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Andalucía :: 15/01/2004

Andalucía entera como Marinaleda

Casapueblos

"La dialéctica hoy se hace clara entre quienes militan por la paz y entre quienes militan por la guerra. Entre quienes militan por la abolición de todos los abusos y desigualdades y quienes militan por la explotación y las hambres..En definitiva, entre quienes militan en y para la vida y quienes militan en y para la muerte. No hay neutralidad posible. Los hombres y los pueblos han de optar por una u otra alternativa"
Juan Manuel Sánchez Gordillo (alcalde de Marinaleda).

Marinaleda: Una utopía en marcha

El pasado 31 de marzo, un grupo de personas de diferentes colectivos políticos y sociales de Madrid, emprendimos un viaje hacia el sur con el objetivo de acercarnos y participar en un "domingo rojo" en uno de los proyectos de transformación social más enriquecedores que se desarrollan actualmente en el estado español: el pueblo andaluz de Marinaleda. Un pueblo simbólico en la memoria colectiva, evocador de marchas, ocupaciones y huelgas de hambre que durante décadas han desarrollado los jornaleros del campo reivindicando tierra, trabajo y libertad. Pero también un pueblo que, más allá de los símbolos, es una realidad palpable de lucha, socialismo y, sobre todo, de dignidad. Una dignidad que, de una forma sencilla pero tremendamente emotiva, puede sentirse apenas llegar el pueblo y caminar por calles que portan los nombres imborrables de "León Felipe", "Mariana Pineda", "Salvador Allende" o "Ernesto Ché Guevara". Una dignidad que se manifiesta tanto en las palabras como hechos, y que -trascendiendo la problemática propia- asume solidariamente las reivindicaciones populares de Brasil, Perú, Chiapas, Cuba ... La misma dignidad que identifica a los pueblos que luchan construyendo futuro, y que saben del valor incalculable de la solidaridad internacionalista. En el transcurso del fin de semana que duró el encuentro, pudimos conocer a través de militantes del Sindicato Obrero del Campo (S.O.C.) la historia de los diferentes logros que se han ido materializando en el pueblo. Así, el primer día visitamos la finca del Humoso, propiedad del Duque del Infantado, "tantas veces grande de España", y que después de muchos años de intensa lucha fue finalmente ocupada por los jornaleros de Marinaleda. Dos leyendas presiden la entrada del cortijo: una que exclama "Tierra y utopía", enmarcando un mural con la figura de dos campesin@s en marcha; y la otra, que reivindica -por si a algún noble o lacayo no le hubiese quedado claro- que "Este cortijo pertenece los jornaleros en paro de Marinaleda".

En la nave central del cortijo, un compañero del S.O.C. explicó la historia de la finca y de la cooperativa, así como del proyecto social por el cual han luchado durante tantos años los jornaleros andaluces. Una historia colectiva de marchas y ocupaciones de tierra, de enfrentamientos con la guardia civil, de huelgas de hambre y encarcelamientos. Una historia en suma de lucha y resistencia, que trascendió por primera vez a la opinión pública el 14 de agosto de 1980, cuando 700 vecinos del pueblo estuvieron en huelga de hambre durante 13 días con el objetivo de denunciar las condiciones de explotación, paro y miseria del campo andaluz. Unas condiciones determinadas por la desproporcionada desigualdad en la distribución de la tierra, concentrada en grandes latifundios, propiedad de algunas nobles familias, y cuya explotación estaba asociada a unas relaciones de producción de carácter cuasi-feudal. Como muestra, señalar que -según datos publicados en el diario "El País" en noviembre de 1980- la concentración de la tierra en ese año en Andalucía era mucho más acusada que en la segunda República.

