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Europa :: 25/03/2006

Francia: Impresiones de un joven sobre el conflicto social

Sebastien Ryner
"¡¡Abajo el Estado, los maderos y los empresarios!!". Ese era el grito que se escuchaba el domingo 18 de marzo entre los 500 manifestantes que intentaban tomar otra vez la Universidad de la Sorbona. Banderas negras ondeaban mientras se agitaban puños en alto

Francia, cuna de revoluciones otrora, ha vivido las últimas tres décadas
aletargada. El profundo sueño no era exclusividad de la República, sino de
todo un occidente que ha caído cada vez más en una apatía consumista y
conformista para bien de un sistema que incluso nos ha querido vender este
paréntesis como el fin de la historia. Pero lejos de estar muerto, el
movimiento social parece estar en plena reorganización. Avanzando dos
pasos adelante y reculando uno con frecuencia.

El caldo de cultivo

El sistema socio-económico francés no se ha situado al margen de la lógica
de mercado: Sus servicios públicos se privatizan, el paro aumenta y los
empleos son inestables y mal pagados. A esto hay que añadir la creación de
unos ghettos sociales con una pobreza estructural que parece endémica y
cuyos habitantes son callados a golpe de porra, cárcel y muerte.

Hace unos meses eran estas clases desfavorecidas las que se revolvían en
sus ghettos, quemando coches y enfrentándose a las "democráticas fuerzas
del orden". Ahora es el turno de los universitarios. Ambiciosos, pretenden
que las universidades sean otra vez el resorte de un movimiento que
abarque a los asalariados, estudiantes, jubilados y parados, para hacer
frente a la política liberal que se encuentra en pleno tramo final de una
carrera que empezó hace mucho tiempo también en Francia.

Y es aquí donde se debe ver uno de los orígenes de la revuelta que
vivimos. Todos los países europeos viven esta liberalización de su
economía, pero Francia partía de un modelo más social y los dirigentes han
pretendido adecuarse al nuevo orden mundial a un ritmo galopante que ha
hecho demasiado obvia para sus habitantes la pérdida de los derechos que
con tanta sangre vertida se consiguieron adquirir.

La privatización de la banca de Correos, de la compañía de viajes que
conecta Córcega con el continente, la necesidad de tener un seguro médico,
la Constitución Europea, la disminución de puestos de profesorado, la Ley
Fillon que afecta a la educación, la normalización de la universidad
francesa con el sistema europeo a través de la Ley LDM, la Directiva
Bolkenstein todo son batallas emprendidas en los últimos años e incluso
meses, a las que se ha unido una represión brutal con una criminalización
de estos movimientos sociales (se pueden señalar los presos durante la
lucha con la Ley Fillon, equiparable a casos como el de los compañeros
ahora en vías de juicio por las manifestaciones contra la LOU en Madrid o
los sindicalistas de CNT-Vinyols, arrestados por sus luchas en Correos).
La represión también ha sido evidente en el caso de la declaración del
Estado de Urgencia que dejaba libre impunidad al gobierno para actuar
contra los más desfavorecidos, hace unos meses, o con la creación de las
leyes Sarkozy para perseguir a sin papeles y a la "racaille" (gentuza) que
suponen los vagabundos y las prostitutas que pueblan el país.

Precariedad y punición, nada que no ocurra en otros sitios, con la
salvedad de la velocidad con la que se implanta. Antes de que se dispersen
en el olvido los ataques anteriores, las autoridades se lanzan en pos de
más.

La Ley sobre la Igualdad de Oportunidades

La gota que colma el vaso ya lleno por todo lo ya mencionado, ha sido la
"Ley sobre la Igualdad de Oportunidades", dentro de la cual se encuentra
el "Contrato Primer Empleo" (C.P.E.).

