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Cuba, Cuba :: 15/06/2020

Una breve mirada a la "maravillosa Cuba de los cincuenta"

Raúl Antonio Capote
Cuba exportaba azúcar para importar caramelos, exportaba cueros para importar zapatos. Cuba era una factoría productora de materia prima y mano de obra barata

Siempre que se habla en la prensa de alquiler al servicio del gobierno de los EEUU o en la vasta red de sitios digitales, redes sociales y otros medios contrarrevolucionarios de la Cuba antes de 1959, se dibuja un país que nunca fue.

No vamos a referirnos a como en los años 50 se consolidó el Imperio de la mafia norteamericana en la Isla, con el apoyo decidido del capo mafioso Fulgencio Batista.

Tampoco vamos a reseñar aquí los terribles crímenes de la dictadura, las torturas, al clima de pavor en que vivía la población en manos de desalmados verdugos como Esteban Ventura Novo, Julio Stelio Laurent Rodríguez, Rolando Masferrer y tantos otros, de instituciones que sirvieron de modelo para la represión en América Latina, como el Buró para la Represión de las Actividades Comunistas (BRAC), el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), el Servicio de Inteligencia Naval (SIN), La Policía Marítima, el Buró de Investigaciones y la Policía Nacional, verdaderas academias de tortura y muerte.

El país era el paraíso de la corrupción administrativa, del robo y la miseria, estaba además lleno de prostíbulos que funcionaban bajo un sistema de esclavitud donde eran explotadas mujeres arrancadas de la miseria de los campos.

Éramos pobres y dependientes. Esa es la gran verdad. La situación de dependencia económica que comenzó desde 1902 se completó en los años 20.

Las medidas económicas y financieras “indicadas” por Enoch Crowder, enviado especial del Presidente de los EEUU en 1921 para “resolver” la terrible crisis económica que atravesaba Cuba, al presidente Alfredo Zayas, provocaron un crack bancario y desde entonces el capital financiero estadounidense se convirtió en propietario de la mayor parte de la riqueza nacional, así como en monopolista del sistema comercial y de crédito, lo que significó la desnacionalización de la banca del país, el National City Bank de Nueva York sustituyó al Banco Nacional y al Banco Español, como principal banco de Cuba. Esta situación de desnacionalización de la banca llegó al clímax en los años 50.

Durante los gobiernos auténticos, 1944-1952 (Partido Revolucionario Cubano – Auténtico) el azúcar representaba el 90% de las exportaciones del país, su producción había crecido un 40%, sin embargo, el costo de la vida siguió aumentando, hasta alcanzar en 1952 el doble de 1944, la corrupción administrativa hizo casi invisible el incremento del tesoro público.

Ambos Gobiernos se caracterizaron por la represión política con sucesivos asesinatos de líderes opositores como los dirigentes obreros Jesús Menéndez y Aracelio Iglesias, por una fuerte censura de prensa mediante el decreto “Mordaza” y la creación de grupos gansteriles que controlaban el negocio de la droga, la prostitución y los juegos prohibidos.

En los años 50 en la Habana se concentraba el 73% de los teléfonos, el 60% de los automóviles, la mayor parte de las construcciones, el mayor gasto de electricidad estimado en un 78%, la gran mayoría de los hospitales, más del 75% de los médicos y enfermeras, los salarios más altos.

Sin embargo, como corresponde a un país sumergido en el subdesarrollo estructural, la situación era terrible en el resto del país, el censo de 1953 indicaba que el 68,5% de los campesinos vivía en bohíos miserables de techo de guano y piso de tierra, el 85% no tenía agua corriente y el 54% no disponía de ningún tipo de servicio sanitario, el ingreso promedio diario de un trabajador agrícola apenas llegaba a los 15 centavos.

Solo un 11% de las familias consumía leche, el 4% carne y el 2% huevos, el 36% tenía parásitos y el 44% no sabía leer ni escribir, según el Consejo Nacional de Economía el total de personas desocupadas en 1958 alcanzaba la astronómica cifra de 738,000 en una población de poco más de 6,000,000. Apenas existían 2,400 industrias no azucareras, la mayoría con menos de 100 trabajadores y ubicadas en los alrededores de La Habana.

Más de 400,000 familias urbanas vivían hacinadas en barracones, cuarterías y ranchos sin las más mínimas condiciones higiénico sanitarias y más de 2, 000,000 se veían obligadas a pagar alquileres que sobrepasaban un quinto y un tercio de sus ingresos, casi 3,000,000 de cubanos, la mitad de la población carecía de luz eléctrica.

En el campo solo se explotaba el 20% de la tierra cultivable mientras Cuba importaba la mayor parte del consumo alimentario, leche, huevos, frijoles, queso, mantequilla, harina, grasa y una larga lista de productos comprado en su inmensa mayoría en los EEUU.

Más del 50% de las mejores tierras del país estaba en manos extranjeras, la United Fruit Company y la West Indian unían la costa norte con la costa sur de la antigua provincia de Oriente. Cuatro compañías azucareras norteamericanas eran propietarias de 1, 000,000 de hectáreas de tierra. El latifundio ganadero ocupaba 300,000 caballerías poco menos que abandonadas.

Cuba exportaba azúcar para importar caramelos, exportaba cueros para importar zapatos. Cuba era una factoría productora de materia prima y mano de obra barata.

Esa era a grandes rasgos la “maravillosa” Cuba de los 50, hay mucho más pero no quiero abrumarlos con datos y cifras. Cuba fue una neocolonia yanqui, el sistema de dominación perfecto, el esquema a aplicar al resto del mundo. Diseño que fue roto por una revolución triunfante que le volvió obsoleto e inaplicable.

Resumen Latinoamericano / La Haine

 

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