El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, sintetiza así las causas políticas de aquella huelga:

"Nuestra lucha se plantea en un momento en que la situación socioeconómica llega a extremos insoportables. De una parte los fondos del Empleo Comunitario este año se han reducido al 50 por 100, no habiendo correspondido a más de 200 pesetas por jornalero y día, lo que ha empujado a familias enteras a mendigar casa por casa para poder vivir. Entonces, ante esto iniciamos varias acciones de protesta, principalmente cortes de carretera, que si bien no fueron de gran efectividad, trajeron como consecuencia la intervención de la guardia civil en repetidas ocasiones, y con ella la represión. Después de llevar a cabo estas acciones, en una asamblea de 1.500 vecinos se decide la huelga de hambre. ¿Qué es lo que hay detrás de la huelga de hambre? : en primer lugar, tapar el hambre, es decir, que con la huelga queríamos combatir precisamente el hambre física que padece nuestro pueblo, ello a pesar de ser nuestra comarca una zona rica, muy rica; en segundo lugar, con nuestra acción lo que hacemos es volver a poner el dedo en la llaga del problema de fondo que tiene Andalucía, esto es la TIERRA, la reforma agraria".

Una viñeta publicada en un periódico andaluz en esas fechas, sintetizaba expresivamente la diferencia entre quienes asumen resignadamente las condiciones de explotación y quienes plantean la lucha contra la misma: "Marinaleda: 800 vecinos en huelga de hambre. El resto, en hambre solamente".

A esta acción, siguieron otras, profundizando la lucha por la reivindicación de la tierra, que cuajaron finalmente en la ocupación definitiva de la finca del Humoso, propiedad del duque del Infantado.

Se organizó entonces, el trabajo colectivo mediante la creación de una cooperativa popular, y la explotación de una tierra que hasta entonces era en gran parte baldía. Actualmente, se cultivan 1.200 hectáreas, en las que se plantan mayoritariamente olivos, aunque también se destinan pequeñas parcelas a otros cultivos (ajo, algodón, pimientos, alcachofas...), cuya siembra, a pesar que económicamente no es rentable, está destinada fundamentalmente a mantener puestos de trabajo. Asimismo, tienen unas pocas cabezas de ganado (ovejas). Cabe resaltar que los jornaleros siguen sin tener la propiedad nominal de la tierra, pero sí la propiedad efectiva, sin pagar ninguna renta a los propietarios: "Esta tierra no es propiedad nuestra, es del duque, pero la trabajamos nosotros porque seguimos en ella. En un momento, ellos pensaron: ya que no se van ni a tiros, le damos la tierra, nos pagan la renta y a correr, pero nosotros no pagamos un duro, ni lo vamos a pagar".

La cooperativa la integran hoy en día unas 70 personas del municipio, pero además, trabajan jornaleros de otras partes en las épocas de mayor producción. En este sentido, se ha erradicado el sistema de las peonadas, eligiéndose de forma asamblearia a los jornaleros que son precisos. Otro aspecto a remarcar es que ninguno de los miembros originales de la cooperativa, tiene derecho a la propiedad individual de la tierra, ya que supondría erosionar el proyecto colectivo popular: "Nosotros vimos que si, una vez conseguida la tierra, la dividíamos, nos dividiríamos a nosotros mismos, dividiríamos el movimiento y cada uno sólo se ocuparía de lo suyo. Por eso, nadie tiene derecho a coger su pedazo de tierra".

Finalmente, a una pregunta sobre las razones que esta dinámica no se hubiese reproducido en otras partes del campo andaluz, con similares condiciones de miseria y explotación, la respuesta del responsable del S.O.C. es tan escueta como contundente: "Por la lucha, porque nosotros nos mantuvimos luchando cuando otros no siguieron".

Después de la visita de la finca, y tras almorzar en la casa del pueblo del S.O.C., nos trasladamos a la televisión local, gestionada mediante trabajo voluntario y por los vecinos, mayoritariamente jóvenes. En un programa, "Línea directa", el que el alcalde del pueblo comenta habitualmente aquellos aspectos de interés para la comunidad (desde la siembra del ajo a las contradicciones del imperialismo y la posible tercera guerra mundial), participó un compañero del grupo visitante .

En el transcurso de la entrevista, tanto la presentadora del programa como el propio Sánchez Gordillo, se interesaron por el trabajo desarrollado por los distintos colectivos en Madrid, así como por la opinión del compañero sobre Marinaleda y otras cuestiones de interés político y social.

