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México :: 18/09/2011

Los congresos del PCM durante los años 1940-1954

Gerardo Peláez Ramos
El 6 de noviembre de 2011, se cumplirán 30 años de haber desaparecido el Partido Comunista Mexicano.

Con motivo de la cercanía de dicho aniversario, no sale sobrando hacer un recuento somero de los congresos comunistas realizados en nuestro país durante el lapso de 1940 a 1954, período correspondiente a la dirección de Dionisio Encina.

I Congreso Nacional Extraordinario del PCM

Del 19 al 24 de marzo de 1940 --estando envuelto el país en una agitada campaña por la sucesión presidencial y en medio de una ofensiva derechista nacional e internacional-- desarrolló sus trabajos el I Congreso Nacional Extraordinario del PCM.
La reunión aprobó, bajo la dirección de la Internacional Comunista por conducto de Victorio Codovilla, como resolución central la expulsión de Hernán Laborde y Valentín Campa, principales dirigentes del partido entre julio de 1929 y febrero de 1940. De acuerdo con este último, la expulsión tuvo como causa principal la oposición de ambos líderes al asesinato de León D. Trotsky, a quien consideraban políticamente liquidado. (1)
Como se estilaba a la sazón, el congreso tuvo dos presídiums: uno de honor y otro efectivo. En el primero fueron elegidos José V. Stalin, Jorge Dimítrov, Mao Zedong y otros dirigentes de la IC y otros partidos hermanos, y en el segundo, Dionisio Encina, Aníbal Escalante (Cuba), Antonio Mije (España) y algunos líderes del PC Mexicano.
Dionisio Encina --principal informante de la asamblea-- denunció los preparativos de alzamiento armado de las fuerzas reaccionarias y la pasividad de los gobiernos federal y de los estados, llamó a estimular la vigilancia revolucionaria de las masas y a encarcelar a los jefes más destacados de la reacción, definió la Segunda Guerra Mundial como interimperialista, defendió la política exterior de la Unión Soviética y criticó con severidad a la anterior dirección del partido, acusada de ser sectario-oportunista. (2)
Desde el 27 de febrero de 1940, la Comisión Nacional Depuradora había separado a Hernán Laborde y Valentín Campa del secretariado, relevándolos de todo puesto de dirección, además de determinar que no asistieran al Congreso Nacional Extraordinario. Para justificar estas medidas antidemocráticas, Andrés García Salgado presentó un informe especial. (3)
La reunión eligió para el Comité Central a Dionisio Encina (secretario general), Andrés García Salgado, Rafael Carrillo, Ángel Olivo y a 20 miembros más. La Comisión de Control quedó integrada con Juan González, Alberto Lumbreras y Manuel Herrera Ángeles.
Para los trotskistas, el congreso fue organizado como tapadera legal de la GPU y en la lucha interior no había habido una sola divergencia política. (4)
Con la realización del I Congreso Nacional Extraordinario, la crisis del PCM --que arrancaba desde abril-junio de 1937-- llegó a niveles francamente trágicos. De la purga realizada, este partido ya jamás se recuperaría plenamente.

VIII Congreso Nacional del PCM

El VIII Congreso Nacional del PCM --que discutió varios materiales-- (5) se efectuó del 16 al 20 de mayo de 1941, desenvolviéndose en un contexto muy desfavorable: provocación anticomunista en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero; presiones múltiples, variadas y agresivas de la derecha en demanda de la ilegalización del PCM; proliferación, fortalecimiento y crecimiento de los grupos fascistas; ofensiva anticomunista en los sindicatos, federaciones y centrales obreros; renuncia de dirigentes del partido, (6) y grandes victorias del fascismo y el militarismo en Europa y el Extremo Oriente.
Dionisio Encina --sin comprender a carta cabal la llamada política de rectificación-- caracterizó al gobierno del general Manuel Ávila Camacho como un gobierno de transición, heterogéneo, débil, con marcada orientación derechista, “…que puede modificar su correlación de fuerzas en el gabinete en la medida que las fuerzas revolucionarias y progresistas se agrupen bajo el programa de lucha por la paz, por la neutralidad del país, por el cumplimiento del Segundo Plan Sexenal y el desarrollo de la Revolución mexicana”. (7)
Más autocrítico que el resto de los dirigentes del Partido Comunista, Miguel Ángel Velasco analizó la política de entrega al imperialismo seguida por los grupos más reaccionarios del país, el monopolio norteamericano del comercio exterior de México, el empobrecimiento de los trabajadores y las modificaciones antisindicales del Estatuto Jurídico de los Trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión y la Ley Federal del Trabajo, criticando al mismo tiempo la poca atención prestada por el partido a estos fenómenos. Criticó, asimismo, la participación de los comunistas en el II Congreso de la Confederación de Trabajadores de México y en los últimos acontecimientos en el sindicalismo magisterial. (8)
Las resoluciones del VIII Congreso perseveraban en la línea de la unidad nacional.

