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Pensamiento :: 18/01/2010

¡El SIDA es un montaje!

Dax Toscano Segovia
García Blanca cuestiona las ideas vertidas en la medicina, desenmascarando un sinnúmero de mentiras que son permanentemente reforzadas por la industria mediática

A través de la lectura de una entrevista publicada en Insurgente realizada a Jesús García Blanca, el entrevistador llega a conocer a este personaje que, como el revolucionario de Tréveris, utiliza la duda como un mecanismo adecuado para llegar al conocimiento efectivo de las cosas para así no quedarse en la superficie. Que las personas salgan del mundo de las sombras, a decir de Platón, o que pasen del mundo de la seudoconcreción al de la concreción, a decir del gran revolucionario y teórico marxista Karel Kosik, es lo que García Blanca parece proponer a través de sus ideas.

Autor de “El rapto de Higea”, libro que a simple vista va a producir un remezón en los centros de poder económico, político y académico por las tesis que sostiene, García Blanca cuestiona las ideas vertidas en el campo de la medicina, principalmente las relacionadas con el SIDA, desenmascarando un sinnúmero de mentiras que son permanentemente reforzadas por la industria mediática a través de una poderosa campaña propagandística, tal como ha sucedido con el tratamiento informativo de la famosa gripe A(H1N1), así como por la propia ciencia que, según el entrevistado, se ha convertido en una nueva religión. Sobre esto y otros temas relacionados directamente con la salud, Jesús García Blanca expone algunos pensamientos que clarifican mejor el panorama en este campo en el que (no puede ser de otra manera en el capitalismo) hay intereses económicos e ideológicos determinados, cuyo propósito es mantener sometida a la población.

¿Cómo defines lo que es la salud?

Como un proceso en el que también se incluye lo que habitualmente llamamos “enfermedad”. Desde ese punto de vista, salud y enfermedad son dos caras de la misma moneda, las oscilaciones de un péndulo que corresponden a momentos de equilibrio y momentos de desequilibrio. La auténtica Salud es la capacidad del organismo para desatar procesos autocurativos, crisis de restablecimiento del equilibrio. Se trata de una visión dinámica más cercana al Higienismo y opuesta a la que podríamos llamar oficial que concibe la salud como un “estado”. De este modo, los sistemas sanitarios no se ocupan de mantener la Salud, sino de gestionar enfermedades.

¿Son válidos los parámetros establecidos por las instituciones médicas para establecer que una persona goza o no de salud?

Todos los parámetros, protocolos, criterios, resultados, comparaciones, estadísticas, estudios... establecidos por las instituciones médicas sirven a sus propios fines y responden a su lógica de funcionamiento. Como te he dicho antes, tienen que ver con la gestión de las enfermedades, no con la Salud. Un ejemplo sencillo: una persona con 39 grados de fiebre está “enferma” según los parámetros oficiales y en correspondencia con ello se le receta un antipirético; eso es gestión de la sanidad. Desde el punto de vista dinámico de la Salud, la fiebre es un signo de que el organismo está trabajando y por tanto una señal evidente de que goza de salud para afrontar la crisis.

¿Las personas, bajo el sistema capitalista, pueden gozar de salud?

La salud implica armonía, algo que en muchos sentidos se opone al Capitalismo. Eso no quiere decir que no existan lo que podríamos llamar “islas de salud en el océano del Capitalismo”, pero siempre a pesar de él, a la contra de sus imposiciones.

¿Qué elementos son necesarios para que las personas y los colectivos sociales puedan disfrutar de salud?

Poner a disposición de la gente conocimientos básicos para comprender cómo funciona nuestro organismo, nuestro sistema autocurativo, nuestras enormes capacidades naturales. “El conocimiento conduce a la esperanza”, decía Wilhelm Reich. Del sometimiento sanitario a la autogestión de la salud.

¿El stress es una enfermedad o solamente un estado de ánimo producto de determinadas circunstancias?

