Perú: Alan García y su silencio cómplice
Así se inicia el segundo gobierno del prófugo de la justicia, que un día volvió por "la puerta grande" a Palacio de Gobierno, pero no se sabe cuando ni por donde saldrá.
El otro discurso
En el mensaje a la nación del 28 de julio, que dio inicio a su segundo mandato, García Pérez puso énfasis en dos temas. Primero, de manera contundente exigió un mea culpa a los peruanos -¿no debía ser él, el que debía disculparse por sus latrocinios y asesinatos?- cuando dijo: "Nos hemos acostumbrado a echarle la culpa de todo a lo demás sin reconocer que gran parte de la culpa también es nuestra. Nos hemos acostumbrado a hablar de derechos y a exigir más derechos, pero obligamos las obligaciones y el deber".
Si lo tomamos como una obligación y deber, podemos decir que las que García tenía con sus electores que votaron contra el TLC, empezó a incumplirlos cuando sus congresistas -casi a escondidas- aprobaron el tratado el 28 de junio pasado, y en su mensaje a la nación no lo mencionó. Sin embargo, ofreció mantener las cifras macroeconómicas y que la inversión privada crearía millones de empleos, es decir, de manera mágica el neoliberalismo emplearía a los que desempleó lo últimos dieciséis años.
Segundo, García, rememoró de manera epónima, la "honesta" actitud del fundador del aprismo Haya de la Torre, quien cuando presidió la Asamblea Constituyente de 1979 recibió la pensión de un sol como constituyente. Con este ejemplo, pudo ganar los aplausos de muchos desprevenidos, pero no obnubilar a los peruanos que exigen desconocer la Constitución infame de 1993, que implantó la tiranía de Fujimori-Montesinos y que se restituya la Carta Magna de 1979, mientras se elije una Asamblea Popular. Pero como García es el hombre del "cambio responsable" -como decía su eslogan de campaña-, olvidó referirse a la Constitución de 1979, documento que promovió el fundador de su partido, al que los apristas no se cansan de rememorarlo y jurar en su nombre. Al obviar esta, el modelo neoliberal quedará intacto, la concentración de la riqueza en la clase empresarial, la precarización del trabajo y el desempleo continuarán.
Estos no son olvidos de García y de la pandilla aprista, quienes están con el cuchillo en el cuello, porque la plutocracia peruana,--la que apostó por ellos, en la segunda vuelta electoral-, apenas se puso la banda presidencial empezó a empujarlo a la extrema derecha. Objetivo al que García también quiere dirigirse, pero de manera disimulada y con el doble discurso al que nos tiene acostumbrados. Tampoco se puede decir que los apristas son ingenuos, porque, por ejemplo, colocaron en el Ministerio de Interior a Pilar Mazzetti, la ex ministra de Salud de Toledo, pero es, inquietante que ¿Gente que promovió grupos paramilitares como Rodrigo Franco podrían dejar el tema de seguridad a alguien que no sabe nada de inteligencia o estrategias? La respuesta es no, entonces: ¿Quién le dará las pautas a Mazzetti para que maneje su ministerio y prevenga los peligros?¿O la Mazzetti tendrá de viceministros y asesores a enfermeras, paramédicos y doctores? ¿Agustín Mantilla aparece desde las tinieblas?
El silencio cómplice
En un artículo anterior rememoraba la postal fotográfica del diario Liberación donde García salía sumiso y agachado besándole la mano a Madeleine Albright en su visita al Perú, para las elecciones presidenciales del 2001. Y cinco años después, García Pérez nuevamente fue sorprendido en la misma posición haciendo lo propio con la presidenta de Chile,(http://photos1.blogger.com/blogger/6366/2189/1600/alanb1%5B1%5D.jpg) Michelle Bachelet, quien fue la invitada de honor del mandatario peruano. Otra casualidad es que en el 2001 cuando Toledo asumía la presidencia, el invitado de honor fue Ricardo Lagos, también presidente de Chile y del Partido Socialista. Los analistas neoliberales lo resaltaron con un tufillo anecdótico y como una señal de justas y buenas relaciones, que lamentablemente no son ciertas.