IX Congreso Nacional del PCM

El IX Congreso Nacional del PCM se celebró del 12 al 17 de mayo de 1944, en un marco internacional favorable para las fuerzas de izquierda: avance impetuoso del Ejército Rojo sobre la Wehrmacht y sus aliados, socios y cipayos; crecimiento, maduración y mayor militancia de la resistencia antifascista y revolucionaria en Europa y Asia; fortalecimiento de los partidos comunistas de Yugoslavia, Grecia, China, Italia, Francia, Chile y de otros países; debilitamiento profundo de las dictaduras fascistas, creciente movilización de masas y ascenso del movimiento de liberación nacional; sin embargo, en el terreno ideológico se desarrolló bajo la influencia del browderismo. (9)
Encina volvió a insistir en su informe en la vieja idea de incorporar el PCM al Partido de la Revolución Mexicana. (10)
Se resolvió levantar la expulsión y aprobar el reingreso inmediato de Alberto Lumbreras y Gustavo Tovar, a la vez que ratificar la expulsión de Miguel A. Velasco, Enrique Ramírez y Ramírez, Ángel Olivo, Genaro Carnero Checa y Luis Torres Ordóñez, expulsión que tuvo lugar en octubre de 1943.
Blas Manrique desarrolló mejor que nadie las tesis del browderismo al proponer varios cambios que fueron aprobados: sustituir el nombre de célula por el de comité; organizar los comités sólo en barrios, pueblos y comunidades; desaparecer los organismos del partido en las fábricas y las fracciones en los sindicatos y organizaciones campesinas, con el objeto de facilitar la unidad sindical y no entrar en fricciones con los dirigentes sindicales y agrarios del PRM. (11)
En la Declaración de Principios se afirmó que el partido pugnaba por el desarrollo del capitalismo y el programa tenía como centro la unidad nacional y la derrota de las potencias del Eje.
La táctica propugnada dependía de la unidad nacional: solucionar las diferencias internas evitando los choques, no acudir a la huelga sino en casos extremos, e integrar comités tripartitas en las fábricas e industrias para incrementar la productividad y arreglar los conflictos sin paralizar la producción. (12)
La resolución sindical del congreso recalcó el acuerdo de disolver las células fabriles y las fracciones sindicales. (13)
La asamblea eligió para el Consejo Nacional del PCM a Dionisio Encina (secretario general), Blas Manrique, Alberto Celis, Alberto Lumbreras, Estela Jiménez, Emilia Teja, J. Jesús Puente, Abel Cabrera, Fernando Granados Cortés, Carlos Sánchez Cárdenas, Jorge Fernández y a 24 dirigentes más.
El browderismo no duraría mucho, debido a la agudización de las contradicciones en el seno de la gran alianza antifascista y a los planes hegemonistas de Estados Unidos. Vendrían luego la crítica de Jacques Duclos a Earl Browder, (14) la autocrítica de diversos partidos comunistas, incluido el PCM, y el abandono subsecuente de las concepciones browderianas.

