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Mundo :: 30/11/2010

El fiscal general del estado y el fiscal jefe de la Audiencia nacional apoyaron a EE.UU

Agencias / La Haine
Wikileaks: En el "Caso Couso" EE.UU. contó con apoyos de importancia en España, destacan Cándido Conde-Pumpido y Javier Zaragoza :: La filtración incomoda a propios y extraños

David Ballota / Nación Red

La Embajada de Estados Unidos en Madrid ha desplegado en los últimos años importantes recursos para frenar o boicotear las causas judiciales abiertas en España contra políticos y militares estadounidenses presuntamente involucrados en casos de torturas en Guantánamo, crímenes de guerra en Irak o secuestros en los vuelos de la CIA.

La legación diplomática estadounidense ha dejado constancia escrita de esa actividad en algunos de sus miles de documentos secretos, clasificados o reservados a los que ha tenido acceso EL PAÍS. El propio embajador entre los años 2005 y 2009, Eduardo Aguirre, nombrado por la Administración Bush, ha dirigido personalmente muchas de las presiones ejercidas sobre el Gobierno español o las autoridades judiciales españolas, pero de los informes secretos se desprende que EE.UU. contó con el apoyo de importantes contactos en España. Entre estos destacan los del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, y varios fiscales de la Audiencia Nacional, especialmente su jefe, Javier Zaragoza. El País.

Como explica El País que ha tenido acceso a los documentos filtrados por WikiLeaks, aunque algunos nos los publicará, estos evidencian la gran preocupación de la embajada por dos procesos judiciales abiertos en la Audiencia Nacional y que afectaban a los intereses de EE UU: la muerte del cámara gallego José Couso en Bagdad el 8 de abril de 2003 por disparos de un tanque estadounidense, con su correspondiente querella presentada el 29 de mayo de 2003; y el traslado ilegal a Guantánamo de supuestos terroristas en aviones que hicieron escala en España, un caso que llegó a la Audiencia el 12 de junio de 2006.

En ambos casos, los informes secretos demuestran que la embajada contó con buena información sobre la marcha de las causas judiciales y con la colaboración de autoridades del Gobierno, así como del fiscal general del Estado y el Fiscal Jefé de la Audiencia Nacional (antes Fiscal Antidroga) Javier Zaragoza y del también fiscal Vicente González Mota.

Para conseguirlo, el embajador y colaboradores suyos presionaron a ministros y responsables de Exteriores o Justicia, visitaron a altos cargos de la Audiencia Nacional en sus propios despachos, se reunieron con jueces y utilizaron las visitas de políticos estadounidenses a España para intentar que los procedimientos judiciales naufragaran.

Actualización permanente: Los cables de WikiLeaks dejan al descubierto que el Fiscal General del Estado comunicó al embajador de EE.UU su disposicíón a cerrar el caso del asesinato de Couso. El fiscal de la Audiencia Nacional y ex Fiscal AntiDroga Javier Zaragoza, telefoneó a la embajada para contar que él haría todo lo posible para que el caso de Guantánamo no cayera en manos de Garzón, y sí del juez Ismael Moreno.


La filtración incomoda a propios y extraños

Rubén Pascual / Gara

Tanto los aliados como los rivales del régimen de EE.UU. se han mostrado molestos cuando ha quedado al descubierto la visión que el imperio tiene del mundo. Y como cabía esperar, al no poder contra el mensaje, todos cargaron contra el mensajero, Wikileaks.

Wikileaks ha vuelto a poner en jaque al Departamento de Estado de EEUU al divulgar más de un cuarto de millón de comunicaciones con sus embajadas, aireando los secretos de la diplomacia estadounidense, desde el espionaje sobre la ONU y los principales líderes mundiales, hasta la insistencia de los países del Golfo para lanzar un ataque militar para frenar el programa nuclear iraní o provocar un golpe de Estado en el país.

La organización encabezada por el australiano Julian Assange ha mostrado una fotografía clarificadora de la visión que la Casa Blanca de Barack Obama tiene del mundo, con sus pretensiones y temores.

En un intento desesperado por evitar lo inevitable, la página web de esta organización fue objeto la tarde del domingo de un ataque informático, aunque apenas dos horas más tarde la noticia saltaba simultáneamente de la mano de diversos diarios internacionales; en este caso, «Der Spiegel» (Alemania), «Le Monde» (Estado francés), el británico «The Guardian», el español «El País» y «The New York Times» (EEUU).

Epicentro del terremoto

Tal y como había advertido Assange la mañana del domingo, las revelaciones abarcan «todos los grandes asuntos de cada país».

Una de las principales revelaciones, citada por «The Guardian», es una serie de «directivas humanas de inteligencia» ordenadas bien por la secretaria de Estado de Washington, Hillary Clinton, o su antecesora, Condolezza Rice, a través de las cuales se ordena a los diplomáticos estadounidenses que obtengan información sobre «instalaciones militares, vehículos empleados por líderes políticos, e incluso muestras de ADN o escaneos del iris».

