Thomas Sankara y Blaise Compaoré: La rueda de la justicia gira

El capitán Thomas Sankara fue aupado al poder en agosto de 1983 por grupos clandestinos de izquierda, por la insatisfacción provocada por las luchas parlamentarias internas estériles, y por ciertos sectores de las fuerzas armadas: las tropas de la guarnición de Po, al mando del capitán Blaise Compaoré, marcharon hacia Uagadugú, con la ayuda —para entrar en la capital— de los trabajadores de telecomunicaciones en huelga y por los civiles. Con tan sólo 34 años, Sankara estaba cargado de nuevas ideas y mucha energía. Definió sus objetivos como presidente:

"Negándonme [a aceptar] un estado de mera supervivencia... liberando el campo de la inmovilidad medieval... estableciendo la democracia, abriendo la mente de la gente... para que se atrevan a inventar el futuro. Rompiendo el dominio de la burocracia... cambiando la imagen del funcionario público... y poniendo a nuestro ejército en colaboración con el pueblo a través del trabajo productivo".

Tales medidas transformadoras, junto con la descentralización y la democracia directa, todas se combinaban dentro de su pensamiento con una lucha eficaz contra la corrupción.

La democratización significó la utilización del "potencial de las personas. Las urnas y el sistema electoral [son insuficientes]. No puede haber democracia a menos que el poder, en todas sus formas —económica, militar, política, social y cultural, esté en las manos del pueblo." Su pensamiento también hundía sus raíces en aspectos prácticos cotidianos. "Nuestra revolución será de valor sólo si somos capaces de decir... que el pueblo de Burkina Faso es un poco más feliz a causa de ella."

Esto requería de agua potable, suficiente para comer, una vivienda digna, mejor ropa y educación. "La revolución significaba la felicidad." Unos veinte años más tarde, Sankara permanecía en la memoria popular como "un hombre que dijo la verdad, vivió cerca de su pueblo, combatió la corrupción y dio nuevas esperanzas para la recuperación de la dignidad de África." [1]

Pero ya en 1987, las élites nacionales, regionales e internacionales estaban planeando su eliminación. Jaffre está en lo cierto cuando dice que el complot contra Sankara fue 'orquestado' por su oficial y hermano, su compañero de armas, Compaoré, 'probablemente con el apoyo de Francia, Costa de Marfil y Libia". Entre los males de la política de élites en muchos lugares, la culpabilidad moral de Compaoré es la más importante. Sankara lo consideraba un amigo cercano, y lo describió como un "hombre muy inteligente y sensible". Le dijo a un periodista suizo: "Es bueno tener un hombre en quien se puede confiar, total o casi totalmente".

Los observadores reconocieron que Compaoré era la única persona con la capacidad de organizar un golpe de estado, pero Sankara no hizo caso de tales preocupaciones: "El día que escuche que Blaise está preparando un golpe de estado contra mí, no tendrá mucho sentido tratar de enfrentarse a él o venir a avisarme... sería demasiado tarde y no habría nada que hacer al respecto". [2]

Sankara fue asesinado el 15 de octubre de 1987, y sus restos fueron abandonados apresuradamente en una tumba poco profunda en las afueras de la capital. [3] Jaffre ha señalado cómo el gobierno de Compaoré hizo todo lo posible para borrar su memoria. El interés público, sin embargo, se mantuvo, incluso con grupos de la oposición que en 2014 exigían respuestas sobre las circunstancias de su muerte.

Su familia nunca ha visto a su cuerpo. Mientras que la presidencia de Sankara duró sólo cuatro años, la de Compaoré ha perdurado 27 años. [4] Una de las causas del levantamiento actual ha sido su aparente intención de extender su mandato aun más. El 30 de octubre, 'decenas de miles' de manifestantes se enfrentaron con la policía y los militares frente al palacio presidencial, exigiendo que Compaore dimitiera. En un país donde se cree que más de la mitad de la población es menor de 18 años, los jóvenes tuvieron una "presencia abrumadora" en las protestas. [5]

Después de días de protestas violentas, Compaore renunció este 31 de octubre, y huyó con su familia a Costa de Marfil. El segundo al mando de la guardia presidencial, y supuesto líder de los jóvenes oficiales del ejército, el teniente coronel Isaac Zida, reclamó el poder. El 1 de noviembre anunció en la televisión que había asumido las responsabilidades de jefe de Estado para garantizar "una transición democrática sin problemas... las aspiraciones de cambio democrático" de la juventud de Burkina "no serán traicionadas ni decepcionadas".

Pero una coalición de partidos de la oposición y grupos de la sociedad civil se comprometió a continuar con las protestas. "Reafirman que la victoria de la insurrección popular, y como consecuencia, la gestión de la transición— pertenecen al pueblo y no deben ser confiscadas por el ejército". [6] Compaoré ha sido eliminado, y las sedes de su partido quemadas y saqueadas, pero las relaciones entre las fuerzas populares y el ejército siguen siendo inestables.

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Notas:

[1] Citado en Bruno Jaffre, ‘Burkina Faso's Pure President', Le Monde Diplomatique, Noviembre, 2007.

[2] Véase ‘Comment', Le Monde Diplomatique, 25 Octubre 1987.

[3] ‘The Fall of Thomas Sankara', South, Diciembre 1987.

[4] Se acerca a otros dinosaurios como Teodoro Obiang Nquema, 35 años, Jose Eduardo Dos Santos, también 35, Robert Mugabe con 34, Paul Biya con 31, and Yoweri Museveni, 28 años.

[5] David Smith, ‘Burkina Faso', Guardian Online, 31 Octubre, y Thomas Fossy, BBC News Online, 31 Octubre 2014.

[6] David Smith, en Guardian Online, 1 Noviembre 2014.

afriquesenlutte.org. Traducción para sinpermiso.info: David Torres Pascual