X Congreso Nacional del PCM

Del 24 de noviembre al 1 de diciembre de 1947 tuvo verificativo el X Congreso Nacional del PCM, en el salón de actos del Sindicato de Obreros Progresistas de la Fábrica El Ángel (CTM). La reunión tenía lugar en una situación política internacional signada por acontecimientos contradictorios y complejos: derrota de las potencias del Eje, creación del sistema mundial de países socialistas, ascenso de la revolución colonial en Asia, crecimiento inusitado del movimiento comunista internacional, ascenso del movimiento sindical e inicio de la guerra fría.
En este congreso se mantuvo la tradición de nombrar dos presídiums, uno de honor y otro efectivo. En el primero estaban Carlos Marx, Vladímir I. Lenin, Josip Broz Tito, Mao Zedong, Blas Roca (Cuba) y otros dirigentes del movimiento comunista internacional, y en el segundo Dionisio Encina, Blas Manrique, Manuel Terrazas, Graciano G. Benítez y otros líderes comunistas mexicanos.
Encina planteó que en el poder estaba la burguesía progresista, en cuyo seno se manifestaban ciertas tendencias al compromiso con las fuerzas reaccionarias y con el imperialismo, (15) agregando que el gobierno mexicano aplicaba una política vacilante y de concesiones a la reacción. (16) Llamaba a construir un amplio y gran Frente Democrático de Liberación Nacional. (17)
En 1947 se dividió la CTM y surgió la Confederación Única de Trabajadores de México, expresión nacional de las escisiones y reagrupamientos que se producían en las centrales, federaciones y sindicatos de la Confederación de Trabajadores de América Latina y la Federación Sindical Mundial, como resultado de la acción de zapa de la American Federation of Labor y los sindicatos bajo control de la socialdemocracia europea.
Ante dicho proceso, el PCM no supo orientarse. Por ejemplo, Abel Cabrera hizo un análisis crítico de la participación comunista en el IV Congreso de la CTM, denunciando al “grupo de aventureros políticos” de Laborde, Campa y Velasco, y concluyendo que la posición del partido debió haber sido la del apoyo a Fernando Amilpa. (18)
El X Congreso se realizó pocos meses después de fundado el Buró de Información de los Partidos Comunistas, el Kominform, lo que influyó seguramente para que se aprobara un Reglamento Estatutario que fortalecía las funciones de la Comisión de Control. (19)

XI Congreso Nacional del PCM

Ya estallada la guerra de Corea y bajo la amenaza de la transformación de la guerra fría en guerra caliente, del 20 al 25 de noviembre de 1950 desarrolló sus actividades el XI Congreso Nacional del PCM.
Para el presídium de honor fueron elegidos José Stalin, Julien Lahaut (caído en Bélgica), Jorge Calvo (asesinado en Argentina), Jesús Menéndez y Aracelio Iglesias (caídos en Cuba), Mao Zedong, Ho Chi Minh y otros dirigentes del movimiento comunista internacional, y para el presídium efectivo Dionisio Encina, J. Encarnación Pérez, J. Encarnación Valdez, Manuel Terrazas y otros líderes comunistas de México, Estados Unidos y Cuba.
Se recibieron saludos de los partidos comunistas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, China, Francia, Italia, Bulgaria, Albania, Puerto Rico, Uruguay y de muchos países más. Por su parte, la asamblea envió saludos a los partidos comunistas de la URSS, China, Corea y Estados Unidos, y a José Stalin, Palmiro Togliatti, Maurice Thorez, Wilhelm Pieck (Alemania), Dolores Ibárruri y Eugene Dennis (EU).
El XI Congreso ratificó la radicalización hecha por el PCM en el pleno del CC de octubre de 1949, al señalar Dionisio Encina en su informe: “…el gobierno del Lic. Miguel Alemán, que en un principio fue caracterizado por nuestro X Congreso Nacional como ‘el gobierno de la burguesía progresista’ hace tiempo ha dejado de serlo para convertirse en un gobierno de los banqueros, comerciantes y latifundistas, que cada día realiza mayores concesiones al imperialismo, y que se adentra cada vez más por el camino reaccionario”. (20)
J. Encarnación Valdez confirmó en su intervención el paso del PCM a la oposición decidida, al denunciar las campañas electorales priístas, y la política oficial que negaba los derechos políticos del Partido Comunista; caracterizaba la política de Alemán de reaccionaria, de entrega al imperialismo y de traición nacional. (21)
Reafirmando las caracterizaciones hechas a partir de octubre de 1949, el manifiesto del congreso hizo la siguiente definición: “El gobierno del presidente Alemán alinea y engancha a México al carro de los agresores e incendiarios norteamericanos de la guerra”
“El gobierno del presidente Alemán aplica, en suma, toda una política reaccionaria, antipopular y de traición a los intereses del pueblo y a los postulados y conquistas de la Revolución mexicana”. (22)
Como dato interesante sobre el dogmatismo, el XI Congreso aprobó una política “ortodoxa” en torno a la cuestión india, sin distinguir que la mayoría de las etnias en México y otros países de América Latina no evolucionan hacia la constitución de naciones, que al castellanizarse y participar en la vida económica nacional, se integran a la nación mexicana y otras naciones hermanas de la Patria Grande, por lo que no pueden plantearse constituir Estados nacionales. Era un error, pues, resolver: “Los pueblos indígenas viven bajo una doble opresión nacional: de un lado, son oprimidos por el imperialismo yanqui y de otro lado, sufren el dominio de la nación mexicana.
“El Partido Comunista pugna por el siguiente programa inmediato para los pueblos indígenas que habitan en la República: 1º Por la reforma de la Carta Magna de la República, estableciendo en ella el respeto a la autodeterminación, hasta la separación de las nacionalidades cuando ellas estén plenamente formadas, así como a las formas de gobierno de los pueblos indígenas y su derecho a elegir sus propias autoridades.
“2º Por el respeto y defensa de la propiedad comunal”. (23)
Sobre los expulsados en marzo de 1948 --Carlos Sánchez Cárdenas, Miguel Aroche Parra y otros--, el congreso mantuvo la concepción de que eran elementos trotskistas, aventureros, fraccionalistas y oportunistas, arrojados del partido por provocadores y agentes de Campa y Laborde. Según la resolución de la reunión, rechazar a estos elementos era el éxito más importante en materia de organización del PCM. (24)

