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Venezuela :: 16/03/2017

Para que Chávez sea futuro

Gerardo Rojas
En la disputa hegemónica que nos encontramos hoy esta en claro riesgo lo comunal, que se sostiene desde el control social del territorio para la construcción del socialismo

“El patrón de medición de los logros socialistas es:
hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas
contribuyen activamente a la constitución y consolidación
bien arraigada de un modo sustancialmente democrático,
de control social y autogestión general”
Chávez citando a Mészáros en el Golpe de Timón

Para nosotrxs hoy tu nombre se conjuga en futuro, en fuerza e ideas que son y serán guía para la militancia Bolivariana que se abre paso en el marco de la crisis integral que transitamos, sin duda aún la ausencia y el dolor tienen su peso indiscutible pero se van procesando, se transforman, convirtiéndote en referencia central en nuestra defensa de la Revolución Bolivariana, del levantarnos con dignidad y fuerza, del seguir la senda clara de construcción del Socialismo, del ¡Comuna o Nada!.

Es allí donde tiene sentido todo, cuando lo “estratégico” esta difuso, cuando el llegar a “mañana” parece la tarea central para muchxs, tus ideas se convierten en un fuerte, en un macizo sostén de las “ideas fuerzas” que nos encomiendan el andar, con ritmos diversos, como baile que lee el momento y sus complicaciones, eras un genio para eso, para dar lecturas del momento y sacar desde la fuerza de la historia el paso siguiente hacia el futuro. Léase como baile, como movimiento, con diversos ritmos, transitamos uno complejo sin lugar a dudas, pero con un horizonte claro: la construcción del Socialismo, con lo comunal como célula base, en el Golpe de Timón quedo claramente definido esa unión indivisible.

Lo estratégico para el Chavismo Popular entonces es ir construyendo la “autogestión y control social”, desde la democracia participativa y protagónica, porque bien nos dijo el Comandante que: “Lo nuevo de Nuestro Socialismo es la Democracia”, de allí parte todo, teniendo clara la siguiente observación: “No es lo mismo hablar de revolución democrática que de democracia revolucionaria. El primer concepto tiene un freno conservador; el segundo es liberador”.

Así la democracia participativa y protagónica, la democracia revolucionaria, es el socialismo que construimos, sin duda que es algo en riesgo en este momento, no sólo por los ataques del imperio y sus lacayos locales, sino también por los errores propios y, también toca decirlo, por la acción de sectores con amplios poderes en la Revolución que juegan a una administración del poder alejada del socialismo por el que el Comandante junto a su pueblo lucho hasta el final de sus días.

Por ello, en la disputa hegemónica que nos encontramos hoy en día esta en claro riesgo lo comunal, que se sostiene desde allí, desde el control social desde el territorio para la construcción del socialismo. Se podría afirmar que con la comuna esta en riesgo también el Socialismo Bolivariano, nuestro horizonte de construcción, por ello lo difícil de visualizar en los actuales momentos una lectura clara del andar de la revolución en ese plano. Aquí tenemos un reto colosal, que definirá el seguir del proceso, o planteamos un plan coherente para retomar la mayoría o nos quedamos sin socialismo alguno, aunque “la revolución” se mantenga en “el poder”.

Eso pasa por tener claro que el “control social” no es un mecanismo de gestión burocrática de las relaciones y necesidades del pueblo, esa visión nos aleja de la liberación y nos somete irremediablemente a la consolidación de mecanismos que terminan consolidando las relaciones clientelares, rentistas y contrarevolucionarias que nos separaran de toda posibilidad de “reconexión” con las mayorías para profundizar la revolución. Y esta lucha es fundamentalmente entre las fuerzas propias, no dependen de la disputa con la “oposición”, sino de las tensiones y luchas de poder internas, allí otro reto importante del Chavismo Popular, acumular fuerza, poder (no en términos de cuotas burocráticas) para poner incidir claramente por su postura, a favor del Socialismo.

Sólo en esa lucha tendremos futuro, junto a Chávez, concretando varios de los principios y mecanismos del sujeto comunal, que incluso transcienden a lo territorial y permean a sujetxs sectoriales (muchos de ellos síntesis del movimiento popular histórico, con sus evidentes influencias y a los sectoriales nacidos en el marco de la Revolución Bolivariana).

Por ello debemos encarar las asambleas en el marco del fortalecimiento del autogobierno, de sus potestades, de sus vocerías y su distribución interna de responsabilidades y tareas, en esa dinámica el proyecto que debe movilizar al pueblo es su Plan de Desarrollo Comunal, el Plan Patria Comunal, asumido como un Plan de Lucha, no como una lista de pedidos al gobierno (como lo imagina un sector de la burocracia que ve a los pobres como “esos que no se cansan de pedir”), menos aún como un orden de cosas a resolver para el cliente, una mirada asistencialista funcional a lo más conservador del chavismo.

Aquí la planificación popular es vista como herramienta revolucionaria para la disputa de poder, “para transferir poder”, es la que permitirá al pueblo construir el socialismo, asumiendo que la misma genera las condiciones para hacer irreversible el proceso. Algunxs plantean aquí un riesgo: lxs vocerías pueden que no sean “revolucionarias”, eso se conjura si el Plan de Lucha combate a las lógicas del capital, de la burocracia y de la contrarevolución y crea mecanismos claros de contraloría social.

¿Acaso allí no esta presente una formula chavista para sumar?, convocar a la mayoría a asumir tareas revolucionarias (no solo de la Revolución) partiendo de su realidad, necesidad y contexto.

Este plan de lucha debe tomar en cuenta algo fundamental en la nueva geometría del poder: la escala de agregación, el ir juntando fuerzas, desde la legitimidad y decisión soberana de lxs sujetxs que la impulsa. Así articulamos potencias, porque no es igual el objetivo de disputa del Consejo Comunal que de la Comuna en que ese mismo Consejo es parte. Es importante no ver partes para una simple suma, implica asumir la territorialización de la política en los términos revolucionarios.

En fin, es construir un Sistema de Gobierno Popular, eso implica generar mecanismos efectivos de la “nueva institucionalidad”, que exigen de parte del gobierno y del poder popular un desarrollo real de políticas de corresponsabilidad, exige del primero asumir de forma clara el impulso del Plan de La Patria y el reconocimiento (en algunos casos incluso el descubrimiento) de los principios y mecanismos que han forjado al poder popular para el diseño coherente de esa política, del segundo exige el desarrollo de un Plan de Lucha Comunal, integral, autónomo, que tenga como base el Plan de La Patria, pero complejizado por la concreción. Porque la corresponsabilidad sólo es posible con política institucional pertinente y autonomía popular.

De ambos exige el desarrollo de relaciones con tensiones permanentes, con altos y bajos, con conflictos pero sobre todo con un compromiso claro e irreductible de construir el Socialismo Bolivariano transfiriendo poder al pueblo, allí Chávez es nuestro futuro.

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