En Chile las grandes inversiones peruanas están prohibidas tácitamente, el caso más explicativo es el de Aero Continete, que cuando se impuso en el mercado de aviación chileno, su "independiente" Poder Judicial -Bachelet dixit- lo proscribió y expulsó, para finalmente con la complicidad de Toledo y la Embajada de EEUU en Lima, desparecieran a la empresa de aviación. Como broche de oro LAN Chile se apoderó del mercado de aviación comercial peruano subiendo las tarifas a precios exorbitantes y sus aviones estaban manejados por pilotos de su Fuerza Aérea. Y en nuestro país los inversionistas chilenos compran, venden, --incluso trafican como Lusick con Montesinos- la cantidad de dinero y en el sector que quieran. Así mismo, no quieren marcar la frontera marítima con Perú y pretenden darle una salida al mar a Bolivia por un territorio que antes Chile debería consultar a nuestro país, como exige el Tratado de 1929. Entonces, todavía faltan arreglar algunos temas para que nuestras relaciones sean justas como nos dicen los medios de desinformación. Aunque todavía hay más.
En los últimos meses, el denominado "independiente" Poder Judicial chileno tuvo dos fallos y/o posiciones, que lo hacen cómplice de dos delincuentes peruanos, uno perseguido por la justicia internacional y el otro con denuncias por violación a los derechos humanos. En los primeros días de junio, faltando dos para la segunda vuelta electoral entre García Pérez y Ollanta Humala, el sistema judicial sureño le abrió las puertas de su lujosa prisión en la Gendarmería, al prófugo Alberto Fujimori, para que vaya a vivir a una lujosa residencia santiaguina. Y de esa manera aprovecharía -como lo hizo- las pocas horas que tenía para declarar a la prensa y sacudir el ambiente electoral peruano, apoyar a García y enviar el mensaje de que el Perú necesita el orden de su gobierno y no saltos al vacío. Semanas después cuando García Pérez visitaba en Santiago a la presidenta Bachelet. Un grupo de refugiados políticos peruanos, presentaron una denuncia contra el presidente electo, por genocidio. Pidiendo su detención, tomando como antecedente el caso Pinochet en Londres. Ahí, la mandataria chilena soltaría el famoso adjetivo de que el "independiente" sistema judicial de su país tomaría la decisión adecuada, por eso, recién se acepto que proceda el trámite de la denuncia, varios días después que García había dejado el país. ¿Una ayudita entre compañeros de la Internacional Socialista? Es lo más seguro. Por eso será que García mencionó el nombre de Nicolás de Pierola en su mensaje a la Nación, ojalá que no sea como Pierola o Toledo, y traicione los intereses del Perú, como lo hizo el primero en la Guerra del Pacífico y el segundo en su gobierno "constitucional".
Volviendo al mensaje del 28 de julio, García, no mencionó ni condenó al "asilado" Fujimori ni al preso Montesinos, como si ellos no hubiesen saqueado el país y asesinado personas en nombre de la democracia de Washington. Todo lo contrario, antes del besamanos oficial, García se presentó frente a la prensa junto a una representante del gobierno japonés, anunciando que las malas relaciones que durante los últimos años llevamos ambos países, quedaron atrás. Y este nuevo capitulo se abría con la donación por parte del Japón de cincuenta y siete millones de dólares para inversiones en infraestructura y tecnología.
Un silencio cómplice que García y el Partido Aprista lo comparten con la clase política y la prensa, que hoy ya no se refiere a Fujimori como prófugo, ahora le dicen "extraditable" y algunos "ex presidente". Pero no debe sorprendernos, si a inicios de los noventa Fujimori ayudó a bloquear las denuncias por genocidio e enriquecimiento ilícito contra García en el Congreso, entonces, este silencio cómplice de 28 de julio y la sumisión ante Bachelet y sus políticas pinochetistas-hegemónicas (porque el gobierno Chileno sigue siendo el péndulo de los intereses de La Casa Blanca en la región) nos dan un panorama oscuro para el Perú, que seguro lo confirmaremos en los próximos meses.
31 - 07- 06 Revista Mariátegui