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Mundo :: 02/11/2005

Perú: exportador de "carne de cañon" y otras miserias

Luis Arce Borja - La Haine
El último, y más novedoso, producto de exportación se refiere a los mercenarios peruanos. A mediados del mes (octubre) salio el primer contingente de carroña hacia Irak.

El Perú fácilmente podría ser considerado un modelo de país exportador, quizás más sobresaliente que cualquier país de los llamados "ricos". Imagínense el Perú es un gran exportador mundial de harina de pescado y ocupa, si nuestro mar y sus pescadores lo permiten, el primer, segundo o tercer lugar en escalafón mundial de los países exportadores de esa materia. Y si fuera poco esta harina de pescado va directo como materia prima en la fabricación alimentos para gatos y perros de las sociedades "modernas". Lindos y lustrosos animalitos bien alimentados y chochera de viejos, niños, solteras y solterones. ¿Y los niños del Perú?. Ni lustrosos ni bien alimentados no tienen acceso ni siquiera a un miserable trozo de anchoveta o merluza (pescados para harina) que bien podrían paliar la desnutrición crónica del cerca del 50% (4"834,000) de los niños del Perú. A causa de esto el Perú ocupa el tercer lugar de los países con más alta tasa de mortalidad infantil. Cada año mueren cerca de 40 mil niños antes de cumplir un año, cuya causa son las enfermedades relacionadas a la miseria y mala alimentación. La tuberculosis es una plaga entre estos niños.

Pero no solamente exportamos harina de pescado. Tenemos otros productos que encantan a los ciudadanos de las sociedades "desarrolladas". Estamos en el ranking mundial de los grandes exportadores de droga, y no piensen que se trata de cualquier droga, como el terokal u otra porquería que hace daño a la salud. En Perú se produce un riquísimo y fino clorhidrato de cocaína que hace la delicia de los delicados paladares de la gente importante en las sociedades modernas. Con un promedio de producción anual de 700,000 kilos el Perú no se queda atrás de Colombia que sigue siendo la campeona en América Latina.

La droga constituye el segundo producto de exportación del Perú después de los minerales, y su importancia es vital para la economía del país. Es tan así, que el principal blanqueador de los dólares del narcotráfico son los bancos peruanos, y en particular el Banco de Reserva del Perú (BCR) que desde los inicios de la década del 90 tiene instalado una importante sucursal en Aucayacu (centro del negocio de la droga en la selva peruana). El BCR compra a los traficantes, dueños de firmas le dicen, entre 1,500 y 2,000 millones de dólares cada año. Este dinero circula oficialmente en los bancos privados y sirve para pagar las importaciones y amortizar la abultada deuda externa del Perú. En este negocio están involucrados altos miembros de las fuerzas armadas y de la policía, parlamentarios, ministros, jueces, abogados, empresarios, y altos funcionarios. Nuestros "heroicos" militares junto con proteger celosamente nuestras fronteras, son guachimanes de los aeropuertos que utilizan los grandes narcos peruanos y colombianos. Hasta hace poco, Vladimiro Montesinos quien era jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y Alberto Fujimori, ex presidente peruano eran cabecillas del "Cartel de Lima", que manejaba el mas grande negocio de la droga en Perú. El "Cartel de Lima", estaba sostenido por la CIA americana y destinaba una importante suma de sus millonarios ingresos para financiar los criminales grupos paramilitares que el Estado utilizaba en la lucha contrainsurgente. Los miembros del grupo "Colina" (que asesinó a estudiantes profesores, trabajadores, etc.) eran pagados en dólares y ellos provenían de los negocios de la droga que controlaba el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y Montesinos.

Pero tampoco podemos hablar solamente de pescado y droga. No hay que ser pesimistas. Tenemos otros productos de exportación y ahí también ocupamos un puesto de honor entre los primeros. En lo que va del año 2005 más de dos millones y medio de peruanos han huido del Perú y ahora se encuentran en los Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón y otros países ricos. Estos peruanos de exportación se ganan la vida de la mejor manera que pueden y están obligados a tomas los trabajos que un "ciudadano decente" de los países "modernos" no se le ocurriría hacer. Los baños, cuidar viejitos, sacar a pasear a los perros, hacer compras, sacar brillo al piso de lujosas casas, trabajar en un sótano clandestinamente, lavar platos hasta caer muerto de cansancio, son algunos de los oficios que les depara a nuestros compatriotas que salen del Perú perseguidos por el hambre y la miseria. Pero para el Estado peruano esto no es un problema, y al contrario este producto de exportación ya constituye un jugoso negocio. No tan rentable como la droga, pero se defiende con cerca de 700 millones de dólares que cada año envían nuestros peruanos en el extranjoro. Este dinero por supuesto, ya es un renglón importante en los ingresos del Estado y se sitúa casi en el tercer lugar de los productos más importantes de exportación.

Pero tampoco podemos olvidar que exportamos rateros, criminales y mercenarios. Por el momento este negocio no tiene mucha significación económica para el estado, pero también deja algunos dividendos. Y no hablamos de nuestros respetables carteristas y asaltantes de las auto rutas que se han instalado en Paris y España. Nada tenemos contra ellos, y ganarse la vida en Europa es cosa de imaginación. Nos referimos a los individuos como Alberto Fujimori, tremendo ladrón y criminal ahora instalado confortablemente en Tokio. Y no contamos los altos militares y empresarios que salieron corriendo con maletas llenas de dólares de la mafia, y que hasta viven como reyes en los Estados Unidos y otros países.

Pero el último, y más novedoso producto de exportación se refiere a los mercenarios peruanos. A mediados del mes (octubre) salio el primer contingente de carroña hacia Irak. Fueron 200 mercenarios reclutados en los medios mas inmundos de la sociedad peruana (ex militares y criminales de guerra) que después de ser entrenados partieron como carne de cañón hacia Irak. Mil dólares mensuales se les paga a estos individuos para dejar el pellejo en una guerra de agresión imperialista. Como es la costumbre en este tipo de negocio, el Estado ha pedido su tajada. Los entrenamientos de estos mercenarios se realizaron en las instalaciones del ministerio de Defensa, por lo cual ha firmado un contrato millonario con la empresa americana encargada de reclutar esta carne de cañón.

 

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