Si aplicamos lo dicho sobre la Salud, no tiene sentido distinguir entre “enfermedad” y “estado de ánimo”; todo está relacionado: lo físico, lo anímico, lo emotivo, lo mental, lo espiritual... El stress es un desequilibrio. Lo que ocurre es que los desequilibrios pueden ser pequeños y por tanto fácilmente asumibles por el organismo, o pueden ser profundos -muchas veces debido precisamente a la gestión errónea que la medicina alopática hace de la crisis- y provocar graves deterioros o incluso la muerte.

¿Cómo influye el consumismo en la salud de las personas?

La lógica del “consumismo” tiene que ver con la simplicidad, la dependencia y la velocidad. Llevado al terreno de la salud implica seguir la lógica absurda de buscar remedios rápidos contra supuestos “síntomas de enfermedades”. Resultado: acumulación de errores: se acallan señales de alarma del organismo con productos tóxicos y, lo que es más grave, dejamos intacto el origen del problema.

¿Cuál es la relación que existe entre la catástrofe ambiental que vivimos y la salud?

En un ecosistema, todo está relacionado: el estado de salud del planeta influye decisivamente sobre el estado de salud de sus habitantes, de igual modo que el comportamiento de éstos influye sobre su entorno.

¿Las drogas son negativas para la salud?

La experiencia me dice que no todo el mundo entiende lo mismo por “droga”. ¿Hablamos de sustancias prohibidas? ¿De medicamentos? ¿De tabaco, café y alcohol? En un sentido general, te diría que no hay casi nada esencialmente negativo o positivo. Lo que convierte algo en negativo o positivo es el uso que hagamos de ello. ¿Es positivo un martillo? ¿Es negativo? Depende de lo que hagamos con él.

¿Cómo consideras tú que debería tratarse el tema de las drogas con la juventud?

“Ilustración farmacológica”, como dice Antonio Escohotado, el autor que, desde mi punto de vista, ha estudiado este tema de modo más exhaustivo y riguroso.

¿Qué puedes decir sobre el manejo mediático que se hace sobre el tema de la salud y las enfermedades?

Los medios de comunicación utilizan como fuente para sus noticias sobre salud y medicina –y sobre ciencia en general- las publicaciones científicas. El problema es que esas revistas especializadas cumplen una misión de adoctrinamiento de la misma forma que lo hacen los medios de masas, sólo que a un nivel superior de complejidad y por ello con mayor impunidad.

Las propias revistas científicas han publicado estudios que demuestran la influencia determinante de la Industria farmacéutica y la censura que se ejerce sobre la publicación de artículos a través de un sistema llamado “peer review”, que no es otra cosa que un filtro establecido por determinados expertos que defienden los planteamientos oficiales y los intereses de las multinacionales de un modo escandaloso. El problema no es puntual, sino estructural; las publicaciones científicas pueden muy bien considerarse auténticas “encíclicas” de la religión de la modernidad: la Ciencia.

¿Cuál es la relación que se establece entre poder, miedo, salud, enfermedad y parálisis social?

Yo añadiría un ingrediente fundamental: la mentira; la mentira es consustancial con el Poder. Creo que la mezcla destructiva de miedo y mentira produce lo que has llamado “parálisis social”. En cuanto a la salud y la enfermedad son espacios donde actúa el Poder, ámbitos dominados por la parálisis social, la mentira y el miedo.

¿El tema de salud es un mecanismo para el control social?

Más que un mecanismo, es un territorio donde se ejerce el poder. Lo que Carlos Lerena llamaba –en su caso refiriéndose a la Educación- “una jurisdicción de poder”.

¿Es el sida un mito?

Es un montaje. Un montaje intencionado, perpetrado en las entrañas del Imperio, es decir desde determinadas agencias de su Sistema Sanitario: los CDC –Centros para el control de las enfermedades- y el EIS –Servicio de Inteligencia de Enfermedades.

¿Cuáles son las mentiras fundamentales que se han tejido alrededor de ésta enfermedad, si realmente existe como tal?

• Es mentira que el “SIDA” sea una enfermedad; es un montaje que toma como base problemas de salud reales y conocidos para inventar una falsa pandemia.

