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Alguno terminará como Don Quijote
El fanatismo elevado a pauta de comportamiento habitual provoca serios trastornos en la capacidad de interpretar lo que los sentidos transmiten a la persona. Y así resulta que termina alguno por emular al pobre Don Quijote, embistiendo enloquecido contra molinos de viento o pellejos de buen vino manchego.
Según Abascal, «a cualquier persona inteligente íy decenteí le bastaría con leer estas repugnantes líneas para saber, o para reconocer, que los terroristas no tienen entre sus previsiones ni el abandono de las armas, ni la negociación. Muchos sabíamos además que ETA siempre ha utilizado las "treguas" en su propio beneficio como un elemento más de lucha que se ha combinado ía conveniencia de ETAí con periodos más o menos largos de atentados terroristas».
Eso ya lo decía mayor Oreja y, mira, lo mandaron a hacer gárgaras a Bruselas.
Pero, dice Abascal, «si, además de leer con atención la declaración de intenciones de ETA, reflexionamos sobre la liturgia empleada para comunicar la palabra de Dios a sus fieles, la conclusión sólo puede ser una. El Gobierno de España negocia con una banda de lunáticos que se creen enviados del cielo. Basta sustituir Dios por la intangible Euskal Herria para comprender que el nacionalismo de los etarras es una "religión de sustitución"».
El de los ultras españoles es todo reflexión, sensatez, ecuanimidad... y Aznar anda todavía reivindicando a Isabel y Fernando y haciendo cuchufletas a Boabdil "El chico". Si es que son cómicos.
Y para concluir, nos suelta su último descubrimiento:«lo único verdaderamente nítido es que con estos locos fanáticos de la capucha y el subfusil quiere arreglarse Zapatero. Más le valdría al presidente llamar al jefe de la oposición, reactivar el Pacto Antiterrorista, y encaminar todos los esfuerzos del Estado de Derecho a aniquilar para siempre a esa organización terrorista y mesiánica que quieren imponernos unas nuevas Tablas de la Ley en las que la abolición del "no matarás" será la gran novedad. Porque ya no hay "tregua", y quien quiera hacernos ver lo contrario, miente».
Tranquilas, no está loco. Ya se le pasará.
