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Mundo :: 11/01/2015

Perú: La toma de poder propuesta por la guerrilla del MIR

Jan Lust
El día 7 de enero de 1966 se llevaron a cabo los últimos combates de los militantes de la unidad guerrillera Túpac Amaru, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)

Sólo una lucha directa, abierta para la toma del poder, para realizar las reivindicaciones más profundas y más sentidas de las masas, puede ser la política de las masas.
Guillermo Lobatón, 'Para un Manifiesto de la Revolución Peruana'

El día 7 de enero de 1966 se llevaron a cabo los últimos combates de los militantes de la unidad guerrillera Túpac Amaru del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Cerca del río Sotziquí (Satipo, departamento de la región Campería de Santa Rosa), el líder de esta unidad, el número 2 del MIR, Guillermo Lobatón, fue asesinado junto con otros 8 guerrilleros.

La unidad guerrillera Túpac Amaru llevó a cabo numerosas acciones. La acción más importante fue la del día 27 de junio de 1965. El MIR relató lo siguiente: “En Yahuarina, 17 guerrilleros con la colaboración de los campesinos, enfrentaron a una fuerza armada superior en casi el doble en número de combatientes, poderosamente armada con metralletas, ametralladoras livianas, pesadas y granadas. A esta fuerza, opusieron los guerrilleros armas muy inferiores, granadas de fabricación propia y su coraje. Este combate estuvo dirigido por el comandante Máximo Velando. Los guerrilleros causaron a la fuerza represiva 9 muertos, varios heridos y 12 prisioneros, entre ellos un oficial, los que fueron puestos en libertad sin haber sufrido ningún maltrato.”

Con la muerte de los guerrilleros en enero de 1966 terminó la gesta heroica de la guerrilla de la década de sesenta.

La guerrilla Túpac Amaru consistió de hombres y mujeres. Una de las mujeres fue Victoria Navarro. Victoria Navarro tenía 17 años cuando se unió a la guerrilla, ella era una estudiante de secundaria y fue maestra de los niños de las familias campesinas. Fue detenida en agosto de 1965 y luego fusilada.

Victoria Navarro

fuiste una aldea llena de rocío
un poco de agua fresca iluminando las meses solitarias del mendigo
una tarde navegando en los recodos milagrosos de los ríos
tu madre te recuerda cuando jugabas con tus amigos en el campo
y con las ardillas y mariposas en el cielo
pero sobre todo cuando sembrabas girasoles en la sonrisa tierna de los niños
jamás pensaste en grabar tu nombre en las campanas del colegio
ni tu corazón en el pozo sombrío del olvido
sin embargo / una noche
mientras los geranios se inclinaban como perdices en la lluvia
después de haber reconocido la esperanza de los tiempos
los soldados te enterraron en las huellas más lejanas del camino
a pesar de ello y de la tristeza que nos dejaste desprendida
igual a un libro deshojado
llegas con tu voz de hierba hasta las pisadas más tibias de los zorros
señalándonos que las nubes se oscurecen en los muros
si la vida no es iluminada por los gorriones infinitos del domingo

Juan Cristóbal, 'Celebraciones de un cazador', 1984

El segundo al mando de la guerrilla Túpac Amaru fue Máximo Velando. Antes de ser guerrillero, Máximo Velando fue el secretario de la Federación de Campesinos de Satipo. Máximo Velando fue arrestado el 2 de diciembre en la ciudad de San Pablo, al sur de la ciudad de Puerto Bermúdez. Fue en compañía de Juan Paucarcaja, ex-líder de la Federación de Campesinos de Satipo. En San Pablo, él habría pedido a la comunidad asháninka para ayudarlos porque el ejército estaba detrás de ellos. Luego, el líder asháninka, Alejandro Calderón, habría ido al sacerdote del Instituto Lingüístico de Verano para preguntar qué hacer. El sacerdote, quien en realidad era un capitán del Ejército norteamericano, le encargó detener a Máximo Velando y Juan Paucarcaja. Entonces, el ejército fue informado y ambos miristas fueron arrestados.