XII Congreso Nacional del PCM

Del 20 al 25 de septiembre de 1954 se realizó el XII Congreso Nacional del PCM, esto es, después de la muerte de Stalin, del término de la guerra de Corea y cuando se daban los primeros pasos del proceso de destalinización en la Unión Soviética, aunque en medio aún de la guerra fría, que impulsaba el gobierno yanqui.
Fueron nombrados para el presídium Dionisio Encina, J. Encarnación Pérez, Manuel Terrazas, Hilario Moreno, Paula Medrano y otros cuadros dirigentes del PCM.
Se recibieron saludos de los partidos comunistas de la URSS, China, Francia, Japón, Israel, Brasil y de 25 países más.
Encina sostuvo en su informe que la revolución democrático-burguesa agraria y antimperialista registró un desarrollo ascendente de 1910 hasta 1940, principalmente en el período de Lázaro Cárdenas; sin embargo, ella no llegó a liquidar en lo fundamental la base material de las fuerzas de la contrarrevolución. (25)
Sobre el proyecto de programa del partido, Manuel Terrazas definió la revolución necesaria en México como una revolución democrática, agraria y antimperialista de liberación nacional, misma que sólo podría ser puesta en marcha, cumplir sus tareas y desarrollarse hasta sus últimas consecuencias si a su cabeza se ponía la clase obrera, firmemente aliada a los campesinos. (26)
En torno a las modificaciones estatutarias, J. Encarnación Pérez informó que en el proyecto de Estatutos se hacía una redistribución de los capítulos, se introducían agregados en algunos artículos, se legalizaban ciertas normas que en la práctica se ejercitaban, se suprimían cuestiones innecesarias, pero no se reformaban los principios teóricos acerca del partido establecidos por Lenin y aplicados por Stalin y por el “partido guía”, el Partido Comunista de la Unión Soviética. (27)
En los Estatutos aprobados por el congreso, quedó establecido: “El Partido Comunista Mexicano, unión voluntaria y combativa de los comunistas, es el destacamento organizado de vanguardia de la clase obrera. Es el partido político del proletariado, la forma más elevada y superior de su clase, que guía su acción revolucionaria por la teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin”. (28)
El XII Congreso Nacional del PCM fue el último congreso realizado durante la gestión encinista.
Así pues, la dirección de Encina, que duró de marzo de 1940 a julio de 1959, celebró un congreso extraordinario y cinco congresos ordinarios. Durante los años de 1955 a 1959 no se llevó a efecto ningún congreso nacional, aunque en 1958 la dirigencia encinista intentó realizar uno en la Laguna de cara a la lucha interna que se desarrollaba en el PCM. En 1960 --ya sin Encina en la Secretaría General-- se celebraría el XIII Congreso Nacional del PCM, que inauguraría una nueva etapa en la historia del comunismo en México.


