Una mirada a Bolivia desde Castilla

El acto tenía una carga simbólica de gran importancia, porque la actual Asamblea Constituyente tiene la misión de refundar Bolivia, como un Estado unitario viable, para lo cual es imprescindible buscar solución a los graves problemas que históricamente han afectado a ese país hermano y que han impedido hasta ahora su consolidación como proyecto político, económico y social, soberano.

La situación actual en latinoamérica de avance del movimiento soberanísta e identitario, uno de cuyos ejes es la construcción de la gran patria latinoamericana dando continuidad práctica al pensamiento político de Bolivar, Sucre, Martí..., pero sobre todo como respuesta al hegemonísmo asfixiante y depredador del vecino del norte, los angloamericanos.

La llegada al gobierno del MAS en Bolivia, con un proyecto que incluye propuestas de solución para los graves, estructurales y tradicionales problemas de la realidad boliviana, abre expectativas para que las cosas puedan dar un gran salto adelante desde la perspectiva popular.

Una pequeña delegación de la IzCa estuvo en los actos de inauguración de la Asamblea Constituyente en Sucre, por cierto una de las cosas que nos resultó tremendamente curiosas, es que eramos la única representación procedente del Estado Español además de gente de Euskal Herria. No había representación institucional alguna, ni representación de organizaciones políticas del Estado Español excepto la IzCa.

Nuestra presencia en Bolivia tenía dos objetivos, expresar nuestro apoyo al proceso puesto allí en marcha y simultáneamente profundizar en el conocimiento de éste, para ello tuvimos reuniones con representantes de algunos de los movimientos sociales que tuvieron más protagonismo en la caída de los gobiernos neoliberales, como es el caso del movimiento vecinal y del movimiento obrero.

En concreto tuvimos reuniones con la directiva de la Central Obrera Boliviana (C.O.B.) y con la directiva de la Federación de Juntas Vecinales de la Paz.

Las reuniones con éstas organizaciones nos parecieron de especial interés, por que no pertenecen al ámbito directo de los movimientos sociales vinculados al MAS, como pueden ser los casos del movimiento campesino o del movimiento indigenista y tienen una visión sobre el proceso en marcha digamos de ''apoyo crítico'', es decir, manteniendo sus propias posiciones.

El punto de vista del MAS, pudimos conocerlo a través de las intervenciones en la ceremonia de inauguración de la Asamblea Constituyente del presidente Evo Morales, del Vicepresidente Álvaro García Linera y de la presidenta de la Asamblea Constituyente la diputada aymara, Silvia Lazarte Flores.

Para comprender y poder evaluar la situación actual en Bolivia es conveniente conocer al menos someramente, algunos rasgos que caracterizan a este país en su historia, en su geografía y en sus características sociales.

Bolivia es una realidad tremendamente compleja, de difícil simplificación y muy poliédrica.

Bolivia declara su independencia de la Corona española el 6 de agosto de 1825 en la ciudad de Sucre, es una independencia tardía, tiene como primer presidente de forma más simbólica que real a Bolivar, al que sucede el mariscal Sucre, de ahí el actual nombre de la antigua ciudad de Charcas.

La historia de Bolivia es tremendamente convulsa con frecuentes guerras con los países limítrofes que le llevan a perder una buena parte de su territorio y la salida al mar. La guerra del Pacífico con Chile entre 1879 y 1883 en la que pierden su territorio costero. La guerra del Chaco con Paraguay entre 1932 y 1935 les lleva a perder una buena parte de su territorio, aproximadamente un tercio.

Bolivia a pesar de estas perdidas territoriales cuenta aún con un millón de kilómetros cuadrados, es decir aproximadamente el doble del territorio que ocupa el conjunto del Estado Español, para una población de 8.274.325 habitantes, aunque con un importante crecimiento demográfico.

