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Colombia, Colombia :: 30/10/2019

Paquetazo colombiano

Pablo Nariño
Vendrán duras reformas que afectarán a amplios grupos sociales, por la aprobación del FMI de un crédito por USD 11.400 millones para el régimen de Duque

Como una forma de anunciar a los colombianos lo que se avecina en el país, el Ministerio de Hacienda celebró el compromiso de las entidades del Estado para la que será “una ambiciosa agenda de reformas estructurales acertadas para fortalecer la resiliencia de la economía”.

Por su parte el Fondo Monetario Internacional FMI, ya “alertó” sobre la economía de Colombia y pidió medidas fiscales adicionales. Paso seguido, el magnate Luis Carlos Sarmiento Angulo, que controla un tercio de todas las entidades financieras de Colombia, con una fortuna de 10.800 millones de dólares, resaltó la importancia de tramitar con urgencia una reforma laboral, e insistió en la necesidad de promover reformas para disminuir los “altos costos laborales”, e instó al gobierno para que tome medidas.

Una de las causas de toda esta campaña de presión y expectativa por parte del gobierno, magnates y organismos económicos internacionales, tiene que ver con la aprobación el pasado mes de mayo por parte del FMI de un nuevo crédito de USD 11.400 millones para el gobierno Duque, con un plazo de dos años, y que será endosado al adquirido en el 2016. El préstamo se aprobó porque el Estado colombiano cuenta, de acuerdo al FMI, con antecedentes sólidos y “marcos institucionales de política económica que generan confianza”, lo que se traduce en que el régimen colombiano ha sido especialmente dócil con los requerimientos de la banca internacional, a partir de la fórmula: Mínima inversión social, un muy oportuno pago de los servicios de la deuda y represión desmedida.

Para tal fin, el gobierno nacional ya ha evaluado en un total de 160 billones de pesos las propiedades del Estado que, tras la aprobación del Plan de Desarrollo, serán rematadas. Ya es un hecho la venta del 20% restante de las acciones de Ecopetrol, la subasta de ISA, la venta del oleoducto Cenit y de las electrificadoras estatales. El paquetazo además conlleva recortes en los gastos del Estado para atender la educación y la salud.

Desde que fueron fundados en 1944, el FMI y el Banco Mundial BM, dirigidos por el Departamento del Tesoro de EEUU, han puesto y quitado gobiernos, establecido dictaduras militares y civiles, con el fin de que estos incrementen las deudas y faciliten su entrada, que junto a la OCDE, y OMC, son antifaces intercambiables de un mismo sistema económico.

Estos organismos sumen a las naciones en profundas crisis, para luego presentarse al “rescate”, el cual se ejecuta con dinero público, eludiendo identificar las políticas de expoliación y despojo como la causa de la crisis, y señalando como causante del crecimiento de la deuda, a un pretendido “excesivo gasto social”.

La función fundamental de estos organismos es cuidar y recomendar para que los países deudores paguen los intereses a los bancos comerciales prestamistas o para refinanciarlos, ya que su propósito es mantenerlos perpetuamente endeudados, y así la deuda original se canjea por otra muy superior, haciéndose eterna. Los países que no se comprometen con el FMI son señalados de ser gobiernos populistas, bloqueados económicamente y amenazados con guerras.

Joseph Stiglitz economista y quien hasta el año 2000 fue primer vicepresidente del Banco Mundial, confiesa frente a la liquidación y privatización del patrimonio nacional: "Podías ver cómo se les abrían los ojos ante la posibilidad de una comisión del 10 %, pagada en cuentas suizas, por el simple hecho de haber bajado unos cuantos miles de millones del precio de venta de los bienes nacionales”, refiriéndose a los equipos ministeriales que viajan por el mundo feriando los bienes públicos para abonar las deudas externas contraídas para las arcas de la clase económica y política gobernante, mientras los ciudadanos pagan su frenético enriquecimiento.

Por eso no es gratuita la rebelión contra el FMI, que desde hace unos meses se propaga por el continente. El caso más sonado es el de Ecuador, donde el FMI aprobó al gobierno de Lenin Moreno un crédito de 4.200 millones de dólares, acompañado de las subsecuentes reformas estructurales, para hacer efectivo un desembolso inmediato de 652 millones de dólares.

