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Mundo :: 20/08/2011

20 años sin la URSS

Andoni Baserrigorri
Pero se añora a la URSS y sino que le digan a las decenas de miles de muertos que ha ocasionado el imperialismo desde que desapareció el estado soviético.

Se cumplen en estas fechas el 20 aniversario de lo que fue el principio del fin de la existencia de la Unión Soviética. Quien esto escribe lo recuerda perfectamente, como si hubiese ocurrido antes de ayer, y es que además, justo hace 20 años, viví esos acontecimientos a los que me refiero en Cuba.

Eran días de incertidumbre, tod@s sabíamos que estaban pasando cosas que iban a cambiar el mundo y hasta nuestras vidas y militancias y ya sabíamos que habían ocurrido acontecimientos que eran de por sí, irreversibles.

Recuerdo perfectamente bajar a la calle desde el Hotel Colina, en La Habana y como me sumé a los inumerables corrillos de cuban@s que trataban de enterarse sobre que estaba pasando alredededor del Granma y al verme europeo, como me cosían a preguntas ya que suponían que por mi carácter de ciudadano europero debía saber noticias que ellos no conocían. No existían ni internet ni los móviles, era una época diferente la que se vivía, en la llamada “guerra fria”, auténtica continuación de la Segunda Guerra Mundial.

En agosto de aquel 1991, se produjo en la URSS un golpe de estado, que fue un último y desesperado intento de salvar el estado soviético, la obra de Lenin. Fracasó, entre otras cosas, porque no contó con ningún apoyo popular y es que l@s ciudadan@s soviéticos estaban hechizados por dos personajes que pasarán a la historia por su nefasta actuación aquellos años, el alcohólico Boris Yeltsin auténtico payaso facilmente manejado por el imperiaslismo que en su delirio etílico pasó del marxismo-leninismo más ortodoxo a la extrema derecha y el oportunismo socialdemócrata de Mijail Gorbachov, otro que hizo carrera política en el PCUS, para terminar besando las posaderas de los USA, mientras nos vendía pizzas en anuncios televisivos.

Pero no sería justo achacar la caída de la URSS ni a una ni a dos ni siquiera a mil personas, la caída del gigante soviético es consecuencia de una degeneración ideológico-práctica que se inció décadas atrás. El PCUS, se convirtió en una especie de oficina de colocación de empleos y lugar donde se aglutinaban lo peor de la sociedad soviética en la búsqueda de favores y prebendas. Ese fenómeno se da en el mismo instante que el partido comunista soviético relaja la teoría marxista, convierte el leninsmo en una especie de religión oficial, en la cual sólo parecen contar frases y consignas sin reflejo en lo practico y convierte su papel de vanguardia en excusa óptima para que la clase burócrata pueda ejercer su rol de parásito en la sociedad. No hay dictadura del proletariado, sino dictadura de la burocracia del partido. No hay participación de la militancia en los debates políticos sino un decir amén a los dictados que vienen de arriba. No hay asambleas ni soviets sino un centralismo democrático que no es tal y que legitima el poder de la burocracia.

Pero se añora a la URSS y sino que le digan a las decenas de miles de muertos que ha ocasionado el imperialismo desde que desapareció el estado soviético. Apenas estaba caliente el cadáver, desencadenaron la primera guerra del golfo, conocedor el imperio que la nueva Rusia nada iba a hacer para frenar sus ambiciones imperiales, de hecho en la primera guerra del golfo aún existía la URSS y nada hizo para ejercer el papel que durante décadas hizo de contra peso al fascismo norteamericano.

Los norteamericanos desencadenaron la mayor ofensiva militar, política e ideológica de la historia, a sabiendas que nadie les iba a frenar. Atacaron Irak, después los restos de Yugoslavia, Afganistan, de nuevo Irak y ahora Libia, para robar sus recursos, sabiendo que en su camino no iban a encontrar ningun obstáculo.

Organizaron cientos de intrigas en los terriotorios de la antigua URSS que han provocado miles de muertos, en una orgía de sangre que poco parece importar a la ONU ni a las tristemente conocidad ONGs.

Con la URSS viva jamás habrían ocurrido estas situaciones, porque la URSS proporcionaba al planeta un equilibrio necesario para que los genocidas de la OTAN no pudiesen hacer del planeta su campo de tiro.

No habría aparecido el reformismo insorpotable del FMLN ni de otras guerrrillas latinoamericanas, porque la URSS ejercía un papel de referencia revolucionaria que hoy no tenemos en el mundo.

La caída de la URSS justifico el dogma neoliberal del fin da la historia y hoy vemos que la historia esta mas viva que nunca. La lucha de clases sigue ahí, viva y coleando, marcando los ritmos dela historia en todos los paises del mundo, la dialéctica es quien solo puede explicar todos los hechos que asolan el planeta.

No hay un triunfo del capitalismo, porque Africa es también capitalismo y África muere de hambre. ¿Acaso eso es un triunfo del capitalismo? Cada día hay más diferencias sociales en el mundo, los ricos más ricos y los pobres más pobres y eso es también consecuencia de la caída de la URSS, asi como la frenética carrera del mundo hacia posiciones cada vez más abiertamente fascistas.

Quienes fueron ciudadanos de la Unión Sovietica echan de menos a la URSS. No es de extrañar y es que con todas las carencias del mundo en la URSS se vivía mejor que en la Rusia capitalista donde la esperanza de vida ha caído en picado, y la gente se agolpa en las bocas de los metros en búsqueda de refugio mientras algunos canallas viven a lo grande, derrochando el dinero y al estilo de los grandes empresarios del petróleo árabes. Curiosamente todos esos individuos provienen del PCUS y eran los que antes me refería como peste burocrata.

Existía también en la URSS una base militante comunista que no pudo frenar estos acontecimientos que son quienes hoy se han converido en la esperanza del país, en que los valores que puedan trasmitir hagan renacer las ideas de Lenin.

Y fuera de la antigua URSS tambien añoramos lo que fue el proyecto de Lenin, sin nostalgias, pero sabiendo que tonterías ideológicas de más de un@ al margen, la URSS marcó del siglo XX y dio a la clase obrera mundial y a los sectores populares una esperanza en que las cosas se podrían cambiar y que el capitalismo y el fascismo no son invencibles. Por eso seguimos siendo comunistas dentro de nuestra sensiblidad abertzale. Queremos la independencia de Euskal Herria para construir el socialismo, nuestro socialismo, socialismo vasco, pero socialismo con mayúsculas.

Y como dijo aquel otro…”Las ideas emancipadoras del marxismo, cobran renovada actualidad”. Claro que si, en la medida que el capitalismo se muestra cada dia más atroz y fascista.

 

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