tribu. ¿Asociación ilícita? Ni siquiera. Lo lícito en los manicomios tiene otro fundamento. Cosa de locos. Y de corruptos. Porque todo tiene el trasfondo de los negocios, o de las revoluciones "interruptus" tan habituales a nuestro ser nacional.

Casas de medio camino, hostales, comunidades terapéuticas, hospitales de día, etcétera, etcétera, han sido intentos de golpear a la mole manicomial. Pero al igual que la mole moli, resiste. En parte por el tamaño desmesurado que ha tomado en tantas décadas de consolidar su absoluta hegemonía. Pero también porque muchos de los intentos de enfrentar al manicomio padecen de algunos de sus vicios. Se fabrican mini mercados con la lógica del "hiper". Especialmente la lógica del lucro, fuente de toda razón y justicia de la sociedad capitalista. ¿Mientras haya capitalismo habrá manicomios? Sin dudarlo, mientras la lógica del capitalismo se mantenga, especialmente del más nefasto, el Capitalismo de Estado, los manicomios, con pintura o sin pintura, seguirán gozando, vaya paradoja, de buena salud. Superávit fiscal, déficit nutricional. Pero no nos olvidemos que esto es justamente la victoria. ¿O no es el triunfo de la lógica manicomial que Carlos Menem haya podido ser candidato, perder, y pactos mediante, jurar como senador? Y como para algunos Patti es el peor de todos, ya está la comadreja de los llanos, (como la bautizara Pino Solanas) como "cenador y almorzador de nuestra Nación".

Las locas sin la plaza llaman la atención solamente cuando mueren por segunda vez. La primer muerte, aquella por la que pasaron de locas a psicóticas, sigue invisible. Dejemos de pensar que el Moyano anda mal. Los manicomios no pueden andar, ni bien ni mal. Cuando al fascismo le concedemos una parte, ya le entregamos todo. Por eso no podemos pensar ningún tema, por específico que parezca, fuera del marco político social. "Imagínate" que a las psicóticas deterioradas del Moyano, de todos los "moyanos" que padecemos, no les impedimos que se apropien de la Plaza. Porque la Plaza es el espacio de la lucha y la decisión. De la dignidad. Del valor del combate. Para que ellas también sean, nada menos y nada mas, que locas de la plaza.

Diciembre de 2005. A dos días del primer aniversario de la Masacre de Cromañón.
Los chicos presentes: hoy y siempre.

e Frente
http://www.prensadefrente.org/

 

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