Los cuatro anarquistas encarcelados en Italia el 27 de julio, continuan en huelga de hambre
Los detenidos no estarán presentes. Dos de ellos porque fueron detenidos fuera de Roma (Marco Ferruzzi en Nápoles, David Santini en Turín) y los otros dos por no encontrarse en óptimas condiciones físicas. Santini, Ferruzzi y Sergio Stefani (este último en cárcel en Regina Coeli, como Simone Del Moro) hace días que están en huelga de hambre. Santini, 27 años, es el más debilitado.
Santini ya ha perdido entre siete-ocho kilos, dos veces al día el funcionario médico lo va a ver en la celda. Ninguno de los cuatro han anunciado abandonar la huelga hasta que los jueces tomen alguna medida.
También hoy serán los abogados quienes hablen por ellos, mientras en diversas ciudades del norte los anarquistas denuncian allanamientos y en Milán las investigaciones recomienzan a partir del hallazgo en un sótano de documentos anarcoideos y armas de juguete.
Ferruzzi, 25 años, tiene sobre sus espaldas el paquete-bomba que hirió gravemente al mariscal de la estación de los carabineros de Viale Libia en Roma, basándose en una carta que el joven había escrito a una amiga desde la cárcel de Regina Coeli, donde estaba detenido por una paliza a un carabinero considerado «infiltrado» en una marcha. «Por el desalojo coactivo que nos han hecho, no te preocupes -escribía- pagarán caro, pagarán todos», afirma, y con un «dibujo de una mano con dos dedos amputados con las palabras "manos mochas".
Por otra parte la carta está fechado 12 de diciembre de 2003, pero el atentado es del 4 de noviembre: ese «pagarán» en futuro no se entiende. Los abogados buscarán también explicar las interceptaciones ambientales realizadas por la DIGOS y que ponen en una situación comprometida a Santini y Del Moro (25 años). Según la policía fue el mismo Santini, hablando con dos muchachas que también están siendo interrogadas, quien «confesó» el atentado nocturno del 20 de enero al tribunal de Viterbo.