Contra la tortura sistemática, denuncia sistemática

x Alizia Stürtze

Golpes, aplicación de electrodos, violaciones, vejaciones sexuales de palabra y de hecho, provocación de asfixia , gritos, insultos, amenazas de muerte, oscuridad, sueño, indefensión... práctica deliberada, sistemática y científica del dolor físico y psicológico para bestializar a la persona, destruir su voluntad, su dignidad, sus lazos afectivos, lealtades y creencias, y provocarle deseos de autodestrucción, autodesvalorización, confusión, culpabilidad... Eso es la tortura, el peor y más envilecedor de los crímenes, la más inhumana y aberrante violencia organizada. Eso es lo que, hoy, con total impunidad y durante cinco días de incomunicación, potencian las leyes de excepción españolas, apoyadas de facto por PNV, EA, IU y demás “demócratas”, “pacifistas” y “derechohumanistas” .

Ese es el “eficaz” método de coerción política y social que, según acaba de corroborar el Relator Especial de la ONU, utilizan sistemáticamente los “democráticos” cuerpos policiales españoles y vascongados contra los detenidos vascos, y ante el que no hay justificación ninguna y sólo existe un posicionamiento posible: el de la denuncia sistemática hasta conseguir su erradicación definitiva.

La tortura no es un acto aislado que afecta sólo a quien la padece: es una gangrena que envilece a todo el edificio político y también a todo el cuerpo social. Frente a la tortura, no valen los intereses políticos, ni el “algo habrá hecho”, ni la justificación en base a una ideología de seguridad nacional contra “el terror”, ni la teoría de los dos demonios (torturar está mal, pero “lo otro” también), ni la pasividad (conmigo no va), ni los equilibrios que siempre se escoran para el mismo lado (estar contra todas las violencias), ni las respuestas coyunturales, según cuando y dónde (adherirse en Gasteiz, como ha hecho EA, a los “nueve puntos para la erradicación de la tortura” propuestos por TAT, para posicionarse luego en contra en los ayuntamientos). Lo mismo que no se puede estar "un poco embarazada" tampoco se puede estar "un poco" contra la tortura.

Como la propia imagen en el espejo, las fotos del rostro deformado de Unai Romano y del cuerpo quemado de Iratxe Sorzabal no se pueden borrar: ahí están aunque no las queramos ver. Ahí están, aunque no los queramos oír, los gritos de dolor de Joseba Iturbe, Olatz Larrañaga y Haritz Saez, donostiarras detenidos el 25 de marzo, y cuyas palpables torturas ni PNV, ni EA ni ELA del Ayuntamiento de S.S. se atreven a denunciar... al parecer hasta “recibir órdenes superiores”. Ahí está, aunque no lo queramos pensar ni sentir ni imaginar, el grave riesgo de sometimiento a tortura de los detenidos el pasado martes.

En Euskal Herria, TODOS sabemos que se tortura. No denunciarlo ni combatirlo nos hace cómplices, como cómplices eran los alemanes que “no sabían” lo que hacían las SS nazis. Exijamos a los partidos que se pronuncien sobre los 9 puntos propuestos por TAT. Mostremos nuestra repulsa sin descanso. Tomemos parte en la cadena humana silenciosa que contra la tortura se va a llevar a cabo en Donostia, en Alderdi Eder, el próximo sábado 27 de abril. Con tortura no puede haber ni paz ni democracia.

Euskal Herria. Viernes, 26 de abril de 2002

 
         
   
 

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