Posteriormente, el concejal de Obras Públicas, explicó y enseñó los diversos proyectos en marcha, particularmente el programa de autoconstrucción de viviendas, mediante el cual los vecinos que lo necesiten pueden acceder a una vivienda mediante su propio trabajo. La Junta de Andalucía realiza un préstamo al futuro propietario (pagadero en veinte años) para la realización de la obra, el ayuntamiento cede gratuitamente los terrenos, facilita los materiales y nombra a un arquitecto (quien propone un proyecto, que es discutido por los vecinos) y a un albañil cualificado, quienes serán los responsables de la construcción.

De ahí en más, cada vecino sólo tiene que poner su trabajo. De esta forma, al tiempo que el auto- constructor va trabajando, se le descuenta el valor total de la vivienda, y así al parado se le proporciona trabajo y vivienda, al mismo tiempo que se le permite elegir cuanto puede pagar cada mes hasta que la vivienda sea de su propiedad .

Un aspecto original del proyecto consiste en que, una vez terminadas todas las viviendas previstas, el derecho a elegir la casa se establece en función de las horas de trabajo contabilizadas.

Es decir, aquel vecino que haya trabajado más, es el que tiene derecho a elegir en primer lugar su vivienda.

Otras obras que se están desarrollando en el pueblo son un parque de 55.000 metros cuadrados, y un anfiteatro con capacidad para 1.500 personas, lo que constituye en ambos casos indudablemente todo un logro, considerando que el municipio tiene 2.500 personas. Asimismo, pudimos visitar algunas obras ya acabadas, como las instalaciones deportivas: el gimnasio, las canchas de deporte, el estadio de fútbol -cuya limpieza después de cada partido corresponde al concejal de deportes- o la piscina, cuyo abono para los habitantes de Marinaleda tiene el precio de 300 ptas. para el conjunto de la temporada.

Posteriormente en el ayuntamiento, se celebró una reunión de aproximadamente hora y media con Juan Manuel Sánchez Gordillo, quien explicó sintéticamente la historia de lucha del pueblo:

"Nosotros pertenecemos a un sindicato: el Sindicato de Obreros del Campo (S.O.C), que es el primer sindicato en el mundo rural andaluz por delante de Comisiones y UGT. En su origen, en un principio, había gente de diferentes tendencias: maoístas, anarquistas, socialistas. A partir de estas tendencias, el sindicato recoge un poco el espíritu de la asamblea".

"Nosotros nos levantamos al grito de ¡la Tierra para quien la trabaja¡, y hemos hecho muchas ocupaciones. En el año 79, nos presentamos a las primeras elecciones democráticas. No nos gustaba ninguno de los partidos que había, no nos gustaba el partido comunista de entonces, y nos presentamos con una cosa que es la CUT, el Colectivo de Unidad de los Trabajadores. Y desde entonces seguimos acá".

"¿Cómo empezamos a trabajar?. Alrededor del problema del paro, alrededor de problemas concretos. Nosotros nos reuníamos en asambleas, ocupábamos las oficinas del paro, nos movilizábamos y fuimos consiguiendo cosas con las movilizaciones. Y nos dimos cuenta de que la asamblea es un elemento muy importante: en las asambleas decidíamos las acciones, que hacíamos después, y luego reflexionábamos sobre lo hecho. Y en un momento dado, nos planteamos presentarnos al ayuntamiento. Porque nosotros pensábamos que el poder de la izquierda no podía ser igual al poder de la derecha , y es que en Andalucía, las clases sociales están muy claras, los terratenientes están clarísimos, todos esos duques como la duquesa de Alba y la madre que los trajo. Y así, ese poder asambleario que se había creado a través del sindicato y a través de las luchas del paro, lo trasladamos al ayuntamiento".

"Y desde la fecha aquí estamos, con algunas condiciones: que los que ocuparan cargos serían los últimos en recibir beneficios y los primeros en la lucha, y que la asamblea es el órgano máximo de decisión a nivel político y sindical. Asamblea, no de afiliados, sino abierta a todo el que quiera participar en el pueblo. Entonces, así el sindicato se constituye conjuntamente con el ayuntamiento en una especie de poder del pueblo, en el que la asamblea es el poder legislativo y ejecutivo, y el que se moviliza al mismo tiempo. Y por eso es que, por ejemplo, cuando el sindicato ocupa una finca, es el ayuntamiento también ocupa la finca: nosotros hemos hecho plenos públicos en las ocupaciones con la guardia civil detrás de nosotros".

