Extremadura: los motivos de una rebelión ecologista

Alfonso Gallardo es amigo de los grandes gestos. A principios de julio, el mayor empresario extremeño dejaba atónitos a los periodistas en una entrevista concedida al diario Expansión. "Hasta mi anillo de boda estoy dispuesto a empeñar para sacar adelante este proyecto", dijo quitándose la alianza. "Me voy a dejar la sangre para que salga adelante la refinería", aseguró. Y remataba: "Nunca haría nada que perjudicara a Extremadura. Jamás".
A pesar de su vehemencia, las palabras del promotor de la refinería de petróleo en Tierra de Barros no convencen a miles de extremeños. Entre ellos, la sensación es otra: la de estar siendo insultados. "Lo más grave es la falta de respeto a la dignidad de los ciudadanos. Nos mienten con un descaro absoluto", denuncia Reyes González, portavoz de la Plataforma ciudadana Refinería No. " Y por eso protestamos, para que no nos engañen".
Así ocurrió de nuevo el pasado 8 de julio en Mérida. Bajo un sol de 40 grados, 3.000 personas volvían a manifestarse para decir "no" a la contaminación en Extremadura. Esta vez el grito ya no se dirige sólo contra la refinería. La protesta reunía a miembros de otras dos plataformas: contra la instalación de cinco centrales térmicas entre Alange y Mérida, y por el cierre de la central nuclear de Almaraz.
No son protestas aisladas. Dos semanas antes, 600 tractores tomaban la capital extremeña. Y en Cáceres, dos meses atrás, 5.000 personas marchaban al grito de "refinería no". En poco tiempo, la rebelión contra las industrias contaminantes ha dejado sentirse en toda la región, rompiendo la imagen de apatía que durante años ha lastrado a la sociedad civil extremeña.
Industrializar a toda costa
Para las plataformas, las movilizaciones suponen una respuesta lógica a la deriva que ha tomado la política industrial de la Junta de Extremadura. Según señala Reyes González: "Se pretende cambiar todo el modelo de desarrollo extremeño. El objetivo es una industrialización bestial al precio que sea. Y van a destrozar todo el tejido social y económico anterior".
Esa industrialización arrancó hace diez años. En 1996, el magnate Alfonso Gallardo levantaba en Jerez de los Caballeros su fábrica siderúrgica. Una empresa que, junto a las denuncias de grupos ecologistas, suma un oscuro pasado en el trato a sus empleados. Entre 1999 y 2001 fallecían cuatro de sus trabajadores, ha recibido demandas de discriminación al tener sólo cuatro empleadas y en 2002 fue noticia su decisión de declarar el cierre patronal para romper una huelga.
Ya en 2005, Alfonso Gallardo abría su fábrica de cemento en Alconera (Badajoz). Y según recuerda Reyes González, las promesas que se hicieron entonces poco se diferencian de las que se hacen hoy con la refinería. Esta vez, el presidente extremeño, Rodríguez Ibarra, ha anunciado que la planta petroquímica dará empleo a 3.000 personas; pero Reyes González desconfía: "de la cementera se dijo lo mismo, que crearía miles de empleos: y sólo tiene 94 empleados".
A juicio del portavoz, "la plataforma lo que hace es informar, que es lo único necesario para entender lo que está pasando". Por ejemplo, indica, Alfonso Gallardo recibe el 74% de subvenciones de la Junta a pequeñas y medianas empresas. Otro dato: según informes ambientales, las emisiones de la refinería afectarían a un perímetro cercano de 50 kilómetros, lo que supone una ruina para los viñedos de la zona.
En Almaraz, a su vez, no dejó de causar sorpresa que se prolongase diez años el permiso para la central nuclear. Y una sorpresa semejante se dio con las centrales térmicas. En noviembre de 2005 la plataforma "Térmicas No" detectaba fallos en el informe medioambiental del proyecto. Las térmicas, se advirtió, podrían tener graves consecuencias en la calidad del agua y el aire; algo quizás irreversible en una localidad, Alange, famosa por su manantial medicinal.
Todo ello, se denuncia, contrasta con el programa electoral del PSOE extremeño, que en su 9º congreso expresaba, no sin cierto lirismo, la necesidad de "sustituir energías manchadas (...) por energías limpias que nacen del viento y del sol".
Diagonal
Más información en La Haine
3.000 personas se manifiestan en Mérida contra las industrias contaminantes que se proyectan en la región
x Pilar Fernández
En Extremadura, Refinería No
x CNT-Cáceres