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Estado español :: 23/01/2010

Canarias: Somos comunistas, no nacionalistas

Teodoro Santana
La oligarquía criolla ya empieza a mover el espantajo nacionalista para conseguir un puñado de euros más

Explicaba Marx que los obreros no tenemos patria. No se nos puede quitar lo que no tenemos: basta que miremos a nuestro alrededor para comprobar que hasta el paisaje está en el Registro de Propiedad a nombre de otros.

A diferencia de los burgueses, que exaltan las virtudes de su propia patria –y en verdad pueden decir que es suya–, los trabajadores debemos de ser conscientes de que en todas partes el capitalismo impone su única y verdadera nación: la nación del poder omnímodo del capital y la explotación del trabajo asalariado. Una realidad que, como el propio capitalismo, es universal y trasciende todas las fronteras. Difícilmente podemos ser “nacionalistas” ni considerarnos “orgullosos” de que “nuestro” país tenga más virtudes que otro.

El marxismo exige que, al analizar cualquier problema social, se le encuadre en un marco histórico determinado. Y el marco histórico actual es el del antagonismo a escala planetaria entre el capital imperialista global y el movimiento obrero internacional. Como Marx y Engels señalaban:

“El aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos desaparecen día a día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial, con la uniformidad de la producción industrial y las condiciones de existencia que le corresponden.

El dominio del proletariado los hará desaparecer más de prisa todavía. La acción común, al menos de los países civilizados, es una de las primeras condiciones de su emancipación.

En la misma medida en que sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una nación por otra.

Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases en el interior de las naciones, desaparecerá la hostilidad de las naciones entre sí.” [1]

¿Quiere esto decir que los comunistas negamos las realidades y los derechos nacionales? Todo lo contrario. En todas partes, los comunistas han estado en primera línea por la defensa del derecho a la Autodeterminación de los pueblos, es decir, del derecho a constituir su propio Estado independiente. Con la misma firmeza que nos oponemos a la opresión de unos hombres por otros, nos oponemos a la opresión de unas naciones por otras.

Esto ha sido especialmente así en los países coloniales. Desde China a Cuba y desde Vietnam a Sudáfrica, los comunistas han sido la vanguardia en la lucha por la soberanía y la independencia nacionales de sus propios países. Y han desarrollado una estrategia nacional propia y original para avanzar al socialismo.

Pero en ningún caso se puede perder la perspectiva de conjunto, ni la consciencia de que los asalariados formamos una única clase a nivel mundial. Las distintas luchas de la clase obrera en cada país forman parte de la lucha de clases a escala planetaria. Esta perspectiva internacionalista es la que caracteriza a los comunistas marxista-leninistas.

Nosotros, que queremos que Canarias avance hacia el socialismo y deje atrás cuanto antes esta época terrible de explotación capitalista, creemos que la vía más rápida para ello es la conquista de la independencia nacional y la constitución de la República Socialista Canaria. Precisamente, porque el Archipiélago es el eslabón débil del imperialismo europeo y del colonialismo español. Una mirada objetiva a Europa nos convence del atasco histórico en que han caído esas grandes potencias imperialistas, en las que no hay perspectivas de una revolución socialista en mucho tiempo.

Desde luego, sería absurdo que las trabajadoras y los trabajadores canarios realizáramos sacrificio alguno por una república canaria capitalista en manos de la burguesía criolla. Una burguesía que, como en 1808, se apresuraría a buscar unos nuevos amos. Sería sustituir un yugo por otro y una dependencia por otra.

Aunque improbable, puede darse el caso contrario, esto es, que ante el avance de una revolución socialista en España, esa burguesía criolla apostase por la independencia para impedir el socialismo en Canarias. Tenemos el precedente de las Azores al triunfo de la revolución de los claveles, cuando tal peligro era apenas una incertidumbre.

Sin llegar tan lejos, y sólo como medida de presión para renegociar sus propios intereses ante el Estado (una vez en bancarrota el Pacto Colonial histórico, con sus expresiones últimas: RIC, ZEC, REF, etc.), esa oligarquía criolla ya empieza a mover el espantajo nacionalista para conseguir un puñado de euros más. Basta con leer las homilías de El Día (y la lista que publica de capitalistas “protegidos” por su particular “independentismo”).

Los comunistas no estamos dispuestos a hacer de tontos útiles de los capitalistas. Defendemos el camino de que la clase obrera canaria se convierta en clase nacional de la única manera que tal cosa es posible: convirtiéndose, de hecho, en la clase dueña de nuestra nación. En cualquier caso, el asunto de separarse o no, de constituir un Estado independiente o no, no es una decisión de los comunistas, sino una decisión del pueblo.

“Los comunistas sólo se distinguen de los demás partidos proletarios en que, por una parte, en las diferentes luchas nacionales de los proletarios, destacan y hacen valer los intereses comunes a todo el proletariado, independientemente de la nacionalidad; y, por otra parte, en que, en las diferentes fases de desarrollo por que pasa la lucha entre el proletariado y la burguesía, representan siempre los intereses del movimiento en su conjunto.” [1]

No, no somos nacionalistas: somos comunistas.


[1] Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista.

PRC Canarias

 

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