Este tipo de contrato, podrá ser aplicado a todo menor de 26 años (con el
nombre de C.N.E., ya se aplica a todo trabajador de empresas de menos de
20 personas) y consiste en que el empresario puede despedir sin motivo
alguno a sus empleados. Y con una contraprestación ridícula. Es decir, que
el despido se hace casi gratuito y puede ocurrir en cualquier momento.
¿Cómo atreverse a contestar a un jefe con estas condiciones? ¿Cómo irse a
una huelga? ¿Cómo atreverse a no hacer horas extra pagadas o incluso
gratuitas? ¿Cómo quedarse embarazada o darse de baja? ¿Cómo justificar un
retraso o un error en el trabajo? ¡¡Podemos ser despedidos por cosas tan
ridículas como que haya perdido el Atleti y el jefe esté de mal humor!! ¿Y
qué arma le quedará a un trabajador si puede ser despedido sólo por ser
sindicalista o reclamar sus derechos? Vayamos más allá, ¿Cómo pagar un
piso, o tener una familia cuando no sabemos si mañana seguiremos
trabajando? Además, los patrones tendrán una exoneración fiscal por cada
C.P.E. que firmen.

Además, este contrato se puede encadenar hasta tres veces mientras se deje
un tiempo de un mes entre uno y otro. ¡Es decir, que podemos estar hasta
seis años de nuestra vida preguntándonos si el día de mañana tendremos
algo que llevarnos a la boca!

Pero eso no es todo, con esta ley también se baja la edad mínima para
trabajar a los 14 años en trabajos diurnos, y a los 15 en los nocturnos.
Algo que no ocurría en Francia en 1892 cuando el mínimo para entrar a
trabajar en un empleo de noche eran los 18 años.. Lo siguiente será subir
la edad de jubilación como ya está ocurriendo en Alemania.

También se instaura el "Contrato de Responsabilidad Parental". Por el
cual, si un chaval "se porta mal", su familia perderá todo derecho a
ayudas de alojamiento, de estudios, de alimentación, etc. El chantaje y el
castigo propio de esta sociedad se hacen obvios a través de este contrato.
Por ejemplo, las familias en las cuales uno de sus miembros fue detenido
durante las revueltas que provocaron el Estado de excepción hace unos
meses, ya se han quedado sin asistencia alguna. Y deberíamos recordar que
el origen de esas protestas es la pauperización de estas familias.
¡¡Incluso por un mal rendimiento escolar podrían ser penalizadas!!

La idea ha gozado del total beneplácito de empresarios, y ahora hasta la
"Unión Nacional de la Propiedad Inmobiliaria", exige la creación de un CPE
Especial Inquilinos, que supondría que entre el noveno y vigésimo primer
mes de alquiler, el propietario pudiese expulsar sin justificación alguna
a sus inquilinos con un simple preaviso de tres meses.

¡Qué comience el baile! Inicio y particularidades del movimiento.

Pongamos como ejemplo los últimos movimientos realmente multitudinarios
que han sacudido España: las manifestaciones contra la guerra de Iraq, el
desastre del Prestige, las manifestaciones tras los atentados del 11M o la
nueva derecha movilizada contra el diálogo con E.T.A. o el matrimonio
homosexual. Todos son casos en los que el único punto de unión de los
movilizados era una fecha para salir a la calle comunicada por los medios,
unos mensajes de móvil o el llamamiento de una organización.

El caso en el que aquí nos centramos es diferente. Su origen está en una
serie de asambleas que se han ido convirtiendo en multitudinarias y en las
que se han desarrollado una estructura e ideas, mucho antes de empezar
verdaderamente las acciones. Esto ha permitido dotar de una profundidad y
una cohesión a lo que se emprende a posteriori que no habría que
menospreciar.

Como una nueva escuela, las asambleas permiten siempre que unos aprendan
de otros, desarrollando ideas colectivamente, a las que, muchos individuos
no llegarían por sí solos jamás. Es este el punto de encuentro de todos
los movilizados. Aquí se desarrollan grupos de afinidad que emprenden
acciones que jamás tendrían lugar de no haberse desarrollado este
entramado asambleario. Aquí han cogido muchos la conciencia de sus
capacidades para organizarse sin líderes. Aquí, en definitiva, se está
emprendiendo un esfuerzo consciente por analizar el problema desde un
punto de vista racional y tratando de desarrollar una respuesta bien
organizada al mismo.