Particularmente, los citados documentos tienen como objetivo «a la cúpula de Naciones Unidas». En virtud de esa orden, los enviados diplomáticos de EEUU debían recopilar los números de tarjeta de crédito, direcciones de correo electrónico, números de teléfono, fax o incluso los números de la cuenta de pasajero aéreo frecuente de los jerarcas de Naciones Unidas.

Irán es uno de los países peor parados en esta nueva filtración, ya que su presidente, Mahmud Ahmadineyad, es equiparado a Adolf Hitler, y hay cables -nombre que se da a los telegramas- que revelan la insistencia de Israel, como las principales monarquías petroleras del Golfo, en pedirle a Washington una operación militar para «poner fin» al programa nuclear iraní, lo que contrasta con las declaraciones públicas en favor del diálogo con la República Islámica.

El rey de Arabia Saudí, Abdallah bin Abdelaziz, por ejemplo, instó a la Casa Blanca a «cortarle el cuello a la serpiente», ya que «si Irán lograra desarrollar armas nucleares, todo el mundo haría lo mismo en la región».

Meir Dagan, el jefe de los servicios secretos israelíes en el extranjero, el Mossad, presentó a EEUU un plan para propiciar un golpe de Estado en Irán en 2007, según el diario israelí «Yediot Aharonot», que cita documentos filtrados por Wikileaks.

Por otro lado, los documentos mencionan que el inquilino de la Casa Blanca prefiere estrechar las relaciones con Asia. El presidente de EEUU «no demuestra ningún tipo de conexión emocional con Europa» y concibe el mundo como un «enfrentamiento entre dos superpotencias» en el que «la Unión Europea ostenta un segundo plano».

En este sentido, han tenido un gran eco aquellos cables en los que se retrataban a los grandes líderes del mundo en unos términos que, en algunos casos, podrían afectar las relaciones internacionales de EEUU con sus aliados debido a su dureza.

Los cables definen al primer ministro ruso, Vladimir Putin, como «macho alfa», y destacan su «comportamiento autoritario» y «machista», a la vez que le representa con la figura de Batman, junto al jefe de Estado, Dmitri Medvedev, como Robin.

Sobre la canciller alemana, Angela Merkel, consideran que tiene un carácter de «teflón», mientras el inquilino de El Elíseo, Nicolas Sarkozy, a quien se sigue con meticulosidad, es retratado como «el emperador desnudo».

En lo que a Italia se refiere, los documentos describen las «salvajes» fiestas del primer ministro, Silvio Berlusconi, cuyas relaciones con el líder libio, Muammar Ghadafi, y con Putin provocan malestar en EEUU.

Son claramente apreciables también las ansias de control estadounidenses en América Latina donde, entre otras cuestiones, llama la atención el empecinamiento de Washington para recabar apoyos en la región con el objetivo de aislar al Gobierno bolivariano de Hugo Chávez en Venezuela, a quien retratan como un «loco».

Estado español y ETA

El Estado español tampoco quedó a salvo de estas filtraciones, y documentos citados por «El País» muestran a su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, como un político «trasnochado» y «cortoplacista», que supedita los intereses comunes al cálculo electoral y se le considera un problema para algunos de los intereses de la política exterior de EEUU.

El rotativo madrileño se hacía eco ayer de una alusión a ETA en los cables filtrados por Wikileaks, destacando que «temas incandescentes en la Península como ETA se consideran asuntos domésticos y en su curso habitual apenas suscitan una curiosidad burocrática en el Departamento de Estado [estadounidense], excepto cuando se abre la tregua y el tema adquiere un significado político de primer orden, capaz, a su juicio, de derribar al Gobierno».

La tormenta no ha hecho más que empezar, ya que los diarios a los que la organización de Assange facilitó esta información anunciaron que poseen más información, que publicarán durante los próximos días.

Casi nadie se da por aludido

Como cabía esperar, EEUU montó en cólera tras la «irresponsable y peligrosa» filtración de documentos hasta ahora secretos. Sus aliados europeos, además, le siguieron la corriente para ayudar a suavizar el golpe que Wikileaks ha propinado -otra vez, y van tres sonoras bofetadas- a la línea de flotación estadounidense, cuyo impacto definió a la perfección el canciller italiano Franco Frattini: «Es el 11-S de la diplomacia mundial».

Washington, Londres, París, Berlín, Bruselas y Roma condenaron la publicación, mientras que Rusia quitó hierro al asunto al afirmar que «antes de juzgar y hacer comentarios es necesario ver los originales, si es que existen. Además hay que cerciorarse de la traducción correcta de unas u otras palabras y expresiones y sólo entonces se puede comentar algo».

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ponía en duda «la seriedad de Wikileaks», y sólo el ministro de Exteriores belga, Steven Vanackere, se salió del guión para quejarse de las valoraciones de EEUU y asegurar que Washington ha ido «demasiado lejos» al «confundir el trabajo diplomático con el espionaje».

Barack Obama, en su primera comparecencia tras el escándalo, guardó silencio -su portavoz, Robert Gibbs, dijo que está «bastante insatisfecho»-, actitud semejante a la de los países árabes del Golfo. Y ya se suele decir que el que calla, otorga.

 

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