­El adiós a Maradona

Una multitud de personas mantuvo una vigilia nocturna en la Plaza de Mayo hasta la apertura del velatorio previsto desde las 6 de la mañana. A pesar de las altas temperaturas y el riesgo de contagio del virus más de medio millón de personas se acercaron a la Casa de Gobierno para despedir al ídolo. El presidente de Argentina, Alberto Fernández, decretó 3 días de duelo y durante la ceremonia se acercó para dejar sobre el ataúd un pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo y una camiseta del club Argentino Juniors. El cortejo se realizó a cajón cerrado y estaba previsto que esté abierto al público hasta las 16hs.

Diego Armando Maradona (60) fue encontrado sin vida el miércoles a las 11:30 cuando fueron a despertarlo. Se encontraba en una casa ubicada en la localidad de Tigre en Buenos Aires, luego de haber sido operado de un coágulo en la cabeza a principios de noviembre. Según el resultado preliminar de la autopsia realizada durante la tarde del miércoles, el fallecimiento fue consecuencia de una insuficiencia cardíaca aguda que le generó un edema de pulmón. Uno de sus abogados [muy cuestionado] denunció que Maradona no recibió atención ni control de personal de salud durante sus 12 últimas horas de vida.

Desde que se conoció la noticia hubo congregaciones en distintos puntos del país para llorar y realizar los clásicos cantos del fútbol. En Buenos Aires se eligieron lugares emblemáticos como la casa de la infancia ubicada en el barrio pobre Villa Fiorito, el hospital donde nació en la localidad de Lanús, también en las inmediaciones de los campos de fútbol de Argentino Juniors, Boca Juniors y en el clásico monumento del Obelisco porteño. Con fotos y velas encendieron altares para agasajar con flores, bebidas y ofrendas al “número 10”. También en diversos lugares reemplazaron la bandera argentina por las camisetas de fútbol. Resulta único ver hoy abrazos entre fanáticos de clubes violentamente enfrentados como es el caso de Boca-River.

Su figura despierta las pasiones profundas del pueblo argentino. La viralización de una fotografía de Maradona siendo aún un niño es icono de aquella figura mundial que nunca olvidó su origen de clase pobre y marginal. Los 4 minutos que transcurren entre los dos goles que hizo aquel 22 de junio de 1986 contra los ingleses resume una vida de contradicciones. Un gol mágico [el mejor de la historia del fútbol] y otro “con la mano de dios”, 4 años después de que la Argentina había perdido la guerra por las Islas Malvinas contra Inglaterra lanzada en plena dictadura militar. Y ese sentir popular es el que realzan los carteles, rezos y llantos en el día de hoy. 

Integrar en una sola persona al pobre, el dios de la pelota, el siempre solidario con las causas sociales que portaba un tatuaje del Che Guevara; pero también al tramposo, quien ejerció violencia de género o se negó a reconocer a alguno de sus hijos es también lo desafiante de su figura. Por eso hay quienes lo atesoran por su siempre auténtica personalidad o mejor aún como el “D10S” dios más humano.

La Haine