Estas asambleas se vienen desarrollando en los anfiteatros más grandes de
las universidades francesas. Fue Rennes quien movió ficha en primer lugar.
Tras cinco semanas de huelga, siguen contagiando un entusiasmo militante
al resto de universidades. Lamentablemente, los primeros intentos por
desarrollar asambleas fracasaron estrepitosamente en cuanto al número de
asistentes, si bien no en cuanto a ilusión.

Se podría llamar a la huelga, pero sólo unos pocos la seguirían y serían
penalizados por ello. Muchos no podían asistir a lo que se organizaba por
tener trabajos pendientes, prácticas, exámenes, o por que perdían más de
medio día en la universidad. Por eso se recurrió a una práctica ya
desarrollada con anterioridad en Francia: el bloqueo.

Si la gente no se sentía concernida por lo que pasaba, había que hacer que
les concerniese. Se construyeron barricadas y se bloquearon todas las
puertas. La huelga era obligada, pues los piquetes recorrían los edificios
asegurándose de que ninguna puerta se hubiese abierto. El tiempo libre
hizo el resto. Las asambleas se empezaron a masificar más y más. No son
pocos los que, una vez que vieron transgredida su rutina, se empezaron a
informar de lo que pasaba y empezaron a movilizarse ellos también. Todo el
mundo estaba obligado a posicionarse. Por otra parte, el tener todo el día
libre, dejaba a los estudiantes la posibilidad de asistir a cualquier
actividad sin importar la hora en la que se diera cita. Antes, se iba en
función de las posibilidades.

Pero no todos consideran este bloqueo como algo benigno, sino bien al
contrario, como un ataque a su "derecho a estudiar". Incluso algunos que
dicen compartir la opinión con respecto a la ley de los huelguistas,
aseguran que movilización y estudios son dos cosas perfectamente
compatibles. Los pro-bloqueo responden diciendo que es obvio que el
movimiento ha nacido del bloqueo y que, sin él, no es ni una ínfima parte
de lo que hoy representa. Aseguran que aquel que esté interesado por una
rama de conocimiento, puede dedicarse a la autodidactia (para lo que se
han dejado abiertas bibliotecas y salas de informática) y que los que sólo
desean obtener un diploma cuanto antes, olvidan que de nada les servirán
sus malditos títulos en un mundo de precariedad. Un cartel en Montpellier
dice "Un semestre de curso o una vida precaria. A vosotros elegir".

Pero la presencia de esta corriente, obliga a todas las universidades a
realizar grandes asambleas periódicamente, consagradas en exclusiva a ver
si se reconduce o no el bloqueo. Se intenta instar a todos a participar en
las asambleas aduciendo que son el órgano decisorio más democrático que
puede haber, por encima de profesores, vigilantes y rectores. Los cuales
pueden asistir en tanto que individuos, por supuesto.

Otra característica que se presenta como algo exclusivo en la historia de
las asambleas universitarias en Francia, es el hecho de la escasa
importancia que en ellas tienen los sindicatos de estudiantes. Sin duda,
se evita así la manipulación de estas por profesionales de la política.
Aunque en ciertos sitios (como en las facultades de derecho o de ciencias
políticas, por ejemplo) son más presentes, en otros salieron escaldados
ante el reclamo de crear estructuras horizontales. Los profesionales del
sindicalismo que permanecen, lo hacen en tanto que individuos y porque son
realmente militantes.

La UNEF, sindicato estudiantil vinculado al Partido Socialista y que tuvo
un papel muy importante en movilizaciones anteriores, sólo aparece ahora
en los medios e incluso boicotean la lucha. En Toulouse se organizan para
reabrir las universidades cerradas y en Montpellier manipulan los medios
mintiendo sobre nuestras reivindicaciones (para ellos sólo se habla de
CPE) y sobre nuestras decisiones (aunque ni participan en las asambleas,
aseguran que las manifestaciones responden a convocatorias suyas).