Notas

(1) Valentín Campa, Mi testimonio. Memorias de un comunista mexicano, México, ECP, 1978, pp. 161-163.
(2) Dionisio Encina, ¡Fuera el imperialismo y sus agentes!, México, Ed. Popular, 1940, pp. 7-8.
(3) Andrés García Salgado, ¡Fuera los enemigos del pueblo de las filas revolucionarias!, México, Ed. Popular, 1940, p. 30.
(4) Ver “Laborde y Campa condenados”, en Clave, núms. 8-9, 2ª ép., abril-mayo de 1940, pp. 217-218. Otra era la visión de un comunista cubano: Aníbal Escalante, “El Congreso Extraordinario del P. C. de México”, en El Comunista, La Habana, núm. 7, mayo de 1940.
(5) VIII Congreso Nacional Ordinario del Partido Comunista de México, La situación nacional e internacional y las tareas del partido. Documento de discusión sobre el Primer punto de la Orden del Día, México, Ed. de “La Voz”, 10-IV-41, e Ibíd., Documento para la discusión de los temas de la Orden del Día II, México, Ed. de “La Voz”, 22-IV-41.
(6) Acerca de la renuncia de Manuel y Rafael Herrera Ángeles, Miguel Castellanos y Delfino E. Sierra, un diario publicó el siguiente editorial: “Los últimos líderes de importancia que permanecían fieles al Partido Comunista, y que tenían influencia y preponderancia en el seno del STERM [Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana], renunciaron de un modo irrevocable al grupo que regenta Stalin, desde Moscú, asestando un golpe de muerte al decadente organismo que tanto daño ha causado al país”. (La Prensa, 21-V-41, p. 10).
(7) La Voz de México, núm. 360. 28-V-41, pp. 3-4.
(8) Extracto de la intervención de Miguel Ángel Velasco en el VIII Congreso del Partido Comunista Mexicano, efectuado en mayo de 1941, mecano.
(9) “Al concretarse, en la Segunda Guerra Mundial, la coalición antihitleriana entre la Unión soviética y las potencias capitalistas democráticas, apareció en el comunismo americano el fenómeno del browderismo. Earl Browder, secretario general del Partido Comunista de Estados Unidos, basándose en la Declaración de Teherán de la URSS, EU y Gran Bretaña, elaboró varias tesis que planteaban la posibilidad de construir un mundo sin guerras ‘por generaciones’ y avanzar hacia el socialismo sin pasar por la revolución. En el terreno organizativo disolvió al PC y constituyó la Asociación Política Comunista”. (Gerardo Peláez, “El browderismo en México”, en Página Uno, núm. 149, 1-VII-84, p. II). Este artículo, ampliado y modificado, fue reproducido por ABP Noticias, La Haine, Apia virtual y otros sitios de Internet.
(10) Dionisio Encina, ¡Adelante, por la unidad nacional, con la bandera de México en alto!, México, FCP, s. f., p. 23.
(11) La nueva organización del Partido Comunista Mexicano, México, Ed. Popular, s. f., pp. 13-14.
(12) Ibíd., p. 31.
(13) La Voz de México, núm. 493, 4-VI-44, p. 9.
(14) Ver Jacques Duclos, “Sobre la disolución del Partido Comunista en los Estados Unidos”, y Blas Roca, “El artículo de Duclos y la política del PSP”, en Fundamentos, La Habana, a. V, núm. 47, julio de 1945, pp. 3-62.
(15) Dionisio Encina, Unidad democrática antiimperialista por la soberanía de México, México, FCP, s. f., p. 9.
(16) Ibíd., p. 41.
(17) Ibíd., p. 46.
(18) Abel Cabrera, El trabajo de los comunistas en las masas, México, FCP, s. f., p. 23.
(19) Reglamento Estatutario del Partido Comunista Mexicano aprobado por el Décimo Congreso Nacional Ordinario, mimeo, 1947.
(20) Dionisio Encina, El combate del pueblo mexicano en defensa de la paz y de la independencia nacional, México, FCP, s. f., p. 39.
(21) Teoría, núm. 21, diciembre de 1950, pp. 11-12.
(22) La Voz de México, núm. 704, 10-XII-50, p. 15.
(23) Partido Comunista Mexicano, Declaración de Principios, Programa y Estatutos, México, FCP, s. f., pp. 25-27.
(24) PCM. XI Congreso Nacional, Resolución, México, FCP, s. f., p. 13.
(25) Dionisio Encina, Liberemos a México del yugo imperialista, México, FCP, s. f., p. 13.
(26) Manuel Terrazas, Hacia un nuevo programa del Partido Comunista Mexicano, México, FCP, s. f., p. 9.
(27) J. Encarnación Pérez, Sobre las modificaciones a los Estatutos, México, FCP, s. f.., p. 7.
(28) Estatutos del Partido Comunista Mexicano, México, FCP, s. f., p. 3.

Bibliohemerografía básica

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