Máximo Velando y Juan Paucarcaja fueron asesinados el 7 diciembre de 1965. Según la declaración oficial del Ejército, Juan Paucarcaja fue asesinado cuando trataba de huir y Máximo Velando se suicidó en la celda golpeando su cabeza contra la pared. Los policías que se encontraban acostados en la celda nunca escucharon sonidos “raros” que podrían haber indicado lo que estaba sucediendo. José Miranda, un campesino acusado de haber ayudado al MIR, dijo durante su proceso en 1969 lo siguiente acerca de la muerte de Máximo Velando: “Cuando llegamos a la base a mí me vendaron los ojos. Nos habían sacado de la cárcel de Satipo y no recuerdo si era el 3 o 5 de diciembre. Al llegar al avión me quitaron la venda y me arrojaron adentro; sentí una ráfaga de metralleta y después subieron el cuerpo ensangrentado de Velando. [...] Tenía la cabeza destrozada y presentaba 5 orificios de bala”. Máximo Velando habría sido arrojado con vida fuera de un helicóptero. Nunca se ha encontrado su cadáver.

Máximo Velando

creces
como un gorrón
en los tejados de tu pueblo
contemplando las mañanas
y los helechos fatigados de los muros
donde las aguas del otoño te dolían
al igual a tu hijo y a tu madre
tus ausencias de luna y de canario
sin embargo
jamás dejaste que las estrellas desfallecieran en tus manos
ni la claridad de los caracoles en los ojos de tu esposa
pues como un árbol lleno de canciones te encendías
en los claveles mudos de los patios
cuando los silencios de la tierra
enmudecían los pasos y los recuerdos de los ciegos
por eso
y antes que te arrojaran
de la tristeza más alta de los tiempos
nos dijiste
con esta voz que tienen los cereales
cuando maduran en el patio:
“la felicidad no debe parecerse a los llantos de los niños
sino debe ser como ese camino que se descubre en las riberas
señalándonos el geranio interminable de la guerra.

Juan Cristóbal, 'Celebraciones de un cazador', 1984

Los guerrilleros de 1965 no lucharon por la justicia social sino por una sociedad sin explotación y sin opresión. La explotación se defina como la expropiación por parte de la clase capitalista del valor o riqueza producida por el trabajador o empleado. La expropiación ocurre porque el capitalista tiene los medios de producción en sus manos.

Una sociedad sin explotación no es una sociedad donde los trabajadores y empleados deben vender su fuerza laboral sino una sociedad donde ellos son dueños de los medios de producción. Una sociedad con justicia social es una sociedad donde se mantiene la explotación y la opresión pero los trabajadores y empleados reciben un mayor sueldo y tienen derechos sociales. Aunque la situación de la mayoría de la población sería mejor en una sociedad con justicia social, sin embargo, la victoria no es definitiva. Todo depende de la evolución de la correlación de fuerzas de clase a nivel nacional e internacional. El proceso de “eliminación” del estado de bienestar en Europa en la última década es un claro ejemplo que la victoria del pueblo no es seguro si la burguesía como clase no es eliminada.

La toma de poder propuesta por Guillermo Lobatón y todos los guerrilleros de la década de sesenta debe guiar las acciones de la izquierda revolucionaria del Perú. Sin este horizonte, la lucha por reivindicaciones sociales se convierte en las más fuertes cadenas de explotación. Che: “[…] en las fuerzas progresistas de algunos países de América existe una confusión terrible entre objetivos tácticos y estratégicos; en pequeñas posiciones tácticas se ha querido ver grandes objetivos estratégicos. Hay que atribuir a la inteligencia de la reacción el que haya logrado hacer de estas mínimas posiciones ofensivas el objetivo fundamental de su enemigo de clase”.

Hasta la victoria siempre.

La Haine

 

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