Internamente, la historia de Bolivia es aún más compleja, con frecuentísimos golpes de estado y con la ausencia de un proyecto integrador y soberano de país hasta la revolución de 1952, articulada esencialmente por el recién constituido MNR.

Una breve descripción de la actual realidad social de Bolivia, nos puede ayudar a comprender la complejidad de la situación.

Del total de la población según el censo de 2001 es decir de los 8.274.325 habitantes, pertenecen a los pueblos originarios e indígenas 4.133.138 personas, y la población mestiza y/o blanca es de 4.141.187 personas.

Sin embargo según encuestas hechas sobre el sentimiento identitario, el 62% de la población se siente indígena, es decir una buena parte de los mestizos se decantan subjetivamente por esa identidad y sólo un 38% del total de la población se siente no indígena.

En términos generales podríamos decir que aproximadamente dos tercios de los bolivianos pertenecen a los pueblos originarios e indígenas y así se sienten, un 30% son mestizos, y sólo un 10% son blancos.

Ese 10% sin embargo es el que va a detentar históricamente el poder político y económico.

La población indígena es claramente mayoritaria en el mundo rural y en cinco de los nueve departamentos en los que administrativamente se organiza Bolivia, incluyendo La Paz y minoritaria en los cuatro departamentos orientales entre los que se incluye el departamento de Santa Cruz, además de Tarija, Beni y Pando.

Un dato muy significativo es la juventud de la población, casi un 50% son menores de veinte años.

En cuanto a la distribución por pueblos indígenas, tomando como referencia a la población mayor de seis años según el idioma que hablan nos encontraríamos con la siguiente situación:

Quechuas: 2.124.040; Aymara: 1.462.286; Guaraní: 57.218; Otras lenguas nativas: 43.953; Castellano: 6.097.122; Extranjero: 241.417.

Casi el 40% del conjunto de la población vive en la pobreza extrema, que si la disgregamos entre el medio urbano y rural, alcanza en este último el 58,62%.

Un dato que consideramos significativo es que el 75% de las viviendas no tienen servicio telefónico, ni fijo ni móvil, ausencia que en el caso del área rural llega al 98%.

En cuanto a la energía eléctrica, un 35% del total de viviendas no tiene ese servicio, situación que en el medio rural alcanza el 75%.

El poder político y económico en Bolivia como decíamos, fue tradicionalmente detentado por una minoría oligárquica de la que estaban totalmente excluidos los pueblos originarios e indígenas, e incluso la mayoría de los mestizos, esa oligarquía boliviana no tuvo el menor sentido patriótico, integrador o de país. Su relación con el territorio, sus recursos naturales, y la mayoría de las personas que lo habitaban era esencialmente, por no decir exclusivamente de carácter depredador, baste decir que la mayoría de la población por no tener no tenía ni derecho a voto.

Hasta la revolución de 1952 que proclama el voto universal, éste era restringido, solamente había 130.000 electores, hasta ese momento estaban excluid@s del voto las mujeres, los analfabetos, los pueblos indígenas...

Las contradicciones sociales que encierran la sociedad boliviana impulsan que en 1952 después de un largo proceso de agudización de la lucha de clases, triunfe un proyecto transformador revolucionario que tiene los siguientes ejes fundamentales:

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El derecho universal al voto.
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La nacionalización de las minas y el impulso a la industria petrolera.
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La reforma agraria.
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La educación universal y obligatoria.
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La organización de milicias populares

Este proyecto que tiene la oposición activa de una parte sustancial del ejército, de la oligarquía y de los EE.UU, cuenta con el apoyo del conjunto de los sectores populares: obreros, en ese momento se funda la confederación obrera boliviana (COB), campesinos, ... así como la parte mayoritaria de la policía que conjuntamente con las milicias populares, consiguen neutralizar al ejército después de varios enfrentamientos armados.

Alguno de los ejes de este proyecto, especialmente la reforma agraria, es bloqueada por los terratenientes y la oligarquía por lo que ésta se implementa en muy pequeña medida, lo que lleva a su vea a la desafección del movimiento campesino del proceso revolucionario de 1952.

Desde los años setenta y sobre todo a partir de los años ochenta, los gobiernos bolivianos impulsan políticas neoliberales y totalmente serviles a los EE.UU que suponen en muy buena medida la liquidación de las pocas conquistas que quedaban en pie del proceso revolucionario de 1952:

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Progresivo desmantelamiento del sistema de sanidad pública, ya de por sí limitado.
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Destrucción del sistema público de pensiones mediante su privatización y entrega a dos gestores-proveedores, uno de ellos por cierto perteneciente al grupo BBVA.
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Precarización absoluta de las condiciones laborales.
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Dolarizacion de la economía.
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Desmantelamiento y privatización del sector público de la economía.
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Enajenación de los recursos naturales especialmente petróleo y gas.

La implantación de un programa económico neoliberal, provocó una fortísima y continuada resistencia popular que tuvo su cenit en octubre de 2003 en el que las amplísimas movilizaciones populares obligaron a dimitir al presidente Sánchez Losada.

La experiencia y articulación social y política que el movimiento popular adquirió a lo largo de esos veinte años de lucha contra el neoliberalismo y muy particularmente durante la fase transcurrida entre 2003 y 2005, posibilitaron la victoria socio-política del MAS, primero en las elecciones generales de 2005 y después aún de forma más contundente en las elecciones constituyentes del 2006.

Recordar algunos datos que documentan esta afirmación: el MAS ganó las elecciones constituyentes por un 50,77% de los votos. El partido PODEMOS, que articula la oposición más radical al MAS y representa los intereses de la oligarquía obtuvo el 15,32% de los votos, es decir menos de un tercio de los votos obtenidos por el MAS.

Pero como dato muy significativo es que en el departamento oriental de Santa Cruz, el mayor en población después de La Paz y en el que la oposición al MAS alardeaba con contar con un apoyo masivo, el partido de Evo Morales le sacó casi dos puntos de ventaja al partido PODEMOS

El MAS tiene un total de 137 diputados sobre los 250 que componen el conjunto de la asamblea es decir la mayoría absoluta; y PODEMOS tiene 60 diputados.

Los otros se reparten entre diversos partidos con posiciones tácticas cambiantes y sin un claro proyecto estratégico.

Además el MAS cuenta con el apoyo de la inmensa mayoría de los movimientos sociales y populares aunque en algunos casos sea de una forma crítica y sin integrarse en el frente político-social que el MAS representa.

Hoy por hoy pues las dos grandes fuerzas en confrontación son el proyecto que representa el MAS por un lado y el proyecto que representa PODEMOS por otro, que cuenta con el apoyo social de los llamados comités cívicos que son una especie de frente de masas de la derecha, sin olvidarse de las juventudes cruceñas que es una auténtica organización juvenil fascista que cuenta con varios miles de miembros y que actúan como fuerzas de choque en las movilizaciones de PODEMOS, eso quedó muy de manifiesto en la jornada de huelga convocada en los cuatro departamentos orientales.

El proyecto del MAS representa el intento de construir sobre nuevas bases de integración, de soberanía y de justicia histórica y social a Bolivia, enmarcado en el proyecto antiimperialista, patriótico y libertario latinoamericano.

El proyecto PODEMOS significa dar continuidad al poder de la oligarquía local articulada con el Imperialismo norteamericano.

Algunos elementos del proyecto MAS que ya están en marcha:

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Revertir al sector público el sistema de pensiones.
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Rebaja de la edad de jubilación 60 años para los varones y 55 para las mujeres.
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Reforma educativa.
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Ampliación de las prestaciones sanitarias.
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Nacionalización de los recursos naturales hidrocarburos y gas.
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Creación de infraestructuras, especialmente viarias, actualmente la red de carreteras en Bolivia es casi inexistente.
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Reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y originarios, y por tanto reconocimiento del carácter plurinacional de Bolivia.
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Reconocimiento de los derechos culturales, lingüísticos, territoriales, jurisdiccionales de los pueblos originarios e indígenas.

Dos cuestiones centran la confrontación en Bolivia entre el proyecto patriótico y antiimperialista que representa el MAS y el que representa los intereses de la oligarquía y el imperialismo a través de PODEMOS y los comités cívicos: La cuestión de la nacionalización de los recursos naturales, petróleo, gas.... y la cuestión de la Asamblea Constituyente.

El Imperialismo y la oligarquía local que es por cierto la cosa más antipatriótica y vendida a los intereses foráneos que hemos conocido, están en contra de la nacionalización de los recursos naturales de Bolivia, y dispuestos por tanto a sabotear el proceso puesto en marcha por el actual gobierno a cualquier precio.

En cuanto a la asamblea constituyente el debate es muy claro, el movimiento popular articulado alrededor del MAS, esencialmente el movimiento campesino y de los pueblos indígenas, desea que la Asamblea Constituyente tenga un claro carácter constituyente. Es decir que ninguna de las instituciones hoy existentes incluyendo el Tribunal Constitucional, se pueda poner por encima de ella y condicionar el resultado del texto constitucional saliente de esta asamblea.

La derecha y el imperialismo pretendían como primera línea de defensa que ésto no fuera así, sino que el proceso constituyente estuviera condicionado por una serie de poderes fácticos para impedir la ruptura política, social y económica con el régimen actual, es decir siguiendo un modelo a ''la española'', donde los poderes fácticos condicionaron absolutamente la transición.

Una vez perdida esa primera batalla, su pretensión era la de que el reglamento de la asamblea constituyente obligara a tomar las decisiones por mayoría de dos tercios, con lo cual el apoyo de ''PODEMOS'', es decir de la representación política de la oligarquía apátrida , sería necesario para tomar cualquier decisión.

La propuesta del MAS de que las decisiones se tomen por mayoría simple en el proceso constituyente fue el origen de los graves incidentes provocados por PODEMOS el pasado viernes uno de septiembre en la sede parlamentaria de la ciudad de Sucre, y que ocasionaron gravísimas lesiones al portavoz parlamentario del MAS.

En Bolivia no estamos asistiendo hoy por hoy a un proyecto de construcción directamente socialista por que seguramente las condiciones objetivas y subjetivas no lo permiten aún, pero el proyecto que se esta construyendo en Bolivia con todas sus limitaciones y dificultades supondrá un gran avance hacia la liberación para los pueblos bolivianos y servirá también para aumentar y reforzar el polo antiimperialista, antineoliberal, liberario y patriótico en Latinoamérica.

Desde el movimiento popular castellano observamos con una gran esperanza este proceso general en Latinoamérica con el cual nos sentimos plenamente identificados y del que alguna forma tendríamos que formar parte.

Las multinacionales españolas saben muy bien lo que quieren hacer en Latinoamérica. Los anglo-americanos saben muy bien lo que quieren hacer a nivel internacional. Es absolutamente imprescindible que desde el movimiento popular castellano sepamos articular una estrategia de colaboración y ayuda con ese gran movimiento antiimperialista en Latinoamérica.

El rechazo al proyecto imperial europeo, no pasa por un intento de rediseñar éste en un sentido progresista, cuestión ésta absolutamente imposible, por mucho que la socialdemocracia y el reformismo de todo pelaje nos pretendan convencer de que se puede elaborar una constitución europea roja.

La lucha contra el imperialismo europeo cada vez más integrado internacionalmente con el imperialismo yanki pasa por la confrontación abierta con éstos y por la lucha para la incorporación a ese gran bloque antiimperialista Latinoamericano con el cual nos unen tantos lazos sociales, lingüísticos y culturales.

Castilla a 18 de septiembre de 2006
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