"Y así hemos hecho un recorrido de lucha, ¿por qué?, por la tierra, porque la única forma de conseguir de trabajo de forma continuada es con la tierra. Así que nos preguntamos, ¿quien tiene tierra? : el duque del Infantado, que tiene 17.000 hectáreas en Andalucía. Entonces fuimos a ocupar la finca, la estuvimos ocupando un montón de años: guardia civil, denuncias, problemas, hasta que conseguimos la tierra , que nos decían que era una utopía, pero luego con el tiempo y la lucha se vio que la utopía si se persigue se puede conseguir. Entonces, conseguimos la tierra mediante lucha, que es la primera vez en todos los años de historia de Andalucía que se consigue la tierra mediante lucha y además los trabajadores se quedan en esa tierra.

La tierra para el que la trabaja aquí se hizo realidad. Entonces es una pelea que hemos llevado como sindicato y como ayuntamiento, y mediante la asamblea como órgano de decisión. Y luego también hemos aprovechado el ayuntamiento para muchas otras cosas, aquí no se había hecho nunca vivienda pública, y ya han visto nuestro proyecto de vivienda. Así, hoy cualquier joven cualquier pareja que se quiera independiza, nos pide la vivienda, y la puede conseguir con su trabajo".

"La izquierda que nosotros representamos es una izquierda que aspira a la transformación de la sociedad, que aspira a la utopía, a una sociedad sin clases, pero esa utopía que pretendemos de algún modo la tenemos que hacer realidad aquí, intentar trasladar aquí en el sitio concreto, un poco -con todas las contradicciones que podemos tener- que se vislumbrara la sociedad que queremos tener.

Si creemos que la vivienda es un derecho, que se haga realidad. ¿Puestos de trabajo?, conseguimos la tierra, estamos intentando desarrollar una industria para crear trabajo. Y que no haya diferencias entre los dirigentes y los dirigidos. Y que haya capacidad de respuesta colectiva ante cualquier reto de la vida. Y bueno, cuando tenemos un problema, se convoca una asamblea y decimos oye, que nos pasa esto, ¿qué hacemos?. Pues mira, vamos a juntarnos y nos vamos a movilizar".

"Así, hemos desarrollado un montón de acciones de lucha: nosotros hemos estado en la Moncloa con Felipe González dentro, y nos ha tenido que sacar la policía por la puerta de atrás. Hemos ocupado el banco de España; hemos ocupado el aeropuerto internacional de Sao Paulo durante un montón de horas; hemos parado el AVE dos o tres veces; nosotros hemos ocupado el INEM, la Presidencia de Andalucía, hemos hecho huelgas de hambre, hemos hecho huelgas generales, marchas andando, todo lo que se nos haya ocurrido. Nosotros decimos que cualquier método de lucha es válido si lo entiende el pueblo y sirve para algo. Hemos utilizado básicamente métodos no violentos, pero si la policía utiliza la violencia para reprimirnos, también tenemos derecho a utilizarla para defendernos, pero aunque nos hayan dado muchos palos, la lucha ha sido básicamente no violenta. Nos han hecho procesos judiciales, un montón".

"Total que esa ha sido un poquito nuestra pelea. En esta etapa ¿en qué estamos?. Una vez conseguida la tierra, hemos intentado demostrar que cuando decíamos la tierra es para el que la trabaja era cierto, que cuando los trabajadores tienen la tierra son capaces de darle una utilidad, de intentar que tenga un carácter social, que la riqueza sea para todo el mundo. Y desde el ayuntamiento, intentar crear el máximo bienestar comunitario, tenemos una piscina que vale 300 ptas. toda la temporada; hacemos una feria donde los camareros somos nosotros, los cocineros, se hace un grupo de unas 200 personas que trabaja gratuitamente en la feria para que la gente tenga comida barata, actuaciones gratis, porque la alegría también es un derecho, no es un privilegio".