• Es mentira que el “VIH” haya sido aislado. Robert Gallo llevó a cabo un fraude intencionado falsificando los resultados obtenidos por su equipo.

• Es mentira que los “test del SIDA” sirvan para diagnosticar; todos los “seropositivos” son falsos positivos; es una etiqueta que te introduce en un engranaje destructivo.

• Es mentira que los “antivirales” sean tratamientos contra el “SIDA”; son venenos tendencialmente mortales que están produciendo los efectos que posteriormente se atribuyen al “VIH”.

Las transnacionales de medicamentos han puesto la ciencia a su servicio para fabricar enfermedades, mentir sobre el efecto de ciertos medicamentos e inducir a la población al consumo de los mismos. ¿Qué puedes decir al respecto?

No creo en una interpretación exclusivamente económica de estos problemas. El capitalismo ha impuesto esas reglas de juego y de pensamiento. Y los autodenominados “anticapitalistas” están atrapados en ellas.

Lo que planteas es cierto, pero es sólo la lectura más superficial del problema.

¿Cómo identificar las mentiras que se tejen alrededor del consumo de ciertos medicamentos, como en el caso del Tamiflu para supuestamente combatir la gripe A (HN1N1)?

¿Cómo identificar las mentiras a secas? Buscando siempre en el bando rebelde, entre los que nadan a contracorriente. Y ello por una razón de peso: quienes se oponen a una determinada teoría, concepción o planteamiento es porque lo ha estudiado a fondo –casi siempre incluso más a fondo que sus propios defensores- y se encuentran por tanto en mejor disposición para proponer alternativas, identifican errores y descubrir manipulaciones.

¿Ésta enfermedad es otra creación mediática fantástica?

Existen elementos suficientes para apuntar la “gripe A” a la lista de pandemias inventadas. Pero no perdamos de vista que este tipo de montajes tienen, por desgracia, consecuencias muy reales: mentiras, pavor, envenenamiento, stress, y en algunos casos la muerte. Afortunadamente, esta última invención les ha salido mal, y confío en que eso sirva para que mucha gente empiece a replantearse otras historias. Por otra parte, yo precisaría que los medios no son los responsables últimos de estos montajes, cumplen su función, que es –como explica magistralmente Pascual Serrano en su último libro- la desinformación, pero no son la única instancia implicada, más bien sirven a otras instancias de Poder mucho más complejas.

¿Cuál es tu criterio sobre las medicinas tradicionales, naturales y las homeopáticas?

Yo me apunto a la radicalidad higienista: “no medicinas alternativas; sino alternativas a la medicina”. Otra cosa es que cada cual decida responsablemente y con información suficiente buscar ayuda de tal o cual remedio o terapia. En este sentido, las medicinas tradicionales, las naturales o la homeopatía son desde luego mucho menos agresivas que la alopática oficial. Pero lo esencial, desde mi punto de vista, es mantener siempre el control sobre nuestra salud y no entregarnos ciegamente a la dependencia de un sistema sanitario o un terapeuta concreto, sea el que sea y practique la medicina que practique.

¿Qué piensas de la afirmación que ciertas personas hacen de que el vegetarianismo es una opción de vida para enfrentar al sistema capitalista?

Sinceramente, creo que haría falta un cambio mucho más profundo y radical para poder afirmar lo que dices. No sólo importa lo que haces, sino como lo haces. Si dejamos de comer carne para consumir vegetales, no me cabe duda de que el Mercado se reciclará –ya lo hace en parte. Otra cosa sería que cada cual plantara un pequeño huerto o que nos organizáramos en comunidades autosuficientes; si esto se hiciera a gran escala, quizá cabría una posibilidad de oponerse al Mercado. 15 de enero de 2010


Respuesta a los inquisidores “progresistas”

Dax Toscano

El 20 de enero de 1600 la Inquisición dictó el veredicto definitivo contra Giordano Bruno, condenándolo a la pena de muerte, a la vez que ordenaba quemar sus libros por “heréticos y erróneos”.

