Sobre el secuestro del Alakrana

Desde hace mas de un mes los marineros del Alakrana, en su mayoría gallegos y vascos, así como el propio barco pesquero, están bajo el control de una banda armada somalí, cuya actividad se centra precisamente en el cobro de rescates por la liberación de los tripulantes y naves que previamente abordan y secuestran.

No vamos a entrar en este pequeño artículo en la legitimidad de la actuación de estas bandas organizadas. Es un tema complejo que requiere por si solo una amplia reflexión.

En cualquier caso es evidente que no se trata de patriotas revolucionarios, defensores de los recursos naturales de su país. Tampoco, y también es evidente, los barcos que se desplazan a aquellas aguas van en misiones filantrópicas.

El problema concreto al que nos enfrentamos ahora es el de que un numeroso grupo de pescadores gallegos y vascos, sencillamente trabajadores del mar, oficio de por sí especialmente duro, ven como sus vidas corren serio peligro por la mezcla de incompetencia, chulería palurda y auténtica estupidez de las autoridades políticas, militares y judiciales españolas.

Habitualmente en estos casos el proceso es sencillo, los llamados ''piratas'' somaliés secuestran a un barco con su tripulación y a cambio de un rescate que las autoridades publicas y privadas están dispuestas a pagar porque globalmente les compensa, conceden su liberación.

Pero en el caso del Alakrana, se metió por medio la gloriosa armada española, que es incapaz de impedir los apresamientos de barcos, pero tiene que demostrar tanto ''arrojo'' como imbecibilidad, secuestrando a su vez a dos presuntos ''piratas'' somalíes. Para acabar de rematar la faena entra en esa escena, tan golosa mediaticamente hablando, el juez de la Audiencia Nacional Garzón, con lo cual el enredo esta servido.

Como se le podía ocurrir a cualquier persona con dos dedos de frente, el grupo que tiene secuestrados a los marineros gallegos y vascos, exige como condición previa para una negociación la libertad de sus dos compañeros somaliés, uno de los cuales para mayor gloria de la administración judicial española estuvo dando tumbos por diversos centros sanitarios y penitenciarios para determinar si era o no mayor de edad.

Finalmente tres trabajadores, marineros, han sido bajados a tierra con la amenaza de ejecución, si no son liberados sus compañeros en 48 horas.

Mientras tanto la Ministra Chacón nos cuenta que tiene cuatro frentes abiertos para afrontar el problema: el diplomático, el político, el militar y el de inteligencia. Se olvidó de citar un quinto que le preocupa especialmente, el mediático.

Señora Chacón dejese de cuentos y de frentes y concentrese en lo único que tiene que hacer '' SALVAR A LOS MARINEROS DEL ALAKRANA''.

Como trabajadores y trabajadoras castellan@s no podemos expresar mas que solidaridad con los trabajadores gallegos y vascos cuyas vidas corren grave riesgo en estos momentos

IzCa

Castilla a 5 de noviembre de 2009