"Por tanto, nosotros intentamos ser una izquierda anticapitalista, que trabaje en lo concreto, porque nosotros decimos que la izquierda o es revolucionaria (aunque esa palabra no se lleve), subversiva, transformadora, o esa izquierda no vale. Lo demás es nada. Frente a las desigualdades de clase, de territorios, de países, la respuesta nos lo da el trabajo en lo concreto. Y creemos que somos utópicos, y que no tenemos que abandonar de ninguna manera la utopía".

"¿Lo que ha pasado ahora en las elecciones?, ¿pues qué se esperaban pactando con el PSOE?. Eso no vale, la izquierda tiene que ser alternativa, tiene que ser utópica, en un momento dado podrá tener más representación o menos, pero la izquierda tiene que tener base popular. Esa es la izquierda que queremos nosotros, una izquierda que transforma, que tiene en cuenta el territorio, en este caso Andalucía, una izquierda que cree en la utopía, y una izquierda que cree que la gente tiene que encarnar los valores que dice defender. Y a mayor responsabilidad, mayor coherencia en la defensa de esos valores. Yo no creo en los que, estando en la izquierda, viven en hoteles de cinco estrellas. No me creo eso, porque se trata de demostrar la solidaridad ahora, no cuando llegue esa sociedad de la que hablamos. Entonces, tratar de mantener esa coherencia, que es muy difícil en estos tiempos tan conservadores que estamos viviendo de mantener, extender y profundizar".

"Y por eso, verles a ustedes aquí nos da alegría, porque muchas veces nos sentimos como predicadores en el desierto. Entonces, que venga gente, gente joven como ustedes, que están haciendo cosas, lo que significa que han tomado partido, y que vengan aquí porque somos un poquito diferentes, para nosotros nos viene muy bien. Porque vemos que la semilla que estamos plantando, en algunos lugares sale. Y que, bueno, nos ha gustado que hayan venido, y saber que en la ciudad, en unos momentos tan difíciles como este, también haya gente que esté intentando, con las herramientas que pueda, cambiar este desorden que hay. Y ahora, la palabra la tenéis vosotros, yo la suelto".

A partir de esta exposición, se desarrolló un vivo debate en el que se fueron planteando cuestiones de muy diversa índole. Así, sobre la extensión del proyecto de Marinaleda a otras partes de Andalucía, señala Sánchez Gordillo:

"Nosotros tenemos implantación en toda Andalucía, tenemos gente en varios ayuntamientos, y que intentan hacer más o menos lo que nosotros. Lo que pasa que hay una dificultad en la comunicación, en cómo convencer al del otro pueblo que está al lado y que tiene los mismos problemas, que hay fincas enormes, como es posible que a la gente no le dé por ocupar esas fincas. Tenemos que intentar comunicar nuestra experiencia y arroparnos unos a otros, porque los de enfrente son muy fuertes".

Otra cuestión que se planteó fue cómo se abordaba desde el ayuntamiento la cuestión de la criminalidad y el orden en el pueblo: "Nosotros no tenemos guardia civil, ni tenemos ahora tampoco municipal, porque el que teníamos se ha jubilado y no hemos puesto a otro.

Todo el mundo, el PP, el PSOE, protestan diciendo que aquí corresponden 4 o 5 municipales. Nosotros tenemos un municipal, que lo heredamos del antiguo régimen. Y lo primero que hicimos cuando entramos en el ayuntamiento fue decir: vamos a quitarle la pistola no sea que se equivoque. Entonces, se le quitó la pistola y quedó como alguacil: un municipal recadero, para llevar las cartas, para traer las cartas..porque los municipales también pueden ser peligrosos, porque también pegan palizas. Entonces, tendremos uno, pero no como policía, sino en la función de alguacil. ¿Y como se controla esto?. Porque la gente participa en la construcción del pueblo, en la plantación de árboles, en el cuidado de las calles, y por eso la gente respeta.

