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Medio Oriente :: 07/04/2018

Nueva masacre del ejército terrorista de Israel en Gaza

Agencias / La Haine
Al menos diez asesinadxs y 1.100 heridxs en otro viernes de protesta palestina. Miles de manifestantes agredieron a los soldados quemando neumáticos

Los temores a un nuevo viernes negro en Gaza, debido a las amenazas y al despliegue militar del régimen israelí, se vieron correspondidos por la respuesta armada del Ejército terrorista. Al menos diez palestinos —uno de ellos de 16 años, y a los largo del día la cifra irá creciendo, como ocurrió el viernes pasado— murieron ayer por disparos de los matones. Según fuentes del Ministerio de Salud de Gaza se contabilizaron 1.100 heridos, de los que 293 presentaban impactos de bala de plomo. Unos 30 heridos se hallaba anoche en situación crítica. El 30 de marzo, en la primera jornada de seis semanas de protestas, fallecieron 21 palestinos y 2.000 resultaron heridos, de ellos 800 de bala.

Miles de manifestantes -unos 200.000, según estimaciones independientese- marcharon en la segunda de las seis semanas de protestas convocadas. Cada 30 de marzo, desde el año 1976 a la fecha, Palestina recuerda a sus mártires en unas protestas realizadas para reivindicar su derecho al retorno al suelo del cual fueron expulsados por colonos extranjeros sionistas, venidos principalmente desde Europa.

Los grupos de defensa de los manifestantes quemaron centenares de neumáticos desde primera hora de la mañana para nublar la visión de los francotiradores. Los matones de Israel replicaron desde el otro lado de la frontera con granadas de gases lacrimógenos, cañones de agua a presión, balas de plomo recubiertas de goma y disparos de munición real de francotiradores. El despliegue terrorista a lo largo de 40 kilómetros de valla de separación se concentró en los cinco puntos donde se han levantado campamentos de protesta.

Las bandas sionistas tenían orden de abrir fuego contra todo aquel que se aproximase a menos de 300 metros de la verja, y de usar munición letal a 100 metros; sin embargo, la mayoría de los muertos estaban a mayor distancia, incluso a 500 metros. Los manifestantes utilizaron espejos para tratar de deslumbrar a los tiradores de élite.

Los organizadores de la protesta -secundada por los principales partidos y por la sociedad civil palestina- prevén mantener las llamadas Marchas del Retorno hasta mediados de mayo, coincidiendo con el 70º aniversario de la creación del régimen de Israel y que el pueblo palestino conmemora como Nakba (catástrofe, en árabe). La fundación del régimen sionista estuvo acompañada de masacres y del traslado forzoso a través del terror e intimidación de las tres cuartas partes de la población de Palestina en aquel momento, casi 1.000.000 de civiles, cuyos descendientes suman hoy más de seis millones, según Naciones Unidas. Unas 750 ciudades y aldeas fueron literalmente borradas de la faz de la tierra y los escombros arrasados por maquinaria pesada.

El enclave costero palestino está sufriendo en los últimos días los ataques más trágicos desde la salvaje agresión israelí del verano de 2014, con al menos 28 palestinos asesinados en una semana. Los responsables palestinos y los observadores occidentales insisten en calificar de marchas civiles y pacíficas las protestas que se están produciendo en el límite territorial con Israel, por lo que las muertes producidas por los francotiradores se consideran asesinato. Médicos y familiares de los heridos aseguraron que habían sufrido el impacto de balas de gran calibre o “explosivas”, a la vista de los graves daños causados.

Pero el ministro de Defensa del régimen sionista considera que las manifestaciones encubren “una operación terrorista”. Lieberman también ha arremetido contra los miembros del grupo pacifista israelí B´Tselem —a quienes ha tachado de “quintacolumnistas”—que han publicado anuncios en la prensa para invitar a los soldados a desobedecer la orden de disparar contra palestinos desarmados. “Lo siento, mi comandante, pero yo no disparo”, es el lema difundido por la ONG.

Hamas, por su parte, replica que murieron "desarmados en manifestaciones pacíficas". Al igual que la Liga Árabe, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la OLP, el comité organizador de la "Marcha del Retorno" acusa, con razón, a las tropas israelíes de "disparar indiscriminadamente contra civiles" y exige que "los crímenes de la ocupación sean investigados y castigados".

En Gaza, cientos de jóvenes desempleados se han dedicado a transportar neumáticos viejos mientras profesores y dirigentes locales imparten charlas sobre la causa palestina. Hamas ha anunciado que indemnizará con 3.000 dólares a las familias de cada unos de los fallecidos en las protestas y con 500 dólares a los heridos más graves.

Amos Harel, corresponsal de Defensa de Haaretz, considera que las órdenes dadas a los francotiradores el pasado viernes fueron “muy permisivas" (sic), tras el resultado de 800 heridos por munición real. “La situación de dispersión sobre el terreno dejó un amplio margen de discreción a soldados relativamente jóvenes”. Para el progresismo judío, está bien matar palestinos pero siempre dentro de ciertos límites.

 

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