La historia está llena de casos similares de persecución a las personas que profesan ideas distintas a las que al orden establecido le conviene.

La Iglesia Católica, aunque no sólo ella, ha cumplido un papel nefasto durante toda su existencia al ser la responsable de la muerte de pensadoras y pensadores opuestos a sus dogmas, como fue el caso de la matemática Hipatia, despellejada viva por los benevolentes seguidores de ésta religión.

De igual manera, los nazis hicieron lo suyo, obnubilados por las ideas absurdas esgrimidas por una doctrina que profesa el odio a todo lo que no calza en su invención estúpida de la existencia de la raza superior aria. Los nazis persiguieron, encarcelaron, explotaron, torturaron a millones de personas para imponer sus dogmas y demostrar su superioridad. Estos criminales, al igual que en la época de la Inquisición, también quemaron y prohibieron la lectura de libros de autores que no eran adecuados, según su criterio, para la mente de las personas.

En América Latina, dictadorzuelos como Pinochet o Videla, siguiendo el ejemplo de sus maestros, los criminales nazis y los franceses que masacraron al pueblo argelino, desataron una brutal represión contra las y los revolucionarios que desde diferentes trincheras de combate lucharon contra esos regímenes fascistas. Actualmente, el narcoparamilitar presidente de Colombia, Álvaro Uribe, lleva adelante una campaña internacional para criminalizar a todas y todos quienes manifiesten su apoyo a la insurgencia.

Ésta ha sido la constante llevada a cabo por los detentadores del poder en las sociedades divididas en clases sociales.

Lo extraordinario ahora es que los censuradores, represores y persecutores de quienes piensan diferente y, por ende, actúan diferente a lo que el establishment propone, están utilizando mecanismos para lograr no sólo el consenso de las fuerzas opuestas al cambio, sino de aquellas que dicen enarbolar un pensamiento progresista, sobre lo que hacen.

Varios elementos se conjugan para que esto sea posible: una muy bien estructurada campaña propagandística para convencer incluso a los menos crédulos, una poderosa industria mediática puesta al servicio de los intereses de la burguesía y el imperialismo norteamericano y europeo, un sistema educativo que en apariencia está relacionado con el pensamiento científico, pero que en realidad sigue respondiendo a ideas conservadoras y anacrónicas, lo cual hace que las y los jóvenes en realidad no piensen sino que solamente crean.

¿Qué es lo grave de ésta situación?

Que para reforzar las ideas dominantes se ha acudido al discurso científico, para de ésta manera dar solidez a sus profundas argumentaciones. Esto ha calado tan hondamente en la mente de las personas, que quienes ponen en tela de juicio lo que ese discurso científico dice, son dignos merecedores de la hoguera.

Hay mentiras que han sido tan bien elaboradas que, incluso, se les otorga una validez científica. Y algo más, hasta la religión hoy está utilizando a la ciencia para que su discurso tenga valor.

Lo primero que hay que señalar para aquellas personas que tienen una fe ciega en la ciencia, es que está actividad humana no es neutral, sino que, por el contrario, responde a intereses políticos, económicos e ideológicos determinados. Una cosa es que hayan criterios de validez universal para comprender ciertos hechos, ciertos procesos y otra, muy distinta, es que se acepte, sin ningún cuestionamiento, todo lo que se elaborara en los claustros donde están las y los científicos. Por ejemplo, se ha pretendido que todas las personas asuman que el universo surgió como resultado de la gran explosión, el Big Bang, cuando ésta teoría es errónea. ¿Por expresar un criterio diferente al comúnmente impuesto, se puede calificar a quien o quienes no lo defienden como reaccionarios y oscurantistas? Es algo absurdo.