Nosotros, desde que estamos en el ayuntamiento, no hemos puesto ni una multa a nadie, nunca. Igual la tendremos que poner con gente de fuera, pero bueno, los índices de criminalidad son muy escasos, y nosotros nos autocontrolamos en ese aspecto".

En relación a las contradicciones entre desarrollo económico y ecología: "Hay explotación de clase, económica y explotación de recursos. Este modelo de desarrollo se está tragando la tierra, y está convirtiendo la tierra en una mercancía que se compra y que se vende. Nos estamos cargando la nave tierra.

Así que yo digo que la izquierda tiene que ser ecologista, ahora bien, los ecologistas también tienen que ser de izquierdas, porque tienen que fijarse en el modelo de desarrollo. Esos ecologistas que se meten en el partido socialdemócrata alemán o estos ecologistas que se han metido en el PSOE, pues yo no me creo su ecología.

Ni al revés, tampoco. Porque este modelo actual no sólo es tremendamente agresivo con los seres humanos produciendo hambre, porque este es un sistema terrorista: no hay ninguna organización terrorista que haya matado más gente que el capitalismo. Este es un sistema terrorista, pero muy hipócrita, que destruye además la naturaleza. Esto hay que cambiarlo por otro modelo de desarrollo. Es como el tema de la paz: si eres pacifista, tienes que ser anticapitalista, porque el sistema capitalista es un sistema de guerra, de violencia en sus estructuras. Así que los ecologistas tienen que ser de izquierda, y la izquierda tiene que ser ecologista".

Un tema que se suscitó fue el reparto de trabajo entre hombres y mujeres, y la forma en que tenía el sindicato de abordar el papel en la sociedad. A esto, señalaba Sánchez Gordillo, respondiendo a la compañera que le preguntó sobre la cuestión: "Mañana en el domingo rojo verás más mujeres que hombres, y en las luchas que nosotros hemos hecho, ha habido más mujeres que hombres. En las ocupaciones, en las huelgas de hambre, como en la que hicimos en 1980 cuando estuvimos 700 personas en huelga de hambre durante 13 días, las que más aguantaron fueron mujeres.

Y en todas las luchas nuevas, las mujeres ha cumplido un papel decisivo, ¿por qué?. Porque si un hombre participaba por una casa, participaba un hombre sólo y nadie más. Cuando la mujer participa, tenía más capacidad de arrastre y arrastraba a toda la familia a la pelea.

Y luego, en la lucha concreta, la mujer ha sido como más constante que el hombre en las peleas, ha demostrado más firmeza, y aunque le ha tocado más trabajo meterse, cuando se ha metido ha sido más firme en la lucha concreta.

Eso en la etapa que hemos recorrido hasta aquí.

Pero en la etapa siguiente, en la que ahora estamos, la mayoría de gente que tiene trabajo y va a tener trabajo, son más mujeres que hombres.

Por supuesto, a igual trabajo, igual salario, eso no hace falta que lo explique.

Pero, por ejemplo, este año pasado tuvimos la línea de alcachofas. Había, en la nave, 6 ó 7 hombres y unas 80 mujeres. En la nave que vamos ha hacer el año que viene de habas, tres cuartas de lo mismo. Así que en el trabajo que hay ahora mismo hay más mujeres que hombres, tanto en la industria que se está creando, como en el campo".

Sobre otras cuestiones, como la situación de la sanidad. educación. medios de comunicación: "La sanidad está regular, no hay dominio municipal sobre la sanidad, es potestad de la Junta de Andalucía. Podemos reivindicar más médicos, pero no controlamos el hecho médico. Es como la educación, que ya nos gustaría poder tener potestad en esto. Bueno, pero al menos tenemos televisión propia, y si podemos echar alguna película sobre el Ché, sobre Zapata, un debate, al menos algo colamos. Aunque es tremendo con tanto canal. Por eso intentamos desarrollar medios de comunicación alternativos".