Poco a poco, siguiendo el ejemplo de Rennes, se sumaron universidades a la
acción. 63 de las 84 (unas 30 bloqueadas) que hay en Francia, ya han
pasado a la acción. En el resto, el debate crece, pocos quedan ya no
posicionados.

In media res. Situación Actual.

Este sábado día 18 hubo una manifestación convocada a nivel nacional que
se saldó con un 50% más de asistencia que en otra convocada dos días
antes. Más de un millón de personas desfilaron por las calles de sus
respectivos pueblos y ciudades. Destacando, como siempre, la sucedida en
París por el tamaño desconmesurado de la capital.

Es la ocupación de la Sorbona, emblemático símbolo de la educación
francesa, y las imágenes brutales de la represión policial lo que más ha
ayudado a que despegára el movimiento definitivamente. Desde el día
siguiente al acontecimiento, los esfuerzos se redoblaron en todo el país.

Si el origen de todo se encuentra en las universidades, ya se han unido
los institutos (hay varios en huelga e incluso bloqueados a pesar de que
todos los directores recibieron órdenes de actuar con mano dura contra los
que incitaran a la huelga o el debate), los sindicatos y, algo que no pasa
a menudo, los habitantes de los ghettos sociales. Estos últimos, más que
aportar ideas políticas, aportan el conocimiento de lo que esta sociedad
genera, pues ellos son su fruto (miseria, violencia, fracaso escolar,
precariedad, racismo, paro, etc.), aportan su odio y su rabia contra los
que consideran culpables de sus desgracias: los políticos y sobretodo los
policías. Y vienen curtidos por lo sucedido hace unos meses. Han perdido
el miedo, y han ganado más odio.

Ciertas asambleas han desarrollado la idea de que no vale con darse un
paseo por la ciudad para cambiar las cosas. Por eso, en muchas ciudades es
normal que se acabe con alguna ocupación de los centros neurálgicos y
emblemáticos como son estaciones de tren, ayuntamientos, centros
comerciales, sindicatos de empresarios, cámaras de comercio e industria,
que se bloqueen los medios de transporte o que se desarrollen acciones
encaminadas a conseguir fondos o bienes para autogestionar los
movimientos. No hay que olvidar que son muchos los que duermen y comen a
diario en las universidades.

Como es lógico, estas acciones suelen acabar con altercados entre los
manifestantes y la milicia del sistema, haciendo obvio que seguimos
viviendo en una guerra de clases aunque a algunos les moleste admitirlo.
En París, además, hay grupos cuyo objetivo es directamente atacar a la
policía. Convertir esto en un enfrentamiento directo. Los heridos se
suceden por doquier y también los arrestados.

El balance no es bueno para los sindicatos de policía, ya que han recibido
órdenes de "mantener sangre fría" y no embestir con la brutalidad que
podrían hacerlo. Esto se debe a lo que se está denominando "Síndrome Malik
Oussekine". Malik, fue un estudiante asesinado hace 20 años por la policía
en otras movilizaciones estudiantiles. La conmoción por lo sucedido hizo
que el gobierno reculara en sus pretensiones.

La huelga general se presenta para el día 28 con una llamada unánime de
todos los sindicatos (excepto los de derechas). En las universidades, son
varios los empleados que ya llevan algunos días sin trabajar e incluso
están empezando a desarrollar sus propias asambleas.

Ya hay una fecha segura para dar el siguiente movimiento; será el 23 de
marzo y hay quien baraja la idea de que se fleten autobuses y se ocupen
trenes para hacer una manifestación conjunta en París.

Más grave que todo esto, es que durante las movilizaciones del sábado
pasado, un militante del sindicato troskysta SUD PTT de 39 años, ha sido
herido gravemente en la cabeza y se teme por su vida. Pero todos sabemos
que los responsables de esto nada pagarán, mientras que los arrestados
entre los manifestantes, ya casi llegan al millar.