En segundo lugar, hay que explicar a quienes se han convertido en verdaderos soldados del ejército de la “ciencia”, que uno de los requisitos para desarrollar el pensamiento científico es el ejercicio permanente de la duda. No aceptar pasivamente lo que otras y otros han hecho en ese campo, no asumir como propio el discurso elaborado en los centros académicos y científicos porque puede ser que en esos sitios también se estén produciendo cosas erróneas. Por ejemplo, el premio Nobel de medicina, James Watson ha afirmado que los blancos son más inteligentes que los negros; entonces porque ésta estúpida e irreal afirmación la hace un “científico” laureado, hay que asumirla como válida, sin ningún cuestionamiento.

Creer es aceptar pasivamente las cosas, dudar implica indagar, investigar.

De igual manera, no se puede asumir algo bajo el limitado criterio del principio de autoridad, porque ello conlleva a la sumisión, a la pasividad. Es necesario recordarles a esos inquisidores “progresistas”, que repiten consignas como la de “ciencia y comunismo”, que para hacer ciencia hay que llegar a la esencia de las cosas, así como entender los procesos sociales y, fundamentalmente, meterse en el movimiento mismo de lo real para desentrañar, a través de la praxis social, las contradicciones existentes y a la vez descubrir lo que es histórica y genéticamente estructural a los mismos.

En tercer lugar hay que solicitar a esos humanitarios y, a la vez, eruditos “críticos” que han dejado sus comentarios en la página de “Kaos en la red” sobre la entrevista realizada a Jesús García Blanca, que no sean ociosos y se den el trabajo de recopilar y leer los trabajos investigativos relacionados con el tema no sólo del VIH, sino en general sobre la salud, el uso de fármacos, el papel de las transnacionales farmacéuticas en el montaje de enfermedades y en los procesos para inducir a la gente a consumir medicamentos, para que así tengan otros elementos que les permita analizar y reflexionar desde el otro lado de la orilla a lo que la ciencia oficial expresa sobre estas cuestiones.

Asimismo se les solicita que lean el libro “El rapto de Higea”, que comparen lo expuesto por el autor con otros documentos, que se preocupen por consultar diversas fuentes y que ahí, con seriedad expresen sus criterios. Por ejemplo, analicen las ideas expuestas por la científica Rebeca Culshaw sobre el sida. De igual manera, se pide a estas personas que con sus comentarios demuestran amplitud de criterio, que revisen la historia del África para que descubran que las causas de lo que esos pueblos viven, son otras muy distintas a las que profesan los repetidores del discurso oficial. No olviden el coloniaje, la explotación, la esclavización, las divisiones creadas entre pueblos hermanos por el imperialismo, el saqueo de los recursos, el hambre, etc.

En cuarto lugar, estimados comentaristas, enfermos de “opinionitis” aguda, no crean sólo en lo que los medios les presentan. Recuerden, por ejemplo, que cuando las Torres Gemelas cayeron, falsimedia dijo al mundo que fue el resultado del impacto de los aviones que golpearon contra esos edificios, acto terrorista llevado a cabo por fundamentalistas islámicos. Hoy se sabe, con mayor conocimiento, que lo que se produjo es una implosión, que hubo una detonación para provocar la caída del World Trade Center, realizada por el mismo aparato militar industrial estadounidense para justificar la invasión a Afganistán e Irak.

Finalmente, hay que expresar con claridad para aquellos que señalan por ejemplo que “tal como la negación del holocausto es delito, también, y con mucha más razón, debería serlo la negación del sida” que esos mecanismos son propios de los regímenes y sistemas autoritarios, falsificadores de la verdad como lo son el sionismo y el imperialismo. Sería bueno que se investigue el papel de este movimiento en la Segunda Guerra Mundial, el pacto con Hitler para acabar con su propio pueblo. De igual manera, no debería olvidar este individuo que quiere judicializar a quienes disienten con las versiones oficiales sobre el tema de la salud y, particularmente, sobre el sida, las atrocidades que el sionismo, que se considera víctima hasta hoy día, comete contra el pueblo palestino, como otrora lo hicieron los nazis contra judíos, gitanos, comunistas, homosexuales.

La invitación está hecha. Piensen y dejen de creer. Eso los hará más libres y menos sumisos.

Enero 16 de 2010
trocasluar@yahoo.com

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