Finalmente, en relación al modelo de organización y funcionamiento del ayuntamiento:"El ayuntamiento se rige por lo que decide en la asamblea. Hasta ahora ninguno de los que estamos en el ayuntamiento hemos cobrado nada. Cada uno tiene su trabajo: el que es albañil trabaja de albañil, el que es maestro como maestro, cada uno en su cosa. Hasta ahora ninguno hemos cobrado por ejercer la política aquí, nadie. Y si en un momento alguien tiene que venir acá para desarrollar un trabajo concreto que precisa de todo el tiempo, hemos establecido que se cobra la media de lo que se cobra donde vive. Lo que no puede ser es que el que está aquí cobre cinco veces más que sus vecinos a los que tienen que resolver los problemas. Porque entonces la solidaridad es mentira. Si uno dice yo soy solidario, hay que preguntarle, ¿en qué casa vives tú?, ¿ y en qué casa vive el que está aquí?, ¿Cuánto ganas tú y cuanto gana el que vive aquí?. Yo he sido diputado en el parlamento de Andalucía hasta las últimas elecciones; yo era presidente de una comisión del parlamento de Andalucía, y debería haber cobrado 450.000 ptas. o algo así. Yo he cobrado 137.000 ptas. al mes, porque yo quería, renunciaba a lo otro que iba a otras cosas, y los viajes me los pagaba yo. ¿Qué pasaba?, que me costaba llegar a final de mes.

Pero era lo que tenía que hacer de acuerdo con mis principios, porque si no me iba a mi casa y me dedico a otras cosas, porque si no que fuerza tengo yo para explicarle las cosas a los que tengo al lado. Es muy difícil luchar contra la sociedad de consumo, cuando te dicen que la felicidad es tener muchas cosas, cuantas más cosas tienes más feliz eres. Y contra todo esto hay que luchar dentro de las organizaciones de izquierda, y a más responsabilidad, más compromiso. Porque los hechos son importantes. Y tenemos que ser vigilantes en la coherencia".

Particularmente, desde "Casa de los Pueblos de América", le planteamos a Sánchez Gordillo la participación del pueblo en la campaña que actualmente está desarrollando nuestro colectivo por la libertad de los presos políticos en Argentina, realizando una breve explicación de la misma y entregándole el dossier de la campaña. Sánchez Gordillo mostró su total solidaridad con los presos políticos, enfatizando una vez más el carácter solidario e internacionalista de su organización. Así, comentó que "cuando pasó la matanza de los compañeros de Perú a manos de Fujimori, primero mandamos un agente a ver cómo estaba la situación en la embajada de Madrid, y dado que no lo veía claro, decidimos ocupar a patadas el consulado de Perú por acá. Nosotros, naturalmente, somos internacionalistas, porque es algo que creemos inseparable de ser de izquierdas". A continuación Sánchez Gordillo, tras firmar él mismo los petitorios de libertad, se comprometió a difundir e implicar a los vecinos de Marinaleda y al S.O.C. en la campaña.

Una vez finalizada la asamblea, se dio por terminado el primer día de encuentro, y tras pasar a asearnos por nuestra "casa" (el gimnasio cedido a tal efecto por el ayuntamiento), fuimos a cenar y confraternizar en la casa del pueblo del S.O.C.

Al día siguiente, la cita era a las nueve de la mañana, con el compromiso de participar en el domingo rojo. El domingo rojo, como es conocido, consiste en que l@s vecin@s -en número variable según la disponibilidad- dedican parte de su tiempo de ocio a la realización de actividades colectivas que redundan en beneficio del pueblo: plantación de árboles, limpieza de las calles, construcción, etc. Estas jornadas de Marinaleda, que ineludiblemente suscitan la imagen de los domingos rojos en Cuba con la figura del Ché a la cabeza, se inician con una breve discusión en la casa del pueblo, donde se discute sobre la propuesta de actividad que el día anterior ha sido anunciada mediante altavoces. Una vez aprobada, se pone manos a la obra, y tras finalizar la actividad, se retorna a la casa del pueblo, y se realiza una pequeña asamblea donde se debaten temas concretos que planteen l@s vecin@s.

