Paraguay. El presidente "progresista" Lugo postergó la reforma agraria: no antes del 2023...

Pero ahora la postergó por... 13 años. No antes de 2023, indicó el mandatario. En una entrevista publicada por el diario Clarín de Buenos Aires el lunes 25, Lugo ratifica la "prioridad" que tiene a sus ojos la reforma agraria. "La tenencia de la tierra no ha cambiado mucho en su estructura en décadas, y todavía el 85 por ciento de la tierras cultivables está en manos del 2,5 por ciento de la población", señaló.

Según el censo agropecuario del año pasado, 54 por ciento de las tierras de la región oriental del país y 57,5 por ciento del occidente chaqueño están dedicadas a la producción de pasturas, esencialmente para la soja. Los montes ocupan 28 y 36 por ciento de la extensión, respectivamente, y los cultivos 10 y 0,1 por ciento. En la zona oriental la mayoría de la población es "brasiguaya". Las plantaciones de soja abarcan 27.735 fincas y dan empleo a muy poca gente.

Pero aún reconociendo la necesidad "impostergable", Lugo señaló que esa realidad deberá ser corregida "de a poco" porque "las propias leyes no nos ayudan". Paraguay es uno de los pocos países que no tiene ni siquiera un catastro de propiedades, recordó. En la década pasada, el Banco Mundial otorgó un préstamo de 40 millones de dólares con ese fin pero "cayeron en saco roto y no se ha hecho ni el 10 por ciento de ese trabajo".

Lugo fue consultado por Clarín acerca de si son la leyes o las diferencias internas en el gobierno (algunos de los principales dirigentes del principal partido de gobierno, el Liberal, están entre los terratenientes más poderosos del país), el presidente dijo que no. "La reforma agraria es un eje transversal, firmado y refrendado por todos los partidos y también por los movimientos sociales y políticos que conforman las alianza" en el poder, precisó.

Lugo carece de una organización política propia. Su único apoyo directo proviene de algunos movimientos sociales, que le dieron poco menos que un cheque en blanco pero que ya no dudan en manifestar su desilusión por lo que entienden como demora excesiva en la implementación de cambios de fondo en el país. Al menos en los cuatro o cinco reclamos sobre los que cabalgó su campaña electoral y que iban todos en el sentido de una mayor justicia social, comenzando por la reforma agraria.

De hecho, las ocupaciones de tierras por campesinos se han ido multiplicando para presionar al gobierno. Y éste se muestra cada vez más dividido al respecto.

Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - germain5@chasque.net