Julio Escalona: El gobierno bolivariano debe decir qué es lo que va a hacer en materia económica

“Es importante que la gente sienta que hay un Gobierno tomando medidas para solucionar los problemas económicos”, repite una y otra vez el economista Julio Escalona, quien ha reclamado a las autoridades señales claras sobre el rumbo de la economía.

Quien fuera embajador alterno de Venezuela ante la ONU, analiza también las posibles repercusiones para el país del acuerdo Colombia-OTAN y el arribo de Trump al Gobierno estadounidense.

Usted ha declarado que es importante hablarle claro al país con respecto a los problemas económicos. ¿Cómo ha afectado el no hacerlo, la relación entre el pueblo y el Gobierno?

–La relación del Gobierno con la población se ha ido deteriorando porque el problema de las colas, la escasez, la inflación, no se ha resuelto. La gente espera soluciones para esos problemas y por eso hay que establecer un horizonte muy claro de hacia dónde vamos y qué medidas se van a tomar. Además de explicarle a la población qué es lo que está ocurriendo.

¿Es posible que el Gobierno venezolano mantenga el mismo modelo económico de un dólar preferencial -muy barato- y un control de precios? ¿Debe el Gobierno apuntar a un nuevo modelo?

–La cuestión es más complicada porque hay una serie de fuerzas moviéndose tanto nacional como internacionalmente para desestabilizar la economía venezolana. Entonces no depende solo de las medidas que el Gobierno pueda tomar, sino cómo se están moviendo las otras fuerzas.

Ahora, Venezuela debe ir estableciendo un horizonte. Es decir, el Gobierno debe decir qué es lo que va a hacer con el control de cambio y, en general, qué va a hacer con los problemas más críticos del país. Aunque algunas medidas no se pueden tomar por ahora, hay que ir señalando hacia dónde se va a mover la economía. La gente necesita tener un mínimo de seguridades acerca de cómo se va a mover el Gobierno de Venezuela: qué va a pasar con la inflación, qué va a pasar con la especulación, qué va a pasar con el contrabando. En fin, con todos estos males que nos afectan.

El Gobierno debe tomar medidas fuertes, severas. Por ejemplo, el 92% de las transacciones que se hacen en Venezuela se hacen a 10 bolívares por dólar. Sin embargo, cuando los comerciantes importan un bien con este dólar [preferencial], lo colocan en el mercado al precio del dólar Cúcuta. Eso es un delito, eso tiene que ser castigado, porque se sabe a qué empresa se le entregaron esas divisas y se sabe cómo esas divisas son usadas.

Así como ese, se están cometiendo una serie de delitos que tienen que ser castigados y esto pasa por enfrentar claramente a la corrupción. Hay que castigar a los corruptos y cerrarles la puerta claramente. Todos estos problemas de la economía venezolana tienen que ver con la corrupción y si no se ataca, difícilmente esto tiene solución.

¿Cómo evalúa los nombramientos de Ramón Lobo para el Ministerio de Finanzas y de Ricardo Sanguino en el BCV? ¿Es una buena señal del Gobierno?

–Hay que estar muy pendiente, porque están obligados a declarar ante el país qué es lo que ellos piensan hacer, para entonces establecer si efectivamente el nombramiento de ellos se corresponde con una política. En todo caso, ese cambio es importante porque como estaban funcionando las cosas, no estaba bien. Traer nuevos funcionarios es importante porque es de esperar que corrijan errores que se estaban cometiendo, sobre todo errores en el manejo de las divisas y en el manejo de las importaciones.

Hay que establecer por qué si es el Estado venezolano el que importa principalmente alimentos y productos procesados, más del 90% se entrega a los canales privados. En cambio, una empresa como Diana, que es una empresa pública que ha venido funcionando bien, se le niegan insumos, se le niega materia prima para que pueda trabajar. ¿Quién es responsable de eso? Es necesario que esto cese y que estos funcionarios tomen medidas.

Por ejemplo, hay muchas miradas también hacia el Ministerio de Alimentación, que es el que maneja estas importaciones. Mucha gente entiende que muchos de los problemas que están ocurriendo tienen que ver con este ministerio. ¿Qué pasa entonces con esta cartera, va a seguir funcionando así?

Desde su perspectiva, ¿cómo se encuentra el chavismo de base, popular, actualmente? Este año, que es electoral, ¿la Revolución debe prepararse para una fase de repliegue o es posible que reagrupe sus fuerzas?

–Si no se le habla claramente a la población, si no se toman medidas contundentes, los resultados de todo tipo van a ser negativos. Por ejemplo, los bancos son los principales beneficiados de esta crisis.
Entonces, se le podría aplicar un fuerte impuesto a los bancos para financiar las políticas orientadas hacia la población y al hacer eso, el Gobierno enviaría una clara señal de hacia dónde se dirige. Decir qué sectores va a beneficiar y qué sectores va a golpear.

Si no se corrigen los problemas que estamos viviendo ahora -las colas, la escasez, la especulación- el pronóstico sobre el resultado electoral no puede ser muy optimista.

Por otro lado, un estallido social propiamente como el del 27 de febrero no es probable que se presente. El descontento es más bien soterrado, un descontento que se expresa en las calles, en el transporte público. Uno escucha las conversaciones y nunca son favorables al Gobierno. Eso ocurre básicamente porque algunos problemas no terminan de corregirse. Es necesario que se tomen las medidas y que sean contundentes. Hay cosas que por supuesto no se resuelven a corto plazo, pero la gente debe sentir que se están tomando medidas para lograrlo. Que vea claramente que hay funcionarios, que hay un Gobierno trabajando arduamente para resolver estos temas de la especulación, la escasez. Y además, eso debe traducirse en que estos problemas poco a poco vayan solucionándose. Eso es imprescindible para enfrentar unas elecciones.

“VENEZUELA DEBE PREPARARSE PARA SEGUIR RECIBIENDO ESA POLÍTICA INTERVENCIONISTA”

Puertas afuera, Venezuela afronta dos circunstancias de importantes repercusiones internas: por un lado, la reciente firma de un acuerdo entre Colombia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y, por el otro, la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca. Este escenario también es analizado por Escalona.

“Venezuela ha rechazado de frente ese acuerdo de Colombia con la OTAN y ha dado declaraciones formales públicas en contra de eso porque es un grave riesgo para Venezuela y para toda la región. Eso significa introducir a una organización militar, guerrerista que ya ha destruido varios países: Libia, Afganistán, Iraq y la lista es larga. Traerlos para nuestra región latino-caribeña es una grave amenaza”.

En ese marco, y con respecto al ascenso de Trump al poder, ¿qué podemos esperar?, ¿continuará el intervencionismo, habrá un cambio de rumbo en la política hacia Venezuela, o más bien será indiferente?

–Que haya indiferencia es difícil, porque los intereses de Estados Unidos sobre Venezuela son muy claros. Trump no ha definido claramente cuál va a ser su política hacia la región, pero en la campaña electoral él dijo que aplicaría mano dura contra Venezuela y Cuba, entonces no hay que sorprenderse si no cambia la política que se ha venido aplicando con respecto a Venezuela. En todo caso, hay que ver qué declaraciones dé sobre Venezuela porque ahora que es presidente no lo ha hecho claramente. Yo creo que Venezuela debe prepararse para seguir recibiendo esa política intervencionista de parte de Donald Trump. No hay razones para esperar lo contrario.

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