En este sentido, un miembro del S.O.C., señaló que la finalidad de los domingos rojos no tiene que ver tanto con la economía como con el fortalecimiento de la conciencia colectiva: "que la gente del pueblo nos veamos unos a otros, nos hablemos unos a otros, trabajemos juntos y de este modo sentir que todo lo que se realiza en el pueblo es responsabilidad y compromiso de cada uno". Un planteamiento similar al que, más de treinta años atrás, expresaba el Ché en Cuba cuando señalaba que "nosotros decimos que el trabajo voluntario no debe mirarse por la importancia económica que signifique en el día de hoy para el Estado; el trabajo voluntario fundamentalmente es el factor que desarrolla la conciencia más que ningún otro. Y más todavía cuando esos trabajadores ejercen su trabajo en lugares que no les son habituales. El trabajo voluntario se convierte entonces en un vehículo de ligazón y comprensión entre nuestros trabajadores administrativos y los trabajadores manuales, para preparar el camino hacia una nueva etapa de la sociedad, una nueva etapa de la sociedad donde no existirán las clases y, por lo tanto, no podrá haber diferencia ninguna entre trabajador manual o trabajador intelectual, entre obrero o campesino".

Este domingo en concreto, tras darnos la bienvenida al grupo, nos dispusimos a realizar con l@s vecin@s -en su gran mayoría, mujeres- la actividad prevista, consistente en la recogida de naranjas de los árboles plantados en la avenida principal del pueblo. Actividad que, lamentablemente, se malogró al poco de iniciarse cuando se desencadenó la lluvia, y l@s vecinos decidieron suspenderla, y regresamos a la casa del pueblo, para participar en la asamblea. Esta se desarrolló en la sala dispuesta a tal efecto, que está decorada con diversos carteles, entre ellos uno del Ché, y presidida por una pancarta con el siguiente lema: "Quien no tiene el valor de sacrificarse, debe al menos tener el pudor de callarse ante los que se sacrifican".

La asamblea se inició con una breve alocución de uno de los compañeros del S.O.C., tras la que se inició el diálogo -tímido al principio, fluido después- con l@s vecin@s. Hablamos de nuestra visita y nuestras impresiones, nos expresaron su satisfacción que viniese gente de fuera a conocer la labor desarrollada en Marinaleda; nos comentaron algunos proyectos, sobre el trabajo voluntario, nos preguntaron sobre nuestros colectivos.., todo ello en un clima entrañable, desde la sencillez de los discursos, pero siempre impregnados de dignidad y coherencia. Particularmente emotiva, fue la intervención de una mujer joven quien, ante la pregunta de un compañero del grupo sobre como asumían los jóvenes del pueblo el testigo de la lucha de sus mayores, ofreció el siguiente testimonio:

"Yo era muy niña, como muchos de los que estamos aquí, y fuimos creciendo a medida que el proceso iba creciendo también. Y tal como está ahora la sociedad, creemos que más que nunca es necesario continuar con Marinaleda, porque el espíritu que aquí hay, que aquí se vive, es necesario. Porque si los de arriba nos están machacando, la clase obrera siempre ha sido la oprimida, creo que Marinaleda es un arma de liberación. Me siento orgullosa de haber nacido aquí y de estar en este proceso, y creo que la gente joven de aquí igual que yo va a tirar para adelante en el campo, porque lo que tenemos es muy grande. Y nos agrada y nos sentimos muy orgullosos de que gente como vosotros se sienta de alguna manera, no sé, hermanados con Marinaleda. Y nada más".

Finalizada la asamblea, y tras almorzar en la casa del Pueblo, emprendimos el viaje de regreso a Madrid, con la alegría común de haber compartido -desde la particularidad de cada individuo y colectivo, pero a partir de una misma motivación de solidaridad internacionalista- una experiencia única: la de haber conocido y vivido un proyecto de transformación social que ha logrado materializar la utopía en hechos concretos, mediante la lucha, la dignidad y la coherencia.

Sólo queda animar a tod@s los que puedan, a realizar este mismo viaje, para que comprueben por sí mismos, como se recoge en un poema escrito por la gente de este pueblo, que la utopía es la mejor canción/que pueden entonar los pobres/y el árbol que mejores frutos/y más imperecederos cosecha/porque traen dignidad y decencia/y fe para seguir luchando/y soñando en el gran espacio de los Derechos Humanos".

 

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