La lucha en las asambleas

Aquí comienza todo. Desde el principio las asambleas fueron llamadas por
sindicatos de estudiantes que deseaban manipularlas a su antojo y buscar
nuevos afiliados para llenar aún más sus ya bien nutridas cuentas
bancarias. El despropósito es tal, que la UNEF envió a todas sus
delegaciones el manual necesario sobre cómo manipular una asamblea. En
muchos sitios, se observó como se coordinaban entre los sindicatos para no
dar turno de palabra más que a otros sindicalistas y cuando alguien ponía
en duda el funcionamiento, simplemente cambiaban de tema o repetían lo
mismo que ya habían dicho cientos de veces.

Cada asamblea es un mundo, pero la tónica general es que hayan ido
perdiendo fuerza, a medida que los libertarios iban poniendo en cuestión
el desarrollo de las discusiones e iban compartiendo con otros su
experiencia en la teoría práctica del asamblearismo.

Así pues, la primera lucha es una de sindicatos reformistas contra
asamblea de individuos. Los primeros representando tesis autoritarias y
los segundos libertarias. Pero la progresiva desaparición de los primeros
no implica la desaparición del autoritarismo que tanta gente lleva dentro.
El debate es cotidiano, la burocracia, la creación de órganos decisorios,
la creación de servicios de orden para "vigilar el correcto desarrollo de
las manifestaciones", etc. enfrentan a libertarios y autoritarios como
viene pasando desde hace milenios.

La segunda lucha es de contenido ideológico. No son pocos los que ven el
C.P.E. como el único enemigo a batir. O los que hablan de que hay que ir
más allá pero por etapas, poco a poco. Primero se quita esto, y luego se
irá a por otra cosa. Otros, sin embargo, intentan explicar que el C.P.E.
no es más que un grano de arena en una playa enorme llamada capitalismo y
autoridad. Y que la lucha contra el C.P.E. es la lucha contra estos dos
conceptos. No puede haber una sin la otra. Revolucionarios y reformistas.

Una tercera lucha se encuentra en el tema de las acciones. ¿Cómo cambiar
las cosas? ¿Qué es legítimo y qué no lo es? ¿Qué es la violencia? Buena
parte de la gente dice que "debemos ser pacíficos y dar una buena imagen",
se disfrazan de payasos, van tocando instrumentos y repartiendo flores,
convirtiendo las manifestaciones en una fiesta. Otros, dicen que "si todo
fuese tan fácil, el mundo sería perfecto". Hay que construir un movimiento
fuerte que realice acciones contundentes que presionen y dañen al Sistema:
Ocupaciones, sabotajes, boicots son sus medios de lucha. Por supuesto, no
faltan opciones intermedias. Hay sitio para todos y se pueden hacer
acciones por las noches, o al final de las manifestaciones pacíficas,
cuando los que lo deseen, pueden partir a su casa.

Esta lucha es tanto o más dura que la exterior, y aún más frustrante en
cuanto a que se percibe la sensación de que el primer enemigo a batir
somos nosotros mismos; con nuestros prejuicios y nuestras ideas fruto de
esta sociedad autoritaria y patriarcal, con sus medios de deformación y su
educación competitiva

También se ha desarrollado una coordinadora a nivel nacional entre todas
las asambleas de universidades, que se reúne todas las semanas. Cada
universidad bloqueada envía siete representantes, y cinco cada universidad
en huelga. Una vez allí, se habla y vota individualmente. En Montpellier
hacemos intentos por llevar acuerdos, pero no hay un orden del día
estructurado sobre el que las asambleas puedan trabajar; por lo que los
delegados que enviamos, se transforman en representantes en según qué
puntos. Por otra parte, ponemos en duda el mero hecho de llevar siete
personas por los gastos económicos que genera.

A pesar de ser un órgano no muy libertario, salen cosas interesantes
porque muchos de los que allí acuden como delegados, lo son. En
Montpellier, por ejemplo, tres de los últimos siete delegados eran
militantes anarquistas.

La lucha en la calle.

La lucha en la calle está asentada en un principio en la lucha en la
asamblea. Pues allí se discute y se teoriza, se debate y se decide.

La lucha en la calle no sólo es contra la sociedad como ente abstracto y
contra sus cabezas visibles: policías, políticos, empresarios, etc. sino
que del mismo modo que la anterior, se encuadra primeramente en el seno
mismo de los movilizados. Los servicios de orden se interponen entre la
policía y los manifestantes para proteger a los primeros de los segundos,
y actúan más bien como elemento desmovilizador que como motivador.
Intentan encauzar a los manifestantes siguiendo la dirección que ellos
deciden, comunicándose con la policía para avisarles de la dirección y
darles tiempo para organizarse. Si un policía lo pide, ralentizan el
avance o modifican la dirección. Los enfrentamientos con ellos son tensos,
ejecutando de este modo el papel de policías infiltrados, ya que evitan
que los auténticos policías tengan nada que hacer.

Hasta tal punto llega este despropósito que hasta se ha visto a una chica
autoinvestida como servicio de orden, intentar detener a un chico que
lanzaba una botella a la policía para que fuese arrestado. El chaval, no
tuvo reparos en desprenderse de ella a golpes antes de poder acabar en
prisión.

Otro debate es la orientación de la manifestación. Unos intentan que
finalice en el sitio programado, mientras que otros apelan a la
improvisación de los grupos de afinidad, para aprovecharse de la
imprevisión y poder realizar acciones. Los gritos de "vamos a tal sitio" y
"vamos a tal otro", se multiplican a lo largo del camino, intentando
argumentar todo el rato la necesidad de hacer una cosa u otra o de
sostener a algún grupo que ya se ha adelantado y ocupado un edificio
importante.

Cuando las acciones acaban con las brutales agresiones policiales, es el
turno de aquellos más experimentados que hacen llamamientos a reagruparse
para retroceder ordenadamente y sin correr peligro, que enseñan a hacer
barricadas y que enseñan tácticas de guerrilla urbana. También en las
asambleas se intentan explicar cosas necesarias para seguridad de todos:
llevar ropa que permita correr, algo para tapar la boca y nariz si hay
gases lacrimógenos, etc.

También se han unido los fascistas a la "fiesta". En París sobretodo, han
organizado ciertos ataques a los manifestantes, produciendo batallas
campales. Se acusa a la policía de apoyar estos ataques. De todas formas,
también entre ellos hay varios detenidos (se detuvo al director del FNJ,
Frente Nacional de la Juventud y varios miembros de Identitaires, grupo
que atentó contra Chirac hace unos años).

La lucha en el poder

Los medios de comunicación se siguen riendo de la realidad y la
transforman a su antojo en lo posible para hacer valer las ideas de las
elites que representan.

Cuando había más de 50 universidades ya coordinadas a nivel nacional,
ellos decían que eran sólo diez. En un principio, sólo daban voz a
representantes sindicales, dándose casos curiosos de varios de estos que
nunca habían pisado una asamblea, asegurando que todo lo que hacía esa
asamblea era fruto de sus esfuerzos.

Se miente descaradamente diciendo que el único objetivo es echar abajo el
C.P.E., omitiendo una serie de peticiones más amplias y que pueden leerse
más abajo. Y los informativos empiezan directamente con imágenes de
manifestantes lanzando cosas a la policía para luego centrarse en las
escasas convocatorias de los Pro-C.P.E. y los Anti-Bloqueo de las
Universidades.

Algún periodista, como un fotógrafo de "Le Journal de Dimanche" del grupo
de "Le Monde" han sido agredidos por la policía mientras trabajaban.
Personalmente, ni por esas creo que se vayan a modificar algo en sus
noticias.

Uno de los problemas con los que se ve el ideal libertario a la hora de
extender sus principios, es la representación de la ley con el primer
ministro y su gobierno (la UMP, el Partido Popular francés). Los cánticos
se centran en Villepin y en que no se le va a votar en las próximas
elecciones que tendrán lugar el año que viene. Muchos no comprenden que
por cambiar la correa no se cambia al perro. Y si no, que pregunten en
España a ver quién se va a poner a juguetear ahora con una reforma
laboral

Mientras, el Partido Socialista hace el papel de la oposición, atacando a
la UMP y pidiendo la retirada del C.P.E. Todo para ganar un porcentaje de
votos suficiente para ser ellos los próximos en imponer una ley que vaya
aún más allá que esta.

El gobierno trata de aguantar la embestida confiando en que la llegada de
exámenes (en un mes), desmovilice a los estudiantes y pensando en cómo
perder lo menos posible. De momento, ya se lanzan a revisar el texto del
C.P.E., bajar el periodo de prueba a un año, por ejemplo y, se especula
que, en caso de que las movilizaciones sigan, retire el C.P.E. para
desmovilizar a la gente y hacerles olvidar que lo que se pide es
infinitamente más que eso.

Hay otros políticos que lo que buscan es denunciar la ley por las formas
en las que fue adoptada, diciendo que es anticonstitucional, que no había
quórum suficiente, etc. Lo cierto es que se adelantó la aprobación de la
misma en cuanto se apercibieron de lo que se estaba gestando en algunas
universidades.

Montpellier, un caso práctico.

En Montpellier fue la universidad de letras la que antes se empezó a
organizar. Los sindicatos llamaron a una asamblea que se convirtió en
conferencia, pues sólo ellos hablaron realmente.

Dos asambleas después, varios compañeros de la CNT-AIT decidimos
desarrollar un modelo de funcionamiento asambleario en un panfleto que
entregamos a todos los presentes. Fue ese día cuando se atacó la
organización de las asambleas y fue el inicio de un movimiento que se
empezó a gestar cada vez más desde la base.

En ocasiones, sólo 40 personas del total de 12.000 estudiantes de la
universidad, acudía a debatir. Desde un principio se apeló a que todo
aquel que quisiese, ajeno o no a la universidad, tuviese voz y voto en la
misma. Y durante una asamblea especialmente numerosa que contó con la
presencia de un delegado de Toulouse que venía para explicar las ventajas
del bloqueo, se optó por tomar esta medida.

Se construyeron barricadas por doquier y al día siguiente las 800 personas
que llenaron el anfiteatro más grande de la universidad, dieron razón a
los promotores del bloqueo. Fue este el inicio de la verdadera
movilización.

Casi un mes después, la universidad sigue bloqueada y es el auténtico
punto de reunión de todos los interesados en movilizarse. Ahora, la
universidad de ciencias está también bloqueada, y sólo la de derecho
parece resistirse a ello. Aunque está llamada la huelga. En letras, ya se
ha ido todo el personal a la huelga indefinida.

El desarrollo de las ideas, ha hecho que se profundice enormemente en el
problema y se ponga en duda todo el sistema. Más libertarios en la
organización y más revolucionarios en los planteamientos, todo avanza muy
lentamente pues son muchos los que tienen sus primeros contactos
conscientes con la teoría y práctica política.

En estos días, se ha ocupado la cámara del comercio, el ayuntamiento, el
salón de congresos y el centro comercial más importante de la ciudad,
situado en pleno centro turístico y se ha intentado hacer lo propio con la
estación de tren. Los enfrentamientos con la policía y vigilantes aumentan
a medida que aumenta la presión. Y un error tremendo fue estar más de diez
días sin asambleas para organizar acciones, que han conducido a que los
autoritarios se aprovechen e intenten cambiar las estructuras a su antojo.
Sin un control de la base, el peligro de esto es obvio.

Paralelamente, se está intentando desarrollar una serie de actividades
culturales en la universidad como foros de debate, visionados de films,
conciertos, obras de teatro y siempre se encontrará a alguien haciendo
algo las 24 horas del día. Existe, además, una biblioteca de libros,
panfletos y fanzines, que es constantemente consultada.

Otra cuestión digna de señalar es el hecho de que se está tomando muy en
serio el tema de los detenidos, concentrándose delante de las comisarías y
clamando por su liberación. En el salón de congresos se consiguió que se
liberase a un compañero recién arrestado. Y está en marcha la creación de
una caja de resistencia, para hacer frente a los gastos que sus defensas
puedan ocasionar

Participación anarquista en el movimiento y perspectiva.

La participación anarquista se desarrolla en todos los campos de la
movilización. Es interesante el hecho de que todas las corrientes tienen
su sitio. Los más sindicalistas pueden realizar trabajo en las fábricas
incitando a la huelga, a los que les guste debatir tienen las asambleas
abiertas para sus opiniones, los insurreccionalistas tienen en los
enfrentamientos con la policía motivaciones de sobra para adherirse,
aquellos interesados por la actividad cultural (grupos de teatro, de
música), tienen las universidades enteras para organizar lo que quieran

Individualidades anarquistas, grupos de afinidad y autónomos, la CNT-AIT y
la CNT Vinyols, la Federation Anarchiste, la Confederation de Groupes
Anarchistes, Alternative Libertaire, etc. todos movilizados. Y lo que es
más, compenetrándose en muchos sitios como nunca.

El hecho de compartir unas mismas ideas de base, hace que los libertarios
de las asambleas se suelan ver unidos defendiendo posturas comunes. Máxime
si son poco numerosos y tienen que hacer cara a tesis marxistas o
reformistas. Se están desarrollando nexos y hábitos de trabajar juntos
entre diversos libertarios que, desde luego, sientan un precedente en los
últimos años. No son pocos los que han salido del aislamiento de sus
grupos y han conocido a muchos anarquistas con los que no tenían relación
anteriormente o anarquistas no movilizados que están conociendo a varios
compañeros con los que se podrán organizar desde ahora.

No se puede menospreciar la importancia que los anarquistas están dando al
movimiento. ¿Quién mejor que nosotros para desarrollar modelos
asamblearios y horizontales? Tanto en las ideas (se van volviendo más
radicales en cuanto que se profundiza más en las raíces de los problemas
que genera esta sociedad) como en las acciones se nota nuestra presencia.
La ocupación de la Sorbona se hizo con alguna bandera negra y el canto
"¡¡Abajo el Estado, los maderos y los empresarios!!". Y somos en cierta
medida los que más incitamos a la realización de acciones al final de las
manifestaciones.

Los medios hablan de anarquistas autónomos cuando en París se ataca a la
policía, y l"Humanité, el periódico más socialista (fundado por el
conocido Jean Jaurès), ataca a los "anarco-gauchistes", llamándolos
elementos contrarrevolucionarios, en un claro intento de desacreditar algo
que ven que coge fuerza.

La perspectiva varía cada día, en cada sitio y en cada momento. En las
asambleas donde el peso relativo de ideas anarquistas sea escaso, los
compañeros desesperarán y se frustrarán, mientras que en aquellos sitios
como en Montpellier donde un buen grupo de anarquistas se han unido y sus
ideas se ven bien acogidas poco a poco, tendrán una moral de hierro.

Cada momento, cada avance o retroceso cambia los ánimos. Un día se puede
volver a casa pensando que todo es un sinsentido y otro pensando que se
avanza por el buen camino. Tal vez demasiado lentamente, pero por el buen
camino. En ciertos lugares, hasta se ha cambiado el nombre de la
universidad por el de Universidad Popular de

De todo lo descrito anteriormente, se pueden ver cosas interesantes para
nosotros como la toma de conciencia de que el mundo va cambiando a peor,
la organización de base no recuperada aún por los sindicatos ni partidos
políticos, la realización de acciones, la colaboración en objetivos
comunes entre tendencias libertarias y, en definitiva, una movilización
grande, con ganas de batirse, con ganas de cambiar las cosas, de
profundizar en las ideas (las ventas en los puestos de CNT de material de
propaganda se han disparado).

Pero aún queda mucho por hacer. El camino es largo y el enemigo enorme.
Pero eso nunca nos detuvo. Es hora de que la propaganda por el hecho se
ponga en marcha. Cada debate, cada posición en la calle, hace que la gente
se acerque más o menos a nosotros. Luchemos con la motivación que nos
caracteriza, y lo demás vendrá sólo.

¡Salud!

Sebastien Ryner
Afiliado y militante del Syndicat Intercorporatif de Montpellier de la
CNT-AIT

 

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