Honor y gloria, Moammar al Gaddafi

Han logrado asesinarte, en Europa sabemos mucho de sus crímenes pero no queremos recordarlos. Ellos, los que te bombardearon con los tuyos son los que llenaron de sangre este viejo y acabado continente, desde Stalingrado hasta Lisboa, de norte a sur pasando por Gernika. Millones de muertos, bombardeados, fusilados, torturados. Esta y solo esta es la concepción europea de los derechos humanos. Lo peor de todo, lo más dramático es que han engendrado una pseudo izquierda que les hace la ola, se suma a sus campaña desde sus valores, su eurocentrismo, su visión superficial de la vida y sus infames peroratas presentadas como reflexiones revolucionarias.

Entre estos infames hay de todo, trotskystas, stalinistas, euro comunistas y progresistas al servicio de la ideología que la OTAN impone a base de sangre y crímenes en todo el planeta. La sangre no se detiene en Libia, compañero Moammar. Las ratas de Bengasi, las ratas de Misrata al servicio de la codicia y el imperialismo atacaron Tripoli y han destruido Sirte, también asesinan a los líderes tribales que no son afines a su proyecto servil al imperialismo que guía su hoja de ruta en Libia.

Libia comienza una nueva etapa, previsiblemente, de guerra total entre las distintas tribus, pero esto, los imbéciles a los que aquí llamamos ni-nis, “ni” lo entienden “ni” les preocupa. Ellos tienen su lucha en las hipotecas, en los destrozos que les ha provocado su sueño pequeño burgués. Y ahora, no tienen tiempo para otra cosa que no sea su ombligo, por eso se suman al silencio de las atrocidades contra tú pueblo, contra ti.

Hasta han descubierto que existen unas supuestas revoluciones árabes sin pararse a pensar que quienes las promueven buscan ajustar a los pueblos de Oriente Medio al modo de vida israelí y occidental. En Túnez, un octogenario es derribado para que nada cambie, en Egipto la ilusión revolucionaria se realiza mediante la expulsión de Mubarack, después el ejército se encarga de que nada cambie en lo sustancial, como en el estado español, por cierto.

En ambos países, como en Libia, el integrismo sunní se va a hacer con los gobiernos, detrás de ellos Qatar, Arabia Saudi, Emiratos Árabes, Turkia.

En Europa, en medio de la impotencia ante el desastre económico del caduco continente solo hay complicidad de todas las clases sociales con los abusos imperiales. Inglaterra, Francia y EEUU han decidido que los recursos naturales del tercer mundo no pueden estar en manos de tribus o gobiernos ajenos a las multinacionales. Curiosamente, el mundo ni - ni respira por los mismos criterios, aunque camufla su negativa a la lucha anti imperialista y sus boicot a las movilizaciones anti OTAN de reflexión revolucionaria.

En ese mundo se juntan los mega revolucionarios y mega revolucionarias del mundo occidental y sus agencias eurocéntricas en América latina con los intereses y aparatos de inteligencia occidentales.

Incapaces de desarrollar ninguna lucha victoriosa han optado por la determinación de convertirse en consejeros del imperialismo y han sumado la voz a las campañas de difamación orquestadas por los media del imperialismo y sionistas.

Tú, compañero Moammar al Gaddafi has caído en Sirte resistiendo sin abandonar a los tuyos. El pueblo de Libia ha perdido a uno de sus mejores hijos y el anti imperialismo ha perdido a un compañero, a uno de los nuestros.

Tú ausencia será sentida en todos los corazones anti imperialistas, a quienes te calumnian tan solo les dedicamos el mayor de los desprecios.

Nos pediste que si mataban tú cuerpo, si te arrancaban la vida, siguieses en nuestros corazones y ya eres nuestro coronel, marchas con Omar el Moktar y Abdel Krim, con Nasser y el Che Guevara, con Sandino, con Camilo, Ezequiel Zamora, Argala, con las guerrillas insurgentes del planeta, con los defensores de Stalingrado, con los mártires anti fascistas del mundo.

Marchas cada día con nosotras y nosotros, compañero, camarada, coronel, presidente caído en combate, héroe y mártir del pueblo trabajador, Moammar al Gaddafi.

* Joseba Izaga es miembro de Boltxe Kolektiboa