Moreno que al igual que Duque y Macri llegaron a la presidencia con el objetivo de endeudar sus naciones, espera también préstamos de casi 6.000 millones de dólares de otros bancos como el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, el BID, el Banco Europeo de Inversiones y de la Agencia Francesa de Desarrollo, los cuales deberá pagar la sociedad ecuatoriana, a través de impuestos y reformas laborales como en Colombia, a pesar de que como en Colombia, no serán destinados a la inversión social.

Lo logrado hasta el momento por el pueblo ecuatoriano en las calles, es decir la derogatoria del decreto 883 del Paquetazo, es un importante avance pero aún falta mucho más; el gobierno Moreno continuará con las más importantes reformas de ajuste, mientras el FMI presiona para que le cumplan.

En Argentina, Mauricio Macri aumentó la deuda a 340.000 millones de dólares en solo 2 años, y acordó un crédito de 67 mil millones para devolver en 2021, aunque ya gastó casi la totalidad, en beneficio de su propio grupo empresarial, de sus funcionarios y de otros empresarios.

Obviamente el rechazo popular se ha manifestado no solo en importantes movilizaciones sino en las pasadas elecciones en las que Macri perdió con el 40 % de los votos, ante un 48 % de Alberto Fernández y Cristina Fernández.

En Haití, las carreteras se encuentran bloqueadas en todo el país, es la quinta semana de protestas por el aumento en los precios de la gasolina, el petróleo y el kerosene, medida acordada entre el Gobierno de Jovenel Moïse y el FMI. Las protestas que han logrado reunir más de un millón de personas, ya hicieron rodar la cabeza del primer ministro haitiano, Jack Guy Lafontant, pero los haitianos exigen la renuncia del presidente Moïse y el desmonte total de las exigencias del FMI.

La deuda externa de Haití se estima en unos 890 millones de dólares, 41 % corresponde al BID, y 27 % al BM; y aunque la “ayuda humanitaria” se dio tras el terremoto de 2010, que dejó al menos 222 mil fallecidos y 1,5 millones de personas en la indigencia; millones de dólares no llegaron nunca a la población; casi el 90% de este financiamiento quedó en organizaciones extranjeras, entre ellas se acusa a la Fundación Clinton, mientras que miles de personas siguen viviendo en campamentos.

Honduras por su parte vive desde finales de abril una grave crisis político-social, y se presentan grandes movilizaciones de trabajadores y usuarios. La represión de Juan Orlando Hernández ha sido brutal y ya ha dejado varios fallecidos y heridos graves. El programa de ajustes privatizadores es consecuencia por supuesto del acuerdo Stand-by, y Servicio de Crédito Ampliado de 24 meses, por un monto de 311 millones de dólares, al que llegaron el gobierno hondureño y el FMI en mayo.

El paquetazo en Colombia, efecto de las implicaciones que se derivan del Acuerdo firmado por el gobierno con el FMI; -independientemente del fallo de la Corte Constitucional en relación a la Ley de Financiamiento- será aplicado; el país presenciará reformas que afectarán directamente a amplios grupos sociales: aumento de la edad de jubilación, reducción de los derechos pensionales, ampliación de las personas que pagarán impuestos, reducción de transferencias a las regiones, aumento del desempleo, disminución de los salarios, entre otros. Ya que a través de funcionarios de la banca devenidos en presidentes como el caso de Iván Duque, de las directivas de ministerios como el de Hacienda, y emisarios en el Congreso, se ha llevado al país a una situación de completa sumisión y dependencia extranjera.

Como en los demás países mencionados; en Colombia se socializan las pérdidas hacia los sectores populares y la clase media y se privatizan las ganancias en manos de la clase alta, salvaguardando los intereses del capital especulativo donde uno de sus principales favorecidos como siempre será Sarmiento Angulo.

El gobierno Duque ha pretendido encubrir este Paquetazo con falacias, y lo ha intentado disimular con perturbaciones diplomáticas contra los países vecinos; pero los colombianos no son tan incautos después de todo, y vienen tomando atenta nota; ya veremos su respuesta.

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