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Mundo :: 04/02/2008

Urgente: Disturbios y al menos un muerto en Mozambique por las "reformas"

Diamantino / La Haine
Desde las 7 horas esta mañana el pueblo, de manera espontanea, instaló barricadas y quemó neumáticos, acciones que continúan en este momento. La policía reprime con fuego real.

La visita del Presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, a Mozambique acabó ayer día 4 de febrero. Hizo muchos elogios al gobierno sobre el crecimiento rápido de la economía nacional, y aconsejó al Gobierno, para que siga con el crecimiento, que tenia que proseguir con la implementación de las "reformas".

Reformas

Hoy, día 5 de febrero, fue el día de entrada en vigor de una de esas "reformas": los nuevos precios del pan y de los transportes en las ciudades de Maputo y Matola.

En reacción, desde las 7 horas esta mañana, y hasta el momento en que escribo (15h), el pueblo, de manera espontanea, inició una onda de acciones de repudio a esa decisión, instalando barricadas en las calles y quemando neumáticos, entre otras acciones, en diversos puntos de la ciudad, paralizándola por completo.

La policia ha reprimido, y se registró al menos una persona muerta, alcanzada por bala. El pueblo siente que la vida es cada vez más difícil, a pesar del propagandizado crecimiento rápido de la economía del país.

Dirigente da Uniao Nacional dos camponeses, de Moçambique - UNAC - Maputo
La Haine


Notas de La Haine

Mozambique siguió un proceso revolucionario desde las luchas guerrilleras por la independencia contra el ejército portugués, antigua potencia colonial.

Pero desde la muerte de Samora Machel en un extraño accidente de aviación en 1986, en la frontera con Sudáfrica a la que se acusó de haber derribado el avión, los antiguos líderes guerrilleros se han reconvertido en burócratas enriquecidos que siguen al pié de la letra las instrucciones de los nuevos amos.

Tras la independencia, en julio de 1975, el movimiento revolucionario llevó a la práctica sus principios marixstas: nacionalizó las plantaciones y empresas portuguesas, construyó escuelas y hospitales, instaló infraestructuras sociales para los campesinos.

En su vertiente internacionalista, Machel y su gobierno apoyaron a los movimientos guerrilleros que luchaban contra las minorías racista en Rhodesia (Zimbabwe) y Sud Africa, permitiéndoles entrenar y lanzar ataques desde territorio mozambicano.

Mozambique desarrolló una política pragmática: tuvo que mantener relaciones con el gobierno racista sudafricano, de quien tenían una gran dependencia económica. Pero al mismo tiempo, apoyaba la lucha del CNA (Congreso Nacional Africano, organización revolucionaria en aquellos tiempos) contra el apartheid sudafricano y era miembro de la Línea del Frente Antiapartheid, constituida por Angola, Zimbabwe Zambia, Namibia y Mozambique.

Al país le costó mucho despegar, fundamentalmente por el apoyo de EE.UU. a los "contras" mozambicanos. El intelectual africano Mahmood Mandani habla de esto:

"El fruto amargo del 'compromiso constructivo' fue el primer movimiento genuino terrorista africano, Renamo. Fue creado por el ejército de Rhodes a principios de los setenta y nutrido por el ejército del apartheid después de 1980. Los civiles en Mozambique constantemente fueron el blanco de Renamo, con el fin de convencerlos de que un gobierno africano independiente no podría asegurarles ley y orden. A la vez, cuando el terror desatado por Renamo se volvió tema de discusión pública, el régimen del apartheid lo explicó en términos culturales, como "violencia de negros contra negros", como una expresión de un viejo conflicto tribal, de la inhabilidad de los negros para coexistir sin un mediador externo.

La responsabilidad de Estados Unidos ante Renamo era meramente política. Pero sin una justificación política estadounidense hubiera sido imposible que la Sudáfrica del apartheid organizara, armara y financiara un movimiento terrorista en el África independiente durante más de una década -y hacerlo con impunidad."

De todas maneras, con su muerte, que favoreció no sólo a Sudáfrica si no posiblemente también a muchos burócratas de su propio gobierno, la energía revolucionaria fue decayendo hasta desparecer, tal como ocurrió en Sudáfrica y otros países que obtuvieron la independencia en esos años.

James Petras lo explica así: "Las grandes transiciones habidas durante los años de las décadas de 1980 y 1990 implicaron la conversión de estados anti-imperialistas independientes en regímenes clientelistas imperiales. En el hemisferio occidental, esas transiciones incluyen a Nicaragua, Chile, Bolivia, Argentina, Jamaica y Granada. En África, afectan a Angola, Mozambique, Guinea Bissau, Argelia, Etiopía y Libia, todos ellos convertidos en regímenes clientelistas cleptocráticos."

 

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