[Vídeos] Hace 67 años EEUU dejaba caer la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki

Hace 67 años los Estados Unidos dejaban caer sobre las poblaciones japonesas de Hiroshima y Nagasaki la bomba atómica arrasando totalmente con cualquier rastro de vida humana. Cifras escalofriantes de niños, ancianos, mujeres y lisiados no se han podido cuantificar y solo cifras aproximadas ensombrecen los aterradores hechos en un holocausto sin precedentes en la historia de la humanidad. Algunos hablan de 140.000 habitantes taciturnos e inocentes sacrificados en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki por la avaricia imperial de la potencia norteamericana, más 360.000 heridos. “Little Boy”, fue bautizado por Estados Unidos el primer artefacto nuclear de la historia de destrucción masiva que fue lanzada simplemente para comprobar su capacidad destructiva el 6 y 9 de agosto de 1945, en Hiroshima y Nagasaki, respectivamente, cuando Japón ya estaba derrotado y el fin de la II guerra mundial era evidente. Los ataques nucleares fueron ordenados por el triste célebre presidente norteamericano, Harry Truman, imponiendo su hegemonía a punta de terror y amedrentamiento, confirmando así lo dicho por Carlos Marx de que el capitalismo vino al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza. Entre el 15 o 20 por ciento de los sobrevivientes a ese lunes y jueves aciago, murieron de envenenamiento por radiación, otros por leucemia y otros de [otros tipos de] cáncer. Seis días después de la explosión de la bomba “Fat Man” en Nagasaki, Japón anunciaba su rendición, formalizándose el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación, concluyendo la guerra del Pacífico y por lo tanto la II Guerra Mundial. Estados Unidos cayó como buitre hambriento sobre este país con la complicidad de otros como Australia, India, Inglaterra y Nueva Zelanda. La primera determinación tomada por los Estados Unidos fue prohibir que Japón tuviera armamento nuclear, solo ellos estaban predestinado a portarla y a usarla indiscriminadamente sobre cualquier país. Hiroshima fue fundada en 1.589 sobre la costa del mar interior de Seto por el hidalgo Mori Terumoto, convirtiéndola en capital una vez se marchó del castillo de Koriyama en la provincia de Aki. Al construir el castillo en esta ciudad, se pasó a habitarlo en 1.593. Mori Terumoto era perdedor de la batalla de Sekigahara, por lo tanto fue expropiado de todas sus pertenencias por el ganador de dicha batalla, Tokugawa Leyasu, incluyendo, el castillo levantado en Hiroshima, cediendo estas pertenencias a Eukushima Masanori, quien había apoyado decididamente a Tokugawa Leyasu. En 1.619, dicho castillo pasó a manos de Asano Nagaakira, quien fue nombrado líder de la comarca, desarrollándose la población con pocos disturbios; sus descendientes continuaron gobernando la ciudad hasta la restauración Meijien en el siglo XIX. Durante esta era fue convertida en centro urbano, adquiriendo estatuto de ciudad a partir del primero de abril de 1.889. Hiroshima recordó a sus hermanos sacrificados hace 67 años, invocando parar la era nuclear y optar por la vida y la paz. Al parecer 50.000 personas se congregaron en el parque de La Paz de esta población para rendir homenaje a las víctimas con un minuto de silencio a las 8:45 hora local, a la hora exacta cuando la bomba impulsada por el bombardero “Enola Gay” impactaba la humanidad de los taciturnos habitantes. Todo esfuerzo es porque este demencial y repudiable hecho no caiga en el olvido. A la ceremonia asistieron prestantes personalidades de 71 países, incluido los Estados Unidos, (¡Qué cinismo!) y otras potencias atómicas como Inglaterra y Francia, quienes fingieron escuchar atentamente el llamado que hizo el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, para que la experiencia de los ancianos supervivientes de la bomba atómica sean compartidas con el mundo y demandó que su país lidere el movimiento para la total eliminación de las armas nucleares. El primer ministro japonés se hizo presente, se trata de Yoshihiko Noda, ante el cual el mandatario municipal solicitó más ayuda para los “Hibakusha”, como se le suele conocer en Japón a las víctimas de las bombas atómicas. “El país está inmerso en un debate nacional sobre su política energética, con voces que insisten en que la energía nuclear y la humanidad no pueden coexistir”, dijo el alcalde Kazumi Matsui. Por allí, se paseó nada más y nada menos que Clifton Truman Daniel, nieto del criminal presidente Harry Truman, con el fin de constatar cínicamente qué hizo su abuelo hace 67 años. Este acto estuvo acompañado de fuertes movilizaciones contra la era nuclear y contra la política belicista del mismo primer ministro japonés Yoshihiko Noda, a pesar de sus declaraciones sobre la merma, para el movimiento anti nuclear pide un apagón nuclear total. Su lucha se extiende al parecer por todo el país y en muchas regiones del mundo. El horror del holocausto de los pueblos de Hiroshima y Nagasaki vive en la conciencia de la humanidad que lucha por el Socialismo. Jamás se olvidará este crimen atroz provocado por los Estados Unidos el 6 y 9 de agosto de 1.945. Este, como tantos otros atropellos del tío Sam, clama justicia. Todas las víctimas viven en nuestros corazones y en la conciencia revolucionaria por la paz mundial y la detención ya de la era nuclear. Tengamos en cuenta que la humanidad hoy camina sobre un verdadero polvorín que por un simple error de cálculo puede desaparecer todo rastro de vida en menos de cinco minutos. No es una hipérbole, es una realidad inexorable, por eso los pueblos del mundo deben duplicar los esfuerzos para detener el capitalismo y avanzar en la construcción del Socialismo. No hay otra alternativa y esperamos que cuando se den las cosas no sea demasiado tarde.

La Rosa Blindada