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Argentina :: 24/05/2023

“Alicia en el país. Apuntes sobre Alicia Eguren y su tiempo” de Miguel Mazzeo

Celina Rodríguez Molina
El libro atraviesa varias coyunturas históricas. El primer peronismo y la Resistencia, Cooke, el Che, Allende, el peronismo de base, los feminismos “prácticos”

Miguel Mazzeo coloca un subtítulo fundamental para entender e involucrarse, para disfrutar de esta investigación sin géneros precisos, apasionada, amorosa, cuestionadora, interpeladora, crítica y autocrítica. El libro abre el juego con el subtítulo. Suministra una clave cuando dice: Apuntes sobre Alicia Eguren y su tiempo. Así, en el intento por desentrañar la relación entre esa mujer y su época, pone en cuestión ciertos mandatos, critica a las sociedades patriarcales y capitalistas, recorre las luchas históricas (luchas de clases), pone el cuerpo en un desarrollo casi novelado que facilita el acto de zambullirse en estas más de 500 páginas.

El libro atraviesa varias coyunturas históricas. Los tiempos violentamente dulces. El primer peronismo en el gobierno y toda la resistencia, “los 18 años”, Cooke, la Mamá Ina, el papá Ramón, el hijo Pedrito, el Che, Allende, los feminismos “prácticos”. El libro habla de las incomodidades que provocaba una figura como la Eguren: franca, sin pelos en la lengua, activista, luchadora.

Alicia tiene debates ideológicos y políticos con los principales líderes populares de su tiempo, no ahorra los cuestionamientos, pero nunca deja de respetarlos. Alicia, a su vez, fue una mujer respetada y admirada por estos líderes.

Alicia es rara y elegante, siempre “bien vestida” y revolucionaria, insumisa, obstinada, intensa, anti-burocrática, internacionalista. Brinca entre las clases sociales, salta líneas. Se apoya en la seguridad del acompañamiento familiar, en sus amores profundos. Alicia lo daba todo, rompiendo con las pacaterías de su época.

Y en esas imbricaciones entre tiempos y personajes, está el autor cuestionándose construcciones, mandatos patriarcales, preguntándose: ¿por qué él está haciendo estos Apuntes? Y, al mismo tiempo, da pie a recuperar otros libros y videos sobre Alicia. Tira la piedra lejos, para que alguien la tome y siga complementando estas historias, sumando anécdotas de Alicia, investigando sus entornos: las militancias socialistas, los proyectos colectivos, las ganas, las batallas contra las resignaciones.

El autor es apasionado y se nota: lo transmite en cada renglón de este libro. Salta directamente a las pieles, moviliza los recuerdos. Rescata historias de mujeres, de luchas, de resistencias. Y conmueve. Por momentos, cuando me iba metiendo despacito para degustar estos Apuntes, recordé a Walsh y el cuento “Esa Mujer”. ¿Será que en esa pasión hay una especie de enamoramiento, una fascinación con esas mujeres temerarias, de facetas múltiples?

Alicia en el País está lleno de citas de la Eguren, de Cooke, de personajes de la época que la conocieron, de Pedrito Catella Eguren que fue compañero de militancia de su mamá. En el libro se la ve trasgrediendo fronteras, rompiendo los moldes de la politiquería “nacionalista”, impulsando unidades y participando en el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS) en el ’73, actuando como puente entre el peronismo de base, el peronismo revolucionario y las organizaciones marxistas no peronistas.

Ella, junto con otrxs cumpas, admiradora y participante de la Revolución Cubana, del Che, se mete con todo a discutir el foquismo rescatando siempre la lucha política, de masas, la organización popular.

Su concepción de la unidad de la izquierda era amplia. Mazzeo lo reafirma: “Alicia, como John, realizó el camino que va del nacionalismo al marxismo, lo asumirá como su segunda lengua después de un largo trayecto militante. Y será, como correspondía a su talante, un marxismo mucho más utilizado y ejercido que dicho o propagandizado. Alicia no llegó a la revolución por el marxismo. Fue al revés. No olvidemos, además, que Alicia era poeta y que, por lo tanto, los sistemas no le interesaban demasiado, prefería la acción hermanada al sueño.” Cuánta tela para cortar para nuestros tiempos.

Alicia presiente las represiones venideras y rememora los ataques al pueblo, desde el bombardeo a Plaza de Mayo en el ‘55, hasta este tiempo final de su vida, cuando es víctima de la dictadura genocida, patronal, eclesiástica de 1976. No se quiere ir del país a pesar de la insistencia de sus amigxs, compas, familiares. No es una obstinación inútil, ella quiere estar inmersa en la experiencia popular resistente.

Mazzeo, comprometido con historias de luchas presentes y con futuros mejores, rescata una frase que representa profundamente a Alicia Eguren: “Es necesario que seamos inconformistas sino no haremos nada”. Y termina su libro con la frase que sigue: “Sería injusto decir que Alicia fue derrotada. Jamás pudieron arrebatarle su capacidad de autodeterminación. Estos no son apuntes para un epitafio. Reivindicar su itinerario, recuperar y revalorizar sus huellas, reencontrar su mensaje, reconocer en ella una matriarca de la revolución o una vieja hermana, ratificarla como nuestra ancestra puede servirnos para conjurar su desaparición, pero sobre todo para rehabilitar un país y un tiempo con posibilidades vitales. Alicia, mujer completa, es barro de mañana”.

Conmovida, subscribo a todas las palabras. ¿Las de quién? Las de Miguel Mazzeo, las de Alicia, Cooke, el Che, Allende, Villaflor, Tosco, Santucho, Jaime. Las palabras de las compañeras detenidas-desaparecidas. Las palabas pronunciadas en el Cordobazo. Las palabras de Guillén, lxs cubanos revolucionarixs, las internacionalistas, las feministas. Las palabras de Ramón y Mamá Ina, Pujadas, Sabino, Simone de Beauvoir, Zito Lema, Belluci, Pedrito. Todas y todos están en este libro. Por eso recomendamos su lectura.

La cita optimista de Alicia Eguren cierra esta reseña:“No estamos jugando a la revolución. Lo haremos y ganaremos. Con el ejemplo que nos dan los descamisados seríamos infelices si no lo lográsemos.” Ojalá que muchos, muchas, muches, lectoras y lectores de este libro, aporten a esa tarea.

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* Catedra Libre Virginia Bolten. UNLP Integrante del Espacio de géneros del frente Popular Dario Santillan Corriente Plurinacional/ Feminista del Abya Yala